Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares
La violencia contra los y las firmantes de paz no cesa ni en época de aislamiento social. Un integrante del ETCR Heiler Mosquera, en el departamento de Putumayo, Juan Carlos Castillo o Luis—como era conocido por sus compañeros allá en La Carmelita— fue encontrado asesinado cerca del resguardo Kwisna Cxhab, en inmediaciones a la vereda de Alto Lorenzo. El hecho se confirmó este lunes 30 de marzo, pero el asesinato habría ocurrido hace varios días.
Además del crimen, este caso revela un intento de desaparición. Con el crimen de Luis, son cuatro casos de firmantes del Acuerdo de Paz que han sido asesinados en las últimas dos semanas.
El asesinato e intento de desaparición de Juan Carlos
Juan Carlos, o Luis como era llamado, fue encontrado enterrado y con impactos de bala de acuerdo con la información que entregada por la Red de Derechos Humanos del Putumayo. Adicionalmente, han señalado que a pesar de haberse confirmado su muerte el 30 de marzo, el asesinato habría ocurrido días atrás y, además, pudo haber sido perpetrado en una vereda conocida como Santa Rosa.
El caso de Juan Carlos configura un intento de desaparición al haber sido trasladado desde la vereda Santa Rosa hasta la vereda de Alto Lorenzo; sobre esta situación se exige a las autoridades competentes que tengan en cuenta lo ocurrido con el cuerpo para ahondar en la investigación sobre quiénes fueron los responsables del crimen.
Asimismo, la Red de Derechos Humanos del Putumayo instó a las entidades de orden municipal, departamental y nacional a acelerar mecanismos reales y construidos desde las bases sociales para la supervivencia y estabilidad de los habitantes en general, basados en los protocolos de Prevención, Protección y Garantías de No Repetición, ya que son el único mecanismo real que permite materializar escenarios de paz y convivencia al interior de las comunidades campesinas.
Con el crimen de Juan Carlos, son cuatro casos de firmantes del Acuerdo de Paz que han sido asesinados en las últimas dos semanas, de acuerdo con Javier Alejandro Jiménez, investigador nacional de la Fundación Paz y Reconciliación. De esta forma, San Vicente del Caguán, La Macarena y ahora Puertos Asís han sido los escenarios de la violencia selectiva que enfrenta la comunidad en proceso de reincorporación.
Una zona altamente victimizada
Resulta importante señalar que en el corregimiento de La Carmelita, a 45 minutos del río Putumayo, corredor Puerto Vega-Teteyé, zona donde está ubicado el ETCR Heiler Mosquera, ha sido un escenario que ha presenciado un recrudecimiento de la violencia estas últimas semanas. Cabe recordar que el pasado 20 de marzo fue asesinado el líder campesino Marco Rivadeneira quien, entre otras cosas, lideraba procesos de sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito en esta región. Asimismo, en dicho corredor fue asesinado Yordan Tovar, un joven integrante del Sindicato de Trabajadores Campesinos del Putumayo.
Por otra parte, el sector de Puerto Vega-Teteyé ha sido escenario de episodios de protesta campesina por la erradicación forzada que se está llevando a cabo en el municipio de Puerto Guzmán.
Este territorio ha vivido una constante tensión generada por la explotación de hidrocarburos, el mantenimiento de cultivos ilícitos y el narcotráfico, situación que ha dejado como consecuencia una gran afectación al medio ambiente, un alto porcentaje de necesidades básicas insatisfechas y recrudecimiento de la violencia selectiva.
El sector de Puerto Vega-Teteyé ha sido escenario de episodios de protesta campesina por la erradicación forzada que se está llevando a cabo en el municipio de Puerto Guzmán. Foto: Pares.
Es necesario recordar, que, según datos de Pares, en el departamento putumayense operan grupos armados denominados como ‘La Constru’, ‘La Mafia’ y las disidencias del Frente 32 Columna Móvil Teófilo Forero); (Mando: Alias “Wilder”); (Línea: Gentil Duarte e Iván Mordisco); en los municipios de San Miguel, Puerto Asís, Puerto Guzmán y Puerto Caicedo. Asimismo, hace presencia el Frente 48; (Mando: Pedro Oberman Goyes Cortés y Alias «Sinaloa”); en los municipios de Orito, San Miguel y Puerto Asís.
Las comunidades de zona rural de Puerto Asís, Puerto Leguízamo y Puerto Guzmán se han convertido en epicentros del accionar de grupos armados que en razón de sus repertorios de violencia han conllevado a una ola asesinatos, desplazamientos y confinamiento.
