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La historia del primer parapolítico colombiano que es considerado un héroe en Puerto Boyacá

Por: Redacción Pares




Al principio de los años ochenta se erigió un letrero en la entrada del municipio de Puerto Boyacá. En él decía “Bienvenidos a Puerto Boyacá, tierra de paz y progreso, la capital antisubersiva de Colombia”. En pleno Magdalena Medio “Los escopeteros” un grupo de campesinos que recibían plata de los grandes ganaderos para armarse, se organizaron con armas y decidieron rechazar a las FARC que azotaba esas tierras tan ricas. Los Escopeteros era un proyecto armado liderado por Ramón Isaza, precursor del paramilitarismo quien hoy en día, después de soportar los rigores de una enfermedad cognitiva, pudo hacer las paces con el Estado Colombiano. Uno de sus hijos, conocido por su alias de “Terror” era una ficha clave para el Clan del Golfo antes de caer abatido por la policía a comienzos del 2025

 

“Los Escopeteros” estuvieron apoyados no sólo por los ganaderos y buena parte de los habitantes de Puerto Boyacá sino que también se tejió una política que buscaba darles viabilidad. Hubo un congresista en esta región que tuvo que ver en esto y fue Pablo Emilio Guarín. Sobre él es esta historia.

 

Su infancia la pasó en Puerto Boyacá. Tanto él como su familia se dedicaron a colaborarle al frente 4 de las FARC que pastaba en la zona. Más que por algún tipo de filiación ideológica, los Guarín ayudaban a las FARC por miedo. En el territorio las opciones que le quedan a un colombiano en zona de guerra son pocas. O ayudas o te mueres. Puerto Boyacá, por su riqueza y ubicación, era un pedazo de la torta más que apetecible. Queda a seis horas de Bogotá que se bordea por el rio Magdalena. Entre sus riquezas está el petróleo. La labor que cumplían los Guarín, sobre todo el padre de Pablo Emilio que era enfermero, era la de curar a los heridos de la guerrilla. La guerra los fue poniendo en un bando, el de combatir a las FARC. Por eso creó un grupo paramilitar que tuvo ayuda de los batallones crecanos al municipio, el batallón Bárbula.

 

Así se fueron vinculado narcos que eran dueños de grandes extensiones de tierra, ganaderos cansados de pagar extorsiones y secuestros, políticos y miembros de la fuerza pública. La meteórica subida de Pablo Emilio Guarín, quien pasó rápidamente de puestos secundarios en el partido Liberal a liderar la lucha contra la guerrilla -dicen que el detonador fue la venganza de su amigo Jesús Hernández a manos de las FARC-  fue una de las fuerzas que logró a sembrar y hacer crecer la semilla del paramilitarismo en Colombia. Ahora que regresó Carlos Lehder al país debería contarnos cómo se formó el MAS, el movimiento Muerte a Secuestradores, del que Guarín fue miembro en 1982.  Se tienen reportes de que Guarín incluso participó en incursiones armadas.

 

1982 fue un año clave para el crecimiento de las Autodefensas en ese lugar del Magdalena Medio. Ese año se conformó la Asociación Campesina de Ganaderos del Magdalena Medio, la Acdegam. Bajo esta asociación se escondieron los intereses del paramilitarismo, siempre con la ayuda de la Fuerza Pública. En Acdegam surgiría Henry Pérez, otro de los precursores del paramilitarismo y el hombre que lideraría la operación donde fue asesinado en la plaza central de Soacha Luis Carlos Galán. Entre Pérez y Guarin traerían al mercenario israelí Yahir Klein quien sería el hombre destinado a entrenar paramilitares en Magdalena Medio. Su escuela traería muerte y desplazamiento a decenas de miles de colombianos.

 

Guarín llegó a ser Representante a la Cámara por Boyacá en 1986. Su discurso anticomunista pegó bastante en la población. Su figuración en el congreso sólo duró un año. En 1987 las FARC lo mataron en Chocontá. En Puerto Boyacá lo lloraron en su momento y sigue siendo considerado un héroe. Incluso allí la alcaldía creó una medalla al mérito cívico que lleva su nombre: Pablo Emilio Guarín.

 

Por cierto, cuando asesinaron a Pablo Emilio Guarín, El Tiempo sacó esta sentida nota que se convirtió en el primer homenaje público a un parapolítico:

 

"Se temía el asesinato del representa Pablo E. Guarín Vera, aguerrido defensor de las ideas democráticas. Su vida la trazó el signo de una permanente lucha contra las ideas totalitarias perpetradoras del comunismo. Por conocerlo y haber militado en sus filas cuando comenzó su vida política, dedicó el resto de su trayectoria y agitada actividad a desenmascararlo, rechazarlo y buscar en las pugnas electorales lo que consiguió: derrotarlo. Sabía del riesgo que estaba corriendo y había tomado todas las precauciones del caso Por eso esperábamos que el crimen no se consumara Nos duele inmensamente la muerte de Pablo E.Guarin....puede ponerse el ejemplo de la corajuda actitud de Pablo Guarín como muestra de hombría y decisión".

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