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Guardia indígena asesinado en el norte del Cauca

Por: Redacción Pares


El Tejido Defensa de la Vida y los Derechos Humanos de Cxhab Wala Kiwe ACIN informó que el domingo fue asesinado Javier Girón Triviño de 54 años de edad. Los hechos se dieron luego de que el hombre ingresara a un establecimiento público, entre las 5 y 6 de la mañana, después de haber dejado a su compañera sentimental en su casa. Testigos manifiestan que un hombre que vestía prendas oscuras y gorra ingresó al lugar disparando en repetidas ocasiones. Fueron tres impactos de arma de fuego los que terminaron con la vida del guardia indígena.


Javier Girón pertenencia a la comunidad indígena del resguardo de Nasa Kiwe Tehk Ksxa’w. Residía en la vereda La María y desde hace aproximadamente 20 años prestaba su servicio voluntario como Guardia Indígena Kiwe Thegnas en este resguardo. No se registran antecedentes de amenazas.


A través de un comunicado la organización Tejido Defensa de la Vida y los Derechos Humanos de ACIN manifiesta que:


Condenamos categóricamente este hecho y solicitamos a las autoridades judiciales dar con los responsables. Lamentamos que un nuevo integrante de comunidades indígenas sea asesinado. Es preocupante el número de asesinatos que están ocurriendo en el norte del Cauca, los cuales son una continuación de la violencia que se desató en la región desde el año pasado. Llamamos a la solidaridad internacional y nacional a mantenerse alertas. Toda muerte es condenable, la justicia tiene la posibilidad de detener esto.


¿Qué está pasando en el norte del Cauca?


El conflicto armado y social en el norte del Cauca ha estado atravesado por la disputa de la tierra. Tan solo en el primer mes del año, cerca del 20% de todos los hechos violentos contra líderes y lideresas del país se han concentrado en esta parte del suroccidente del país.


Desafortunadamente, esta tendencia tampoco es nueva. El norte del Cauca concentra la mayor cantidad de hechos de victimización a nivel departamental en los últimos años. Incluso, si se analiza desde la firma de los Acuerdos de Paz entre las Farc-ep y el Estado colombiano, el 24 de noviembre de 2016, la región presenta las más brutales formas de violencia de los actores armados sobre quienes lideran los procesos sociales territoriales.


En este escenario, la salida de las Farc-ep de la ecuación de la guerra en 2016, la entorpecida implementación del Acuerdo de Paz y la recomposición de estructuras armadas enfocadas en fortalecer su capacidad de control sobre distintas economías ilegales, han contribuido en gran medida, con el recrudecimiento de los altos niveles de victimización contra líderes y lideresas sociales.


Como dijo un líder indígena Nasa: “Nosotros no utilizamos las armas para defender nuestro territorio. Aquí es el bastón de mando, el que utilizan los Kiwe Thegnas. Con eso hemos podido enfrentar a diferentes grupos armados. Eso es lo que nos diferencia. Siempre pensando en la defensa de nuestro territorio, en el derecho a la vida. Este territorio nos pertenece. Esta lucha es milenaria y por eso es que vamos a continuar luchando hasta que se nos apague el sol.”

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