Por: Oscar A. Chala, investigador de la Línea de Democracia y Gobernabilidad
En medio de choques entre el bloque de gobierno y el bloque de independientes y opositores en Senado, se levantó la sesión que elegía al nuevo magistrado de la Corte Constitucional que entrará a reemplazar al saliente Alejandro Lizarazo, luego de que se diera un empate improbable de 50 votos cada uno entre las candidaturas de Miguel Efraín Polo, apoyado por el gobierno, y Claudia Dangond, apoyada por la mayoría de los partidos tradicionales y opositores. Tras ello, apareció un voto “fantasma” que descuadró las cuentas y generó un manto de sospecha de presunto fraude en el proceso electoral.
No obstante, la disputa por la magistratura de la Corte Constitucional ha venido calentándose desde al menos un mes atrás. Con 3 candidatos de tendencia conservadora y de posiciones independientes frente a la defensa de la institucionalidad y de la constitución, el Consejo de Estado sentó posición en la disputa que tienen las Altas Cortes contra el gobierno, marcada por el ambiente de un presunto “lawfare” y de desplantes de uno y otro lado.
Para la mañana de hoy está convocada una nueva votación, que podría decantarse hacia Dangond, en medio de los llamados de los sectores políticos tradicionales de mantener la independencia de la Corte ante una posibilidad de que el gobierno quiera poner a su candidato para movilizar su idea de Constituyente, esta vez, bajo decretos. La mesa está servida para romper el desempate, más cuando algunas fuentes del Congreso que hablaron con prensa indicaron que la mayoría de Dangond es frágil.
La terna con la que el Consejo de Estado contestó al gobierno
El 22 de octubre de 2024 el Consejo de Estado publicó la terna final de candidatos para reemplazar al magistrado Alejandro Lizarazo en la Corte Constitucional. Se decantó por 3 nombres, que tienen en común compartir posturas conservadoras en su lectura del derecho y por sostener tesis que respaldan la independencia y el respeto a la división de poderes y la supremacía de la Constitución como defensa de la institucionalidad colombiana.
No obstante, la inclusión de Miguel Efraín Polo como candidato generó ruido, especialmente por la exposición de motivos y justificación para su candidatura ante el Consejo de Estado, que generó ruido en la misma Corte Constitucional.
Polo enfatizó su capacidad de tomar decisiones independientes, sugiriendo que no estaría alineado automáticamente con el gobierno de turno ni con intereses específicos. Para reforzar esta postura, citó un precedente: su propuesta de inconstitucionalidad del Decreto Legislativo 1277 de 2023, relacionado con restricciones a los contratos de concesión minera en el marco de la emergencia social en La Guajira, una medida impulsada por el Ejecutivo.
Fuente: El Tiempo.
También cuestionó la práctica de la Corte Constitucional de revisar tutelas dirigidas contra otros tribunales. Afirmó que entre 2016 y 2024, el 69% de las acciones de tutela adoptadas en Sala Plena tenían como objetivo decisiones de otras cortes, una situación que calificó como insostenible y que, según él, requería una revisión estructural. Este punto caló demasiado para que el Consejo de Estado se terminara decantando por él, y motivó que la Corte Constitucional publicara un comunicado señalando que la cifra real era 50.5%.
Según El Tiempo, Polo Rosero, abogado con especialización en Derecho Financiero por la Universidad del Rosario, cuenta con un posgrado en Derecho Constitucional del Centro de Estudios Constitucionales de Madrid y otro en Derecho Comparado de la Universidad Complutense. Actualmente, ejerce como conjuez del Consejo de Estado y árbitro de la Cámara de Comercio de Bogotá.
Rosero ha construido una carrera sólida en el ámbito jurídico, destacándose como magistrado auxiliar en la Corte Constitucional, donde trabajó junto a Guillermo Guerrero, Alejandro Linares y Vladimir Fernández Andrade, este último exsecretario jurídico del presidente Gustavo Petro. Además, fue asesor en el Senado para Germán Vargas Lleras y Rodrigo Lara entre 2008 y 2009.
