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Intentar matar a su hermano Vicente: el error que le costó la vida a Carlos Castaño

Por: Redacción Pares


Foto tomada de: El Espectador


Los últimos años de Carlos Castaño fueron desesperantes para él. Había tocado la gloria en el año 2000, después de que tres de sus asesores, un ex guerrillero del EPL al que le decían “Hernancito”, un viejo ganadero que lo idolatraba, de nombre Rodrigo García, y Ernesto Báez, ideólogo supremo de las AUC, decidieron convertirlo en un político. Lo pulieron, lo enseñaron a debatir, a controvertir. Por eso salió muy orondo en entrevistas con Darío Arismendi y Claudia Gurisatti, de corbata y citando a Mario Benedetti. Su autobiografía, que tenía como escritor fantasma a Mauricio Aranguren, se vendía como pan caliente en cada esquina. Soñaba con ser el líder de un proyecto político que legalizaría cada tierra despojada, cada dólar arañado a la coca.


Pero el reconocimiento de una sociedad enferma terminó jugándole en contra. Además, todo el peso de la guerra, de la sangre, se le vino encima como una maldición. Su hija, Rosa María, nació con un síndrome conocido como “el maullido del gato” que producía un acelerado proceso degenerativo.


Según Salvatore Mancuso “Carlos Castaño en el 2004 tenía unos problemas tremendos”. Uno de sus amigos más cercanos, Carlos Mauricio García, alias Doble Cero, contó al detalle en un libro sobre su vida, en qué consistía la enfermedad de la hija de Castaño. Este es el extracto de una carta en donde narra la angustia que le generaba este problema: “podrá desarrollar todos su sentidos mentales y físicos en un ochenta por cierto; dan algunas esperanzas de mejorar este patrón, para lo que tendremos que trabajar por alcanzarlo. Solo el inmenso amor que profesamos por ella nos mantiene felices; es así amigo, así pasó, esto sin explicación científica del porqué (sic). Kenia ha sido fuerte y unidos en familia estamos superando el dolor que esto causa en medio de la alegría que nunca desaparece”.


Castaño quería pactar con los gringos. Si se trasladaba a Estados Unidos su hija podría tener alguna posibilidad. Por eso los paras sabían que era posible que Carlos los traicionara y se pusiera a pactar con la DEA. En su desesperación ordenó un atentado contra su hermano Vicente, el último que podría disputarle el poder dentro de las AUC. Así se lo contó un testigo de excepción, Salvatore Mancuso, a Daniel Coronell en una larga entrevista sostenida en W Radio. “En algún momento decidió que iba a acabar con Vicente Castaño, que era una de las figuras políticas de las AUC y le hace un atentado. Vicente toma la decisión de organizar un grupo que se enfrenta a Carlos Castaño y lo asesinó”.

Una semana antes de que lo mataran Carlos Castaño, bajándose de una lancha, tiene un accidente con una hélice y pierde movilidad en uno de sus brazos.


La orden de matar a Carlos Castaño fue tomada en abril del 2004 en una reunión en donde estaban Vicente Castaño, alias El Profe, Hebert Velosa, alias H.H, y Jesús Ignacio Roldán Perez, alias Monoeleche. La orden la tomó el propio Vicente.


Cincuenta hombres de los bloques Calima y el Bananero emprendieron la misión. Monoe’leche, quien conocía la zona de San Pedro de Urabá, fue quien dirigió la operación. Seis años después, en el 2010, uno de los paras que participó en la operación contó que Carlos Castaño murió rogando pedir una audiencia con su hermano. Movil Cinco, el hombre que le disparó, le contó a Justicia y Paz ese año los últimos momentos del jefe paramilitar: “Allí, recostado en una silla contra la pared, Carlos Castaño nos preguntaba qué estaba pasando y ‘Móvil Cinco’ le hacía varios reclamos. Cuando Castaño insistió que lo llevaran donde su hermano, ‘Móvil Cinco’ le disparó y lo mató”.


En la reveladora entrevista de Mancuso con Coronell queda claro y le pone fin a las especulaciones: Vicente Castaño mató a su hermano Carlos porque este, primero, lo había atacado a él.

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