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HidroItuango, una condena a muerte para el Río Cauca

Por: Redacción Pares


En inspecciones realizadas por la Fiscalía General de la Nación sobre el Río Cauca, entre los municipios de Sabanalarga, Valdivia, Toledo e Ituango (Antioquia) fueron recolectadas muestras ambientales, evidencias físicas y documentales, y testimonios que ponen de manifiesto la crítica situación ocasionada por el proyecto HidroItuango.


Invasión del buchón de agua


Sobre el Río Cauca, a la altura de Sabanalarga (Antioquia), los investigadores constataron la invasión acelerada de buchón, una planta acuática que crece en zonas en las que el agua se empoza o no corre con suficiente fluidez y reduce todos los procesos biológicos de conservación de los ecosistemas.


El manto que genera la planta bloquea los rayos del sol y elimina los procesos básicos para que se desarrolle la vida dentro del agua, en las partes afectadas por la presencia de la planta.


El buchón está ubicado a 55 kilómetros, aproximadamente, al sur de la presa del proyecto Hidroituango y, de acuerdo con las mediciones hechas y los registros satelitales, en apenas dos meses cubrió un corredor de cerca de 8.5 kilómetros del Río Cauca, una vasta zona en la que se disminuyó la calidad de la vida acuática y existen tramos de cero navegabilidad.


Los peritos encontraron que esta especie vegetal invasora intenta ser controlada por EPM a través de, solamente, una máquina que resulta ineficiente y no ofrece garantías para frenar la cantidad ni la reproducción exponencial.


Planta de asfalto


En la vía que conduce de Toledo a Puerto Valdivia (Antioquia), sobre la ronda del río San Andrés, uno de los afluentes que nutre al Río Cauca, la Fiscalía encontró una planta de asfalto abandonada en la que hay residuos de material carburado del petróleo y otros elementos peligrosos dispersos indiscriminadamente, provenientes de los trabajos de obra civil para la hidroeléctrica.


En su recorrido los investigadores establecieron que algunas de las sustancias identificadas caen a los cuerpos de agua y disminuyen su calidad, y otras están expuestas a la comunidad, especialmente a los niños que cruzan y viven en esta zona, situación que representa un riesgo para la salud.


Según la Convención de Basilea esos residuos se encuentran clasificados como peligrosos y tienen componentes como vanadio, níquel, hierro y algunos compuestos aromáticos con características cancerígenas.


La planta de asfalto y los residuos encontrados son de las obras contratadas por las Empresas Públicas de Medellín (EPM) para ampliar y reparar las vías entre Ituango, Valle de Toledo, Toledo y Puerto Valdivia, deterioradas por el tránsito de maquinaria hacia el proyecto Hidroituango.

Esa planta no se cerró técnicamente ni se hizo una recolección adecuada como lo establecen las normas ambientales.


Las inspecciones las realizó un equipo de especialistas conformado por tres fiscales de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, nueve peritos (ingenieros ambientales y de minas, químicos, biólogos y ecólogos), dos analistas y un grupo de policía judicial.

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