Su perfil cuenta con el respaldo del Pacto Histórico, algunos de los votos del Partido de la U, sectores liberales y el apoyo del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo. Estas alianzas parecen estar movidas por su percepción como el candidato menos conservador de la terna, aunque realmente no existen muchas certezas sobre su posición, debido a que es magistrado auxiliar y no puede sentar posturas públicas sobre ciertos temas.
Se sabe que tiene posiciones conservadoras en términos de derechos sociales, pero le hace atractivo para el gobierno su defensa de una corte mucho más “cercana al ciudadano” y con un enfoque fuerte frente a minorías y poblaciones subalternas, como lo relató Cambio en este artículo.
Esta terna también la conforma Claudia Dangond, quién según el diario El Tiempo, es abogada y tiene una maestría en Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, con una segunda maestría en Políticas de Desarrollo para América Latina del London School of Economics (LSE). Actualmente, ejerce como docente en la institución donde se formó.
Dangond Tiene una relación bastante cercana con el Partido Conservador. Trabajó como consultora interna y fue su candidata al Senado en 2014, campaña en la que abanderó la equidad y las garantías para el acceso a la educación. Sin embargo, no logró una curul, quedándose a poco más de 2.000 votos. Desde entonces, su candidatura ha contado con el respaldo activo de Efraín Cepeda, presidente del partido, quien ha hecho lobby en su favor.
Fuente: El Espectador.
Dangond también ha sido columnista en El Nuevo Siglo y en El Tiempo, donde ha plasmado y tirado línea sobre la mayoría de los temas que ha regulado la Corte Constitucional y con los que no se encuentra de acuerdo, como el aborto, la eutanasia y el consumo recreativo de drogas. Asimismo, se ubica en el mismo espectro de abogados y juristas que considera que la Corte Constitucional se extralimita en sus funciones al tomar decisiones sobre temas que deberían ser legislados por el Congreso, así como también sobre el alcance de las tutelas sobre sentencias judiciales, argumento similar al que sostiene Polo.
El último ternado fue Jaime Humberto Tobar, abogado egresado de la Pontificia Universidad Javeriana y con una maestría en Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, quien es actualmente magistrado auxiliar en la Corte Constitucional. Su trayectoria profesional ha estado marcada por su especialización en derecho privado, administrativo y arbitramento, áreas donde ha concentrado la mayor parte de su experiencia.
Fuente: X (anteriormente Twitter).
Aunque contaba en un principio con el respaldo de Germán Vargas Lleras y de una facción de Cambio Radical que no apoyaba a Dangond, junto con el apoyo aislado de algunas figuras como Alejandro Carlos Chacón, su perfil es percibido como el menos político de los candidatos. No obstante, su apoyo se cayó en los últimos días, aun cuando organizaciones como Causa Justa por el Aborto lo consideran el menos conservador y el que mayores posibilidades tenía de defender decisiones sobre autonomía personal y asuntos de género en la Corte.
Un voto “fantasma” y un empate improbable: crónica de la primera elección en el Senado
Fuente: El Tiempo.
Desde la mañana, la elección del sucesor de Antonio José Lizarazo en la Corte Constitucional se perfilaba como una contienda apretada y polarizada. Los tres candidatos, Claudia Dangond, Miguel Efraín Polo y Jaime Humberto Tobar, expusieron sus propuestas frente a un Senado dividido que inició la sesión mucho más tarde de lo planeado, excusándose en que no había quórum suficiente porque una buena parte de los senadores estaba en una de las audiencias públicas sobre la Jurisdicción Agraria, que se extendió hasta esa hora. Cerca de medio día inició la sesión.
Dangond destacó la independencia institucional que debería tener la Corte Constitucional, mientras que Polo apeló a su trayectoria jurídica como carta para venderse, y Tobar resaltó su experiencia académica y en el derecho privado. Sin embargo, las apuestas estaban decantadas desde antes de iniciar la sesión entre Dangond, impulsada por la oposición (Centro Democrático, Cambio Radical) y los partidos independientes (un bloque del Partido Liberal, Conservador); y Polo, apoyado por sectores cercanos al gobierno de Gustavo Petro (Pacto Histórico, un bloque del Partido Verde, Partido de la U y otro bloque del Partido Liberal).
