Por: Línea Democracia y Gobernabilidad
La carrera por la Gobernación de Córdoba ya tiene varios candidatos que han comenzado a moverse para ser los sucesores de Orlando Benítez (Ver: ¿Quién es Orlando Benítez, gobernador de Córdoba?), quien llegó al cargo después de ser diputado por diez años con el apoyo de los congresistas liberales Fabio Amín y Andrés Calle.
La baraja de candidatos tiene hoy dos firmes en carrera: el excongresista Erasmo Zuleta Bechara y el hoy jefe de gabinete del Ministerio del Interior, Gabriel Calle Aguas. Ambos hombres con alianzas o herencias cuestionables. Además, se han sumado otros nombres como el de Juan Martínez Petro, que ya arrancó la recolección de firmas para inscribir su candidatura con el movimiento Córdoba Productiva e Incluyente. Aunque en algunos círculos ha sonado la esposa del excongresista Musa Besaile, Milena Flórez, esta sería una candidatura poco viable porque los hermanos de Besaile no estarían dispuestos a apoyarla.
De la Gobernación de Córdoba han salido algunos de los más grandes escándalos de corrupción de los últimos años, el más recordado, sin duda, el del cartel de la hemofilia, cuyo protagonista fue Alejandro Lyons y en el que también está involucrado Edwin Besaile, el antecesor de Benítez.
La de Córdoba es una gobernación ocupada sucesivamente por candidatos apoyados por los clanes políticos, en disputa entre ellos y sin que haya verdadera competencia electoral.
Erasmo Zuleta Bechara, administrador de empresas y exrepresentante a la Cámara por el departamento, cuenta hoy con el apoyo de la mayoría de los clanes de la región. Zuleta le “cedió” su curul a su prima Saray Robayo Bechara el año pasado para aspirar en 2023 a la Gobernación.
En 2018, Zuleta llegó a la Cámara por el partido de La U, siendo fórmula de John Moisés Besaile. A su vez, Besaile se eligió en el Senado heredando la curul de su hermano Musa, investigado en ese momento por nexos con paramilitares, involucrado en el caso Odebrecht, en el cartel de la Toga y quien aceptó los cargos por parapolítica en diciembre de 2022.
A Johny Besaile, por su parte, la Corte Suprema de Justicia lo llamó a indagatoria en mayo del año pasado por la canalización ilegal de un arroyo, y ya había sido incluido en una declaración del exparamilitar Luis Urán Lara según la cual en el negocio de abarrotes del que era dueño Besaile junto con Otto Bula -B&B-, los paramilitares mercaban. Urán fue asesinado poco después del testimonio.
Zuleta Bechara no solo recibió el apoyo del musismo para su aspiración a la Cámara en 2018, sino que proviene de la familia dueña de la Universidad del Sinú, no alejada de los escándalos. Su madre, Mara Bechara, fue capturada en 2017 en medio de una investigación por irregularidades en unos convenios firmados por la universidad que se financiaron con dinero de regalías. El caso no ha presentado avances y Mara fue dejada en libertad algunos meses después.
Según fuentes de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), en torno a la candidatura de Erasmo Zuleta habría una gran coalición que contaría con el apoyo del clan García Burgos, hoy liderado por el senador conservador Marcos Daniel Pineda, hijo y heredero de la curul de Nora García Burgos; y del sector del liberal Fabio Amín y del excandidato presidencial David Barguil.
El clan Besaile, a su vez, estaría dividido entre apoyar la candidatura de Zuleta Bechara (Johny y Edwin Besaile, con el apoyo de la excongresista investigada por parapolítica, Zulema Jattin) o suscribirse a una alianza con el Pacto Histórico en el departamento (Musa). A pesar de que se ha dicho en los últimos días que la candidata de dicha alianza sería la esposa del propio Musa, Milena Flórez, al parecer sus aspiraciones se mantendrían de cara a las elecciones legislativas de 2026.
Alrededor de esta posible alianza fue notoriamente polémica la reunión entre Nicolás Petro y Musa Abraham Besaile Flórez, hijo de Musa y de Milena. No hay que olvidar que Nicolás Petro creció en Montería junto a su madre, Katia Burgos, por lo que sus vínculos con estas familias son de vieja data.
Por su parte, quienes también persiguen el apoyo del Pacto Histórico en Córdoba son los miembros del clan Calle, que fueron los primeros en subirse al bus petrista durante la campaña presidencial. De esa familia el candidato sería Gabriel Calle Aguas, hermano del actual representante a la Cámara Andrés Calle, quien lideró la disidencia liberal que se manifestó tempranamente en favor de Petro.
Gabriel Calle Aguas es abogado, fue designado en septiembre del año pasado como jefe de gabinete del Ministerio del Interior e hizo parte de la coordinación de la comisión de empalme del mismo ministerio. Calle Aguas es hijo del exalcalde de Montelíbano y actual concejal Gabriel Calle Demoya, investigado por presuntos hechos de corrupción denunciados por Pares (Ver: El destino trágico que pesa sobre Montelíbano) en la empresa de acueducto Jaguazul, y a quien la Procuraduría le abrió investigación disciplinaria el año pasado por la entrega de recursos en las instalaciones del Concejo.
