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Foto del escritorLaura Bonilla

La cumbre de mediación de paz que necesita un mundo en llamas

Por: Redacción Pares




Desde febrero del 2022 a octubre del 2024 dos guerras amenazan con volverse globales. La invasión de Rusia a Ucrania y la respuesta desproporcionada de Israel al ataque de Hamas, son dos incendios que parecen imparables. En los dos años y medio que lleva la invasión ordenada por Putin han caído, según medios independientes de Moscú, 100 mil soldados rusos. Las víctimas civiles en Ucrania han superado la franja de las 10 mil. En un año de bombardeos israelitas han muerto 41 mil personas en la franja de Gaza. La mayoría mujeres y niños. Estados Unidos y China, las dos potencias globales, mientras tanto, se cruzan de brazos y solapadamente van apostando por sus fichas habituales. El miedo a una guerra global flota en el ambiente.

 

Mientras tanto conflictos como la guerra civil en Yemen, que arrancó en el 2014 después del golpe de estado contra el presidente Al Hadi, y que ha partido en dos al país, el conflicto interno en Birmania después de que los militares se impusieran en el 2021, o la inestabilidad que ha dejado la ocupación norteamericana en Afganistan ha hecho que se formule una pregunta ¿Están funcionando los papeles de mediación en el mundo?. Para responderla entre el 22 y el 23 de octubre la Unión Europea ha organizado la Cumbre de Mediación de Paz que se llevará a cabo en Bruselas.

 

 Para la fundación Paz y Reconciliación es un honor que su subdirectora, Laura Bonilla, esté presente en una conferencia titulada “Crímenes, ciudades y paz urbana” hablando precisamente sobre el reto que ha decidido asumir este gobierno: una Paz Total en donde se incluye la negociación con grupos criminales. La Paz Urbana en Colombia, a pesar de sus tropiezos, ha podido dar exiguos resultados en el Valle de Aburrá y en Buenaventura. Laura Bonilla, una de las analistas más brillantes del país, le pondrá la lupa y analizará ante el mundo la situación en la que se encuentra la negociación con grupos como los Shottas, los Espartanos, el Clan del Golfo, los Rastrojos Costeños, la Inmaculada o la Oficina.

 

En medio del ruido de las bombas esta cumbre servirá para repensar el papel de la mediación en los conflictos mundiales. Además, gracias a la intervención de Bonilla, podremos ver, con distancia, qué tan viable ha sido negociar en Colombia con grupos que no tienen estatus político. El papel de la sociedad civil en este análisis es algo que no puede seguir desconociendo el presidente Gustavo Petro.

 

 

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