Tras la exposición de los candidatos, los senadores comenzaron a votar con tarjetones en un proceso que aparentaba ser un trámite normal. No obstante, al momento de escrutar los votos, surgió la sorpresa: había 103 papeletas depositadas en la urna, pero solo 102 senadores registrados en el recinto, debido a que estaban 3 ausentes: José David Name (P. de la U); Alfredo Deluque (P. de la U) y Richard Fuelantala (AICO). El resultado, además, fue un empate improbable: 50 votos para Dangond y 50 para Polo, con dos votos en blanco.
Este "voto fantasma" desató una tormenta política de inmediato, con acusaciones cruzadas entre los bloques y demandas de transparencia, incluyendo la revisión de las grabaciones de seguridad dentro del hemiciclo del Senado. La anomalía opacó el empate entre los dos principales contendientes y dejó en el aire la legitimidad del proceso.
El hallazgo del voto adicional generó una oleada de reacciones dentro del Congreso. Senadores como Antonio Correa, del Partido de la U y cercano al Ejecutivo, y Jonathan Pulido —“JP” Hernández—, del Partido Verde, denunciaron la irregularidad como un “ataque a la democracia”.
Mientras declaraciones de indignación iban y venían, María José Pizarro, senadora del Pacto Histórico, comenzó a moverse para recoger firmas y obligar a la presidencia del Senado a realizar la votación. Del mismo modo, Ariel Ávila demandaba garantías para que se repitiera el proceso. Por otro lado, otros sectores, liderados por el presidente del Senado, Efraín Cepeda, sugirieron suspender la sesión. La tensión escaló con acusaciones de fraude entre ambos bandos. A pesar de los intentos de conciliación, los ánimos se caldearon.
Sostenido sobre lecturas y conceptos jurídicos que solicitó, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, optó por suspender la sesión, argumentando que era necesario aclarar el origen del voto de más antes de continuar. Según un congresista que dio declaraciones a El Espectador, Cepeda levantó la sesión presuntamente porque se dio cuenta que había perdido los votos para que Dangond rompiera el empate.
Al cierre de la jornada, Cepeda aceptó la apelación para que la sesión no se levantara. Con el quórum roto, debido a que no estaban los 53 senadores mínimos para votar de nuevo —solo habían 47—, 44 senadores votaron porque se reanudara la sesión y 3 votaron en contra. No obstante, Cepeda se mantuvo en su postura y convocó la nueva sesión para el día de hoy, martes 19 de noviembre, a las 10:30 am.
Lo que nadie se esperaba es que Polo tuviera un amplio apoyo en el Senado, especialmente por la operación que montó Cepeda y los partidos opositores para lograr que Dangond se quedara con la nominación de la magistratura. De hecho, los intentos por repetir la votación garantizaban que Polo conservara sus 50 votos, la suspensión, permitiría que en una futura sesión Dangond rompiera el empate con los votos de los ausentes. Ganó la segunda postura.
Lo que se viene: ¿es legal la convocatoria a una nueva elección?
Fuente: Página del Senado de la República de Colombia.
Algunos congresistas están apelando al artículo 135 de la Ley Quinta, que reglamenta al Congreso de la República, en la que se indica que cualquier convocatoria para una elección debe realizarse con 3 días de antelación, por lo que llamar a nuevas votaciones (sin siquiera tener claro si el proceso debe repetirse desde el inicio o solo en su fase decisoria) tal como lo ordenó Cepeda en la tarde del lunes sería irregular. El temor de la mesa directiva del Senado es que sea demandada la elección por esta irregularidad y se caiga cualquier nombramiento.
Con respecto a los 3 votos ausentes de José David Name, Alfredo Deluque y Richard Fuelantala, es probable que, siguiendo sus tendencias de votación frente a proyectos de gobierno y sus declaraciones, terminen decantando la decisión hacia Dangond. Deluque y Name hacen parte del bloque del Partido de la U que es distante al gobierno, mientras que Fuelantala ha votado a favor de los principales proyectos del gobierno. No obstante, en emisión de W Radio de la mañana de hoy, Julio Sánchez Cristo ha señalado que lo que puede terminar decantando la votación hacia Miguel Efraín Polo es su amistad con Germán Vargas Lleras, que tiene dividido el voto de su partido entre el nombrado candidato y Dangond.