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La crisis en la cárcel el Buen Pastor de Bogotá lleva años y a nadie le importa

Por: Redacción Pares


Foto tomada de: El Espectador


Desde antes de que iniciara la pandemia se han venido denunciando que las condiciones para las mujeres privadas de la libertad que habitan el buen pastor son deplorables. Ya en el 2018 se hablaban de varios factores en donde se evidenciaba el olvido estatal. Había problemas con el sistema de salud, se violaba el derecho a la visita íntima y hasta aparecían ya los conatos de una crisis alimentaria que causó enfermedades. Como en la vida, parecía que el problema carcelario en el país sólo importaba cuando se trataba de los hombres. Pero las mujeres privadas de su libertad pasaban a un segundo plano. Este problema no sólo afecta a las reclusas sino al personal del INPEC que las cuida.


En Colombia hay 7.777 mujeres privadas de la libertad en Colombia. Algunas han vivido verdaderos infiernos por no contar con una cobertura médica dentro del penal. En el Buen Pastor son difíciles controles prenatales o ecografías para las mujeres que están embarazadas, y en el 2018 se presentó una situación particular: dos años antes de la pandemia explotaron enfermedades como el sarampión, la varicela, y paperas. Desde esa época se venía denunciando que los alimentos estaban en mal estado. Sólo hasta el 2019 se tomaron medidas como cerrar la cocina. Una mujer llamada Clemencia, que estuvo presa entre los años 2007 y 2018, le contó esto a El Espectador que refleja el nivel de abandono: “Nos daban tres kits al año con 10 toallas higiénicas, un jabón de baño –a algunas de nuestras compañeras les daban jabón azul–, un rollo de papel higiénico y un sobre de desodorante, algunas veces vencido. A uno le tocaba comprar o esperar las encomiendas de la familia. En la cárcel a veces nos daban kits buenos por el Día de la Madre, pero la verdad es que la mayoría de nosotras nos manteníamos con lo que nos daban las familias. El problema es que muchas compañeras no tenían ni una sola persona que las visitara“.


Años después la situación, en vez de mejorar, empeora. En el video que publicaremos al final de este artículo una reclusa se queja de la falta de personal en el penal. La guardia tiene que hacer doble turno con el mismo salario, piden la humanización para el cuerpo de custodia “No queremos que haya corrupción pero con salarios de pobres y esa carga laboral es imposible” También, en el video se quejan de que los abogados no están ingresando al penal ni las organizaciones que cuidan las condiciones y la defensa de los privados de la libertad.


Además esta crisis afecta también al personal del INPEC. Ellos No cuentan con vehículos para los relevos de los diferentes  Servicios de hospitales, cuyos servicios están en retiradas zonas del establecimiento y sumado a eso el  caos vehicular, ocasionando turnos de hospitales de hasta 14 horas ininterrumpidas. Las denuncias afirman que “Prefieren tomar los vehículos oficiales del establecimiento para recoger a la Directora, comandante de vigilancia o a la subdirectora del establecimiento, que efectuar los relevos. Las funcionaras que prestan sus servicios en la parte interna del establecimiento no cuentan con un baño para hacer sus respectivas necesidades, deben dejar las llaves del pabellón con algún compañero o si no, le toca aguantarse las ganas de ir al baño hasta el relevo y eso si tiene relevo”. Según la denuncia existen privilegios y si los funcionarios se quejan toman represalias aumentando el número de horas en los turnos o incrementándole las funciones en un solo turno.


El 28 de mayo del 2024 detenidas políticas y sociales por el estado de los alimentos y de las condiciones sanitarias del penal. Además reclamaron que en el patio 6 hay un tubo que filtra orina y heces fecales que van a dar a la cancha donde hacen deporte.


El reclamo directo sobre estas condiciones cae sobre el ministro Néstor Osuna.

Este es el video en donde se hace una de las denuncias


Video tomado de cuenta propia de Facebook


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