Por: Angélica Chavarría. Escuela del Sur - Chile
La cumbre de transición energética : transiciones para la vida, incluyó múltiples dimensiones temáticas de la cuestión energética y comunitaria, de manera ordenada, articulada e integral, una tarea altamente compleja, bien lograda y por sobre todo respetuosa. Digo esto, puesto que se abre como espacio democrático que permite y acoge las distintas miradas, inquietudes, expectativas que se encuban en la idea de un nuevo sector/ servicio, segmento, cómo se quiera indicar.
Una nueva oportunidad para la vida de las comunidades, que tiene la alegre potencialidad de que a su vez, aporta al mundo, desde la responsabilidad con el cambio climático, pero que también tiene la enorme responsabilidad de ser implementada con buen pulso y detalle, aplicando la inteligencia necesaria para no causar daño, no poner en riesgo la cultura y sistemas de vida, no sacrificar otros proyectos de vida sino hacer sinergia con el territorio… nada fácil la tarea, sin duda, pero hermosa oportunidad para un país que cuenta , afortunadamente! Con tejido social y comunitario y la capacidad y tenacidad que se requiere.
Dentro del panorama de esta transición de transiciones, se ha hablado de la integración de pueblos indígenas, comunidades campesinas, pequeña infraestructura pública, procesos educativos, productivos, turismo, protección ambiental, liderazgos locales, el papel de la mujer, entre muchos procesos vividos, proyectados, no sin errores pero desde donde ya se cuenta con aprendizajes y experiencias relevantes que pueden ser faros orientadores para la implementación y las estrategias públicas.
El llamado parece ser: no implementar sin las comunidades, es decir, aunque implique unos tiempos un poco distintos, conversar, acordar, compartir conocimiento, información y la toma de decisiones con las comunidades, al mismo tiempo, confiar en las capacidades comunitarias y abrirse a que sean ellas mismas las encargadas de liderar sus procesos.
Un punto aparte merece la situación de reconversión de trabajadores del carbón y otros sectores a integrarse a esta nueva opción de desarrollo, en este sentido, las habilidades y el conocimiento con que se cuenta, la orgánica propia de los sindicatos y la fuerza y empoderamiento que este segmento puede aportar, son también una tremenda oportunidad, un grupo humano que ha vivido duras experiencias pero que ante las exigencias del destino, puede hoy ser parte y quizá puntal fundamental de esta transición para el país.
Dice un líder aparte de transición energética tiene que ser una transición social, ambiental, de vida…