A pesar de la escala de violencia de las últimas semanas, nunca antes en la historia de Colombia las Farc y el Gobierno Nacional habían avanzado tanto en un proceso de paz como lo han hecho en La Habana.De hecho, la tregua unilateral decretada por las Farc el 20 de diciembre de 2014 y que alcanzó a llegar hasta el 22 de mayo pasado mostró resultados importantes en la reducción de la confrontación armada al pasar de 179 acciones mensuales en promedio durante 2011, antes del inicio de las negociaciones de paz, a 98 acciones armadas, 12 de estas violatorias de la tregua, lo que da como resultado un promedio de 18.2 acciones por mes.
Desde que las Farc dieron por finalizada la tregua unilateral se han presentado 281 acciones armadas, es decir que en algo más de un mes de reactivación del conflicto se superó el número de acciones que se presentaron durante toda la tregua.
La mayoría de estas acciones se han concentrado en afectar la infraestructura energética y de hidrocarburos del país.
Hay que decir que la tregua repercutió en la generación de un ambiente más favorable para la negociación, conllevó a la disminución del número de víctimas, al tiempo que permitió vislumbrar en los territorios el efecto inmediato de que las