Foto: AFP
Por: El Espectador
El día en el que se supone que las Farc deben llegar, en su totalidad, a las zonas donde estarán ubicadas para completar el proceso de dejación de armas –con veeduría internacional- la única conclusión clara que se tiene es que esas zonas todavía no están listas.
No se trata, ni mucho menos, de no comprender la complejidad que tiene todo proceso de paz y, especialmente su implementación. Una cosa es acordar un cronograma y contar con la voluntad política de las partes en negociación para cumplirlo, pero otra muy distinta es tener las condiciones precisas para que ello se cumpla. Y lo cierto es que múltiples factores han impedido que el traslado de la guerrilla a las zonas de ubicación se surta de la manera como se había planeado.
Eso lo ha reconocido el propio Gobierno y, ahora, con el informe que reveló la organización Paz y Reconciliación, titulado ¿En qué están los territorios que dejan las Farc, estado de las zonas de concentración y las agresiones a líderes sociales? se confirma que, en efecto, hay un mes de retraso en el cumplimiento de lo pactado con la guerrilla de las Farc.
“El gobierno nacional es el mayor responsable de estas demoras. Las zonas veredales como la de Tumaco o la de Charras en San José del Guaviare, los guerrilleros no tendrían a donde llegar”, señala el informe de paz y reconciliación. La buena noticia –y sin desconocer el caos que se avecina con el tránsito de las Farc hacia la vida civil- es que ahora la guerrilla pasará de operar en 242 municipios a agruparse en 26 veredas, “quedando libre más del 90% del territorio que antes ocupaban”, añade el documento entregado por Paz y Reconciliación.
Sin embargo, el riesgo de que los territorios que sean desalojados por las Farc sean ocupados por grupos armados ilegales y otras fuerzas guerrilleras como el Eln es bastante alto. De hecho, fueron identificados unos tipos de zonas ‘postfarc’, como fueron denominadas en el informe: en las que hará presencia el Eln, las bandas criminales, la delincuencia común, la disidencia de las Farc y las zonas que serán recuperadas por el Estado. La disputa por estos territorios, sin duda, podrá generar nuevas disputas.
“En la región del sur de Córdoba, el bajo Cauca antioqueño y el pacífico colombiano, esta ocupación ya se ha presentado y se ha expresado en asesinatos selectivos, desplazamientos forzados e intimidación de las estructuras armadas contra la población civil”, advirtió el informe. No se trata de una preocupación menor porque los asesinatos de líderes sociales ha sido calificado por Paz y Reconciliación como hechos sistemáticos.
Situación de líderes sociales amenazados en las regiones
Los departamentos donde mayor amenaza se registra para los líderes sociales y defensores de derechos humanos son Caquetá y Meta, donde las Farc hacían mayor presencia. “Eran los responsables de interponer penas contra estas conductas, pero se ha reportado un incremento de la delincuencia en razón a que se ha dejado un vacío de poder”, señala el informe
Esto significa, ni más ni menos, el registro de la escalofriante cifra que revela que este año se han identificado los asesinatos de 8 líderes sociales y cerca de 40 amenazas, lo que se suma al homicidio de 93 líderes el año pasado. Es decir, según Paz y Reconciliación, el país está ante un verdadero exterminio muy similar al que vivió la Unión Patriótica.
“En términos generales se evidencia que los civiles victimizados hacen parte de organizaciones sociales y políticas que apoyan y el proceso de paz”, dice el informe sobre este episodio
Y ¿el Eln?
Pese a que el Gobierno y la delegación de paz del Eln está a punto de abrir una mesa formal de conversaciones en Quito (Ecuador), sujetada a la liberación del excongresista Odín Sánchez, el informe de Paz y Reconciliación revela que el traslado de las Farc hacia las zonas de ubicación está siendo aprovechado por los ‘elenos’ para expandir su presencia en los territorios en donde ejercía presencia la guerrilla de las Farc.
“Este caso se ha podido ver con mucha notoriedad en la zona del sur Chocó, Norte de Santander y Arauca. Tumaco está al borde de una guerra civil. Allí una disidencia de las Farc, una estructura criminal que se autodenomina “Nuevo Orden” y la llegada del “Clan del Golfo” ha causado el desplazamiento de varias familias”, reportó Paz y Reconciliación.
Lo cierto es que la conclusión más lamentable de este informe es que, en su generalidad, las zonas de las Farc están siendo cooptadas, en su mayoría, por bandas criminales en las que ahora se tendrá que enfocar el Estado para combatirlas.
Sobre todo, porque el reducto del paramilitarismo ha sido el principal opositor de lo que se ha pactado con la guerrilla y ese temor ha sido expresado en innumerables ocasiones por el Secretariado de las Farc. “El Gobierno ha incumplido en garantizar la seguridad y el libre tránsito de miembros de las Farc a algunas de las Zonas Veredales”, concluyó el informe.
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