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Foto del escritorRedacción Pares

La importancia de Carlos Correa, el líder que despareció el régimen de Maduro

Por: Redacción Pares




En los primeros días de enero, en su programa, con el Mazo dando, Diosdado Cabello, uno de los hombres más fuertes del régimen venezolano, salió a criticar la decisión de Gustavo Petro de no asistir a la posesión de Nicolás Maduro. Además de la falta de transparencia a la hora de demostrar la victoria electoral, aparecía otro lunar: la detención de Carlos Correa el 7 de enero. La respuesta de Cabello fue la de la agresión, la acusación rampante. Sobre Correa afirmó que “no se trataba de ningún angelito”. No le tembló la voz para afirmar que el defensor de derechos humanos se trataba de un golpista: “El que estaba al frente de eso se llama Enrique Márquez, parte del golpe de Estado que quieren dar en Venezuela. Aquí no hay ángeles, y menos en los opositores, para los que andan defendiéndolo, ¿oíste, (Gustavo) Petro? Defiéndelo, está defendiendo a un niño de pecho (...). Puede ser tu amigo, pero es un delincuente”. Cabello ha repetido hasta el cansancio y con su natural descaro que detrás de Correa se esconde la figura del golpista fascista, del delincuente, del conspirador pagado por los gringos.

 

Por supuesto esta era sólo una muestra más del autoritarismo de Cabello. Basta darle un vistazo a su curriculum para darse cuenta de su importancia. Periodista, egresado de la Universidad Católica Andrés Bello, fundador en el 2002 de la ONG llamada Espacio Público que tuvo la valentía de cuestionar los constantes atropellos del gobierno bolivariano contra la libertad de prensa y las voces que expresaban su inconformidad con el creciente autoritarismo que terminaría convertida en una de las dictaduras de izquierda más feroces del continente.

 

Correa es cercano a esta fundación por su relación con la ONG Provea, con quien hemos podido trabajar por la restauración de la democracia en Venezuela. Desde el principio fue un periodista consagrado a las luchas populares. Tenía un programa radial, a finales de los años ochenta, llamado “Sábado Popular”. Antes del internet, y de las redes sociales, era muy difícil atraer el foco mediático a los que más lo necesitaban. No existían demasiadas nociones de periodismo realmente popular. Y lo que hizo Correa con su programa fue darle voz al que no tenía. Además la policía en Caracas se caracterizaba en ese momento por los abusos a líderes y cualquier manifestación social. Correa, acostumbrado a correr riesgos, tenía la suficiente valentía como para denunciar cualquier comportamiento extremo y que coartaba libertades. Es que en ese momento el gobierno de Jaime Lusinchi implementó lo que se conocía como “La ley de vagos y maleantes” y el programa radial de Correa era un paraguas que protegía a la verdad de la represión.

 

Los periodistas, ciudadanos de a pie y líderes podrían abrazar el programa de Correa para sentirse protegidos.

 

Más de una semana después de su detención no se sabe nada de Correa quien se ha unido a la larga lista de miembros de la sociedad civil que han sido apresados por un régimen que cada vez se cierra más a las libertades, al mundo, que es cada vez más ilegítimo.

 

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