Las amenazas y los cadáveres encontrados en zonas rurales, la disputa entre grupos armados, las economías ilegales alertan de la dramática situación de Derechos Humanos que atraviesa Putumayo. Foto: Pares.
De hecho, la Oficina de la Nacionales Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), para 2019, advirtió que en Putumayo había cerca de 1.600 personas en estado de confinamiento y aproximadamente 400 familias desplazadas.
Panfletos y xenofobia
Según la Comisión Interclesial de Justicia y Paz, el pasado 29 de marzo, fueron asesinadas tres personas de nacionalidad venezolana. De acuerdo con la Comisión, la mujer y los dos hombres víctimas de la masacre fueron encontrados en la comunidad Brisas del Hon Kong, en el municipio de Puerto Asís, Putumayo.
Asimismo, la Comisión ha alertado sobre la ausencia de investigación eficaz frente a las amenazas, los panfletos, el control social y los asesinatos. Según dicha alerta, en la zona de la masacre opera la estructura armada denominada “La Mafia”, en el mismo lugar donde circulan los panfletos en los que se amenaza de muerte a la población venezolana. Para el caso de Putumayo, según Migración Colombia, habrían cerca de 3.500 venezolanos en tierras putumayenses.
Saludos a la bandera
De esta forma, tal como lo ha venido advirtiendo Pares, tras el Consejo de Seguridad que se llevó a cabo el pasado 30 de enero en Puerto Asís, presidido por Carlos Holmes Trujillo —ministro de Defensa—; las condiciones de violencia en el departamento de Putumayo no han mejorado.
Además de los sucesos mencionados, se registró, entre otras cosas, una masacre el pasado 13 de febrero y los efectos que causó el paro armado en términos de restricción de movilidad en Puertos Asís, durante el periodo del 14 al 16 de febrero.
De acuerdo con Javier Alejandro Jiménez, desde Pares se han formulado tres hipótesis que intentan dar cuenta del asesinato de los y las firmantes de paz:
· “La primera de ellas está ligada a la resistencia de la población en proceso de reincorporación para sumarse a las Estructuras Armadas Ilegales. Ante dicha negativa, son asesinados”.
· La segunda esta ligada con temas de venganzas por parte de grupos armados en las zonas en las que los y las firmantes de paz adelanatan su proceso de reincorporación.
· La tercera tiene que ver con venganzas de personas debidos a abusos o hechos que haya cometido la extinta guerrilla de las FARC- EP contra la población civil en su momento.
Por otra parte, resulta importante insistir que la población en proceso de reincorporación le han manifestado a Pares, con preocupación, la estigmatización a la que han sido expuestos por discursos del Gobierno Nacional o de la institucionalidad sobre su vinculación a las disidencias o a economías ilegales.
Asimismo, reiteran que es inaceptable que organismos institucionales o el mismo gobierno señalen que los asesinatos no son en razón a su figura como firmantes de paz. Lo que desvincula el carácter político que tiene esta violencia selectiva.
Las apuestas de paz siguen ahí
El ETCR Heiler Mosquera, dónde vivía Luis, está ubicado en el municipio de Puerto Asís, vereda la Carmelita, en Puerto Guzmán. Puerto Asís, se encuentra ubicado en la cuenca del río Putumayo, y está compuesto por 162 veredas agrupadas en cinco inspecciones de policía y seis corregimientos, en este territorio se ubican doce cabildos y cinco resguardos indígenas. Esto en marco de la presencia de grupos armados y sus repertorios violencia.
ETCR Heiler Mosquera, dónde vivía Luis, está ubicado en el municipio de Puerto Asís, vereda la Carmelita, en Puerto Guzmán. Foto: Pares.
Juan Carlos, o Luis, como lo llamaban, hacía parte de la Cooperativa del Pueblo Putumayense (CMPP), quienes adelantan iniciativas productivas al interior del espacio. De acuerdo con información de la ARN que trabaja con la población en proceso de reincorporación, en el departamento putumayense, eran 122 firmantes de paz que habitan el ETCR Heiler Mosquera, a corte del 29 de febrero. Frente a la población que está trabajando en las distintas iniciativas productivas, preocupa las pocas garantías de seguridad con la que cuentan.
Según la misma ARN, en dicho territorio se adelantan nueve (9) proyectos productivos que le apuestan a la paz.
«La presente publicación ha sido elaborada con el apoyo financiero del Fondo Europeo para la Paz. Su contenido es responsabilidad exclusiva del Proyecto Tejidos y no necesariamente refleja los puntos de vista de la Unión Europea»
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