Si se llegara a concretar la candidatura de Gabriel Calle, esta podría contar con el apoyo de Bernardo “el Ñoño” Elías, político condenado por Odebrecht, y de Ana Paola García, fórmula en Cámara y actual representante del hermano del Ñoño, Julio Elías Vidal. Elías Vidal entró al Congreso después de quemarse en marzo y tras la renuncia de Berner Zambrano.
Así las cosas, el panorama para el presidente Petro y el Pacto Histórico se vislumbra en Córdoba como una renovación de las alianzas que ya hizo en 2022 con los clanes políticos, aunque esto lleve consigo un altísimo costo por las evidentes preguntas y contradicciones que surgen entorno a ellas cuando se anunciaron como “el cambio”. Sobre los clanes de Córdoba pesan investigaciones y en algunos casos condenas, como en el caso de los Besaile, que los vinculan con el paramilitarismo y con la corrupción a los más grandes niveles. El Pacto Histórico está lejos de concretar un liderazgo propio e independiente en este departamento y las alianzas con grupos políticos cuestionados les han sido electoralmente muy fructíferas, pues fue mediante ellas que logró arrasar en la costa atlántica.
¿Y la Alcaldía de Montería?
La carrera a la Alcaldía de Montería y la de otros municipios del departamento está aún en cocción y por ello son muchos los precandidatos en lista que se irán depurando con el pasar de los días.
Sin embargo, parece claro que para esta elección las asperezas que surgieron entre el clan de los García Burgos (Ver: Clan García Pineda: la marea azul de Córdoba) y el excandidato presidencial David Barguil se limarán, pues formarían una sola coalición conservadora. Aunque el candidato de esa posible coalición no está definido, es posible que sea Arturo Mercado, quien fue secretario de Gobierno de la administración de Marcos Daniel Pineda, exalcalde de Montería para el periodo 2016-2019 y hoy congresista. Mercado es abogado de la Universidad de Antioquia y tiene una especialización en gestión pública y derechos humanos.
Otra persona que está en la baraja de candidatos de los conservadores es Héctor Fabio Cordero, gerente del equipo de béisbol de la ciudad, Vaqueros, que es patrocinado por Pineda. Cordero renunció a la vicepresidencia de Integración Productiva de la Agencia Rural de Desarrollo el año pasado. Asimismo, fue director técnico de Montería Amable durante la segunda administración de Marcos Daniel.
El Pacto Histórico, por su parte, está pensando en hacer una consulta interna para elegir a su candidato y para ello el partido que primero anunció su apuesta fue el Polo Democrático Alternativo. Será Leonel Márquez, quien es actualmente concejal. Márquez, según el periodista Oswaldo Marchena, ha “navegado” en las aguas de varias fuerzas políticas, que incluyen a David Barguil y al mismo Marcos Daniel. Márquez, a su vez, reconoció en una entrevista su cercanía con Musa Besaile.
Entre otros posibles candidatos que están en la lista se cuenta también a Fredy Sánchez Kerguelén, que inscribió un grupo significativo de ciudadanos llamado “Montería está lista”. Sánchez Kerguelen es politólogo, tiene una maestría en gerencia y práctica del desarrollo y fue jefe de la Oficina de Emprendimiento y Desarrollo Económica hasta antes de las elecciones del año pasado.
Es hijo de Freddy Sánchez Arteaga, exrepresentante a la Cámara por el liberalismo entre 1998 y 2006, y quien apareció como firmante del Pacto de Ralito, a pesar de que el proceso judicial en su contra por este hecho precluyó. Sánchez Arteaga intentó ser el candidato del clan del musismo a la gobernación de Córdoba en 2019, pero fracasó.
Precandidatos cuestionados a la Gobernación de Córdoba
Es administrador de empresas, tiene una maestría en gestión de organizaciones y fue elegido por el Partido de La U como representante a la Cámara por Córdoba entre 2018-2022. Llegó a la Cámara siendo la fórmula de Johny Besaile y con el apoyo del clan del musismo, siendo además cuñado de Edwin Besaile. Antes de llegar al Congreso, su trayectoria profesional se limitó a ocupar diversos cargos en la Universidad del Sinú, que es de propiedad de su familia. Su madre, Mara Bechara, fue capturada en 2017 en el marco de una investigación por irregularidades en convenios firmados por la Universidad del Sinú y pagados con dineros de regalías, pero quedó libre en 2018 sin que el caso haya presentado avances. La candidatura de Zuleta contaría con el apoyo de los García Burgos, de Fabio Amín, de David Barguil y de los hermanos Edwin y Johny Besaile.
Es abogado y cuenta con maestría en derecho público. Actualmente es jefe de gabinete del Ministerio del Interior, estuvo en la comisión de empalme de ese ministerio y fue el coordinador de la campaña de Petro en Córdoba. En 2021 ocupó el cargo de secretario de Desarrollo Económico en la administración del actual gobernador Orlando Benítez, quien incluso designó a Calle Aguas como gobernador encargado durante algunos días del mes de enero en 2020. Es hijo del exalcalde de Montelíbano, Gabriel Calle Demoya, investigado por presuntos hechos de corrupción denunciados por Pares en el caso de Jaguazul.
Kommentarer