Por: Redacción Pares
Con el correr de las horas se agrava la crisis humanitaria en el Catatumbo. El ELN, con un depliegue de 4.000 hombres, ha impuesto un régimen de terror en esa región de Colombia desde el pasado 15 de enero. Uno de los focos de violencia han sido los firmantes de paz. Justamente el pasado jueves 30 de enero los defensor de firmantes de paz se unieron en una multitudinaria marcha en Tibú acompañados del gremio de los profesores, pidiendo que pare ya la barbarie y que se devuelvan las condiciones de normalidad. Para muchos se trata de un deja vu: otra vez el espiral de la violencia los hace desandar los pasos de la década del noventa en donde miles de personas tuvieron que dejarlo todo para huir de la arremetida de los paramilitares. Hoy lo único que ha cambiado son los brazaletes de los que empuñan las armas.
Desde el 15 de enero se han hecho ampliamente conocidos videos en donde se ven a hombres del ELN buscar casa por casa firmantes de paz, sacarlos, desaparecerlos por unas horas y luego asesinarlos. Así aparecieron sin vida el 16 de enero los siguientes firmantes: Pedro Rodríguez Mejía, John Carlos Carvajalino, Albeiro Diaz Franco y Yurgen Martínez Delgado. En declaración pública entregada en la mañana de este 31 de enero la defensora del pueblo Iris Marín, en el marco de la audiencia de seguridad a excombatientes FARC, entregó datos sobre lo que les ha sucedido a los firmantes de paz que vivían en el Catatumbo: en las últimas semanas 166 han sido desplazados, 14 están desaparecidos, y al menos seis han sido asesinados.
Es que si la población civil ha tenido que soportar la ferocidad de un nuevo episodio de guerra liderado por el ELN, para los firmantes de paz la preocupación es todavía mayor ya que entienden que este es un golpe perpetrado directamente a ellos. A los firmantes los están matando. Desde el 2017 hasta este 2025 han sido asesinados 434 firmantes, una cifra que puede crecer por lo que está sucediendo en el Catatumbo. En lo que va corrido de enero ya se reportan 8 asesinatos de firmantes. En el 2024 se vivió una significativa disminusión de estos hechos ya que se reportaron 30, catorce menos que lo que sucedió en el 2023. En el 2019, durante la presidencia de Iván Duque, se registró el mayor número de firmantes asesinados con setenta y nueve.
El gobierno está poniendo todos los esfuerzos, desde los militares a los humanitarios, para salvaguardar a la población del Catatumbo y extreman medidas para proteger a los firmantes de paz ya que saben que el ELN los tiene como objetivo militar. Estos hechos son un grave atentado a la paz pasada y futura y hacen que el camino de la negociación se convierta en una trocha intransitable. En el Catatumbo los firmantes le han apostado duro a la paz. Es una de las zonas del país donde más hay indicios de sustitución de cultivos diferentes a la coca. El cacao, por ejemplo, estaba empezando a convertirse en toda una alternativa. Pero los hechos de violencia enlodan por completo cualquier iniciativa que invoque a la esperanza.
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