Por: Redacción Pares
Es la primera vez que la junta directiva de Ecopetrol recibe a miembros de sindicato de la USO en 54 años de lucha. La reunión se realizó el pasado 25 de julio, se escucharon los pliegos de peticiones de los sindicalistas que afirmaron ir “por el millón de barriles y por la Transición Energética”. Desayunaron y dialogaron lejos de cualquier tipo de tensión. La USO resaltó la importancia del plan de inversión y justificaron la inversión en el segmento de exploración que garantice el empleo regional. Acuñaron incluso la consigna de ir por el “millón y la Transición” se planteó la importancia de hacer el proyecto de línea base para calidad de combustible en Barrancabermeja. Se solicitó además construir un proceso disciplinario garantista y que se trabaje en la búsqueda de una cláusura de estabilidad laboral además de garantizar la participación de un trabajador activo en la junta directa de Ecopetrol. Se escucharon muy bien estas propuestas. Resulta un poco extraño que la prensa tradicional no haya cubierto este desayuno, que es histórico mire por donde se mire.
El 25 de agosto de 1977 estalló la huelga en la refinería de Barrancabermeja. La represión ordenada por el entonces presidente López Michelsen fue brutal. Según una investigación de Renán Vega “el ejército persiguió con obstinación a los habitantes de Barrancabermeja, se encarceló arbitrariamente y sin orden judicial, a trabajadores, dirigentes sindicales, esposas de los trabajadores, jóvenes escolares y todos aquellos que tenían alguna simpatía con la huelga”. Bucaramanga y el puerto petrolero de Barrancabermeja fueron brutalmente militarizados. Lo que pedían los trabajadores era una nueva convención colectiva. Fue una huelga violenta cuyas heridas, en ambos bandos duraron mucho tiempo en cerrarse.
Sin embargo la primer gran huelga de la USO con Ecopetrol fue en 1971. Lo que reclamaban los trabajadores era lo siguiente: a defensa de los recursos nacionales, el desmonte de la Concesión Barco y la supresión del dólar petrolero, que alentaron el sentimiento nacionalista de los trabajadores. La supresión del dólar petrolero era un tema muy sensible para el sindicato porque, desde su perspectiva, beneficiaba a las empresas aumentando el precio de la gasolina y de los bienes de consumo de la población. Esta huelga duró 18 días, del 5 al 23 de agosto. Esta huelga generó 117 despidos y fue duramente criticada por el presunto daño a la infraestructura.
A comienzos del siglo XXI las relaciones entre la USO y Ecopetrol fueron tranquilas. Esta paz se rompió en el 2016, tras doce años sin paros. La Unión Sindical Obrera convocó en septiembre de ese año anunció una huelga que buscaba evitar la privatización de Ecopetrol y que se respetaran los derechos de los trabajadores. La huelga se desató el 2 de octubre luego de que en el Plebiscito por la paz en Colombia ganara el No a los acuerdos de Paz con las FARC.
En su momento la USO explicó estas razones para ir al paro: “Dentro de los reclamos del sindicato, se encuentran la necesidad de mejorar las condiciones laborales en la empresa, efectuar cambios al sistema de salud y eliminar los obstáculos para el desarrollo de la actividad sindical. Además el sindicato denunció el incumplimiento de los acuerdos alcanzados en la convención colectiva vigente, por parte de la empresa”.
Ahora, cuando está al frente Ricardo Roa, se sentó la USO con la Junta Directiva de la empresa pensando incluso en tener adentro a uno de los sindicalistas. Un puente que nunca se había dado.
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