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Hidrógeno verde: solución energética y nuevo reto para la transición

Por: Isabela Puyana

Línea Empresas y Paz


Foto tomada de: EcoPortal.net


En su última visita a Alemania, el presidente Gustavo Petro abordó, para el Instituto de Estudios Iberoamericanos de Alemania en Berlín, temas sobre el cambio climático y la transición energética. El tema principal del que habló fue el hidrógeno verde.


Este no ha sido el primer escenario en el que se le ha escuchado al mandatario mencionar que Colombia puede ser un productor de dicho biocombustible. “El objetivo central de nuestra visita a Alemania es lograr un acuerdo sobre producción de hidrógeno verde en Colombia para exportación y en la medida en que implementemos las tecnologías, también se hará para el consumo interno del país”, mencionó Gustavo Petro en una rueda de prensa frente al primer ministro de la Nación.


Para entender por qué el Gobierno puso sobre la mesa este tema en instancias internacionales de tal importancia, es necesario conocer qué es el hidrógeno, por qué se habla del matiz verde, cuáles son sus ventajas y qué ha hecho hasta ahora Colombia en el escenario de la transición energética para adaptarse a esta nueva fuente de energía que promete ser una opción más limpia y sostenible en el panorama global.


El Centro Nacional del Hidrógeno en el 2022 lo definió como: “el primer elemento dentro de la tabla periódica. Esa posición no es un evento del azar. De hecho, está allí por ser el más abundante en todo el planeta Tierra y en el universo. Su átomo, conformado por un protón y un electrón (la mayoría de veces, pues existen tres formas de encontrarlo), es imperceptible a simple vista en estado gaseoso, de modo que es ligero, incoloro, inodoro e insípido para nuestros sentidos”.


Aunque el hidrógeno es un elemento abundante en la tierra, rara vez se encuentra en su forma pura en la naturaleza. Sin embargo, puede producirse a partir de una variedad de fuentes, incluyendo el gas natural, la biomasa y la electrólisis del agua. Lo que hace que el hidrógeno sea tan atractivo es su versatilidad como fuente de energía. También puede ser utilizado en una amplia gama de aplicaciones, desde la generación de electricidad hasta el transporte y la producción de calor.


Uno de los mayores atractivos del hidrógeno es que, cuando se quema o se utiliza en una celda de combustible, su único subproducto es agua, lo que lo convierte en una fuente de energía completamente limpia en términos de emisiones de gases de efecto invernadero. Esto es especialmente relevante en el contexto colombiano, en el que la matriz energética aún depende en gran medida de los combustibles fósiles, lo que contribuye significativamente a las emisiones de dióxido de carbono (CO2).


A esto es a lo que se le llama hidrógeno verde y ha sido la solución soñada para distintas empresas y gobiernos, incluído el de Gustavo Petro, debido a que su proceso, al depender de fuentes de energías renovables como la energía solar, eólica e incluso la biomasa, logra que sus emisiones sean nulas, llamando así la atención al ser la principal estrategia para descarbonizar la matriz energía hacia 2050.


Gustavo Petro acierta al decir que Colombia puede ser uno de los grandes generadores de hidrógeno verde en el planeta, dada la alta disponibilidad de fuentes de energía renovable para producirlo en el norte del país y cuenta con importantes reservas de petróleo, gas natural y carbón que le proporcionan una posición cercana a la autosuficiencia en materia de combustibles, ya que podría utilizarse para la producción de hidrógeno azul mediante la captura y almacenamiento de carbono.


Sin embargo, el hidrógeno verde también puede presentar desventajas y hay que manejarlo con precaución si se piensa en una implementación y consumo interno del país según lo afirma Santiago Aldana, experto en transición energética e investigador de la Fundación POLEN: “sus elevados costos y su lentitud en desplegarse ponen una barrera para que el hidrógeno verde sea también masivo. Asimismo, la dependencia de su generación con sistemas conectados refuerza el concepto de los sistemas interconectados que promueven la centralización de la energía, sin permitir una efectiva autonomía energética”.


Según Aldana, a pesar de las ventajas ambientales y climáticas del hidrógeno verde, en la actualidad, el hidrógeno azul, es decir, el del gas natural o petróleo, es mucho más barato y tiene mayor confiabilidad por aprovechar para su producción y distribución la estructura existente de la industria de combustibles fósiles; no depender de minerales nobles y extraños como el platino, el paladio, el titanio, entre otros, en los procesos de obtención; y requerir menos energía: al menos, seis veces menos energía de la que se requiere para producir hidrógeno verde.


Según el estudio de la Fundación Heinrich Boll Stiftung, Hidrógeno en Colombia, si se hace mal podría ser peor, en el que desarrollan reflexiones sobre su posible implementación, se concluye que aún hace falta contemplar la manera en que se van a resolver posibles tensiones entre estas tecnologías y sus impactos en los recursos naturales y en los territorios.


Es claro que el desarrollo del hidrógeno estará permeado por importantes discusiones de derechos humanos. Pero persisten preocupaciones con respecto a que sectores como el del petróleo, gas y carbón, o el de los agroquímicos, utilicen tecnologías de captura y de promoción del hidrógeno verde como una forma de hacer un lavado social de sus impactos en la totalidad del portafolio donde desarrollan sus actividades empresariales.


En el país la producción de hidrógeno se sigue analizando desde una perspectiva puramente técnica y existen grandes vacíos sobre formas de identificar riesgos en el ambiente desde una perspectiva integral.


Aún así, la posibilidad de que se esté planteando una alternativa hacia energías que puedan almacenar, transportar y generar de manera constante y limpia en un escenario afortunado como el de Colombia por su gran cantidad de recursos naturales, no es sólo una postura nunca antes asumida con tanta convicción, sino que es el momento de hacerlo bien.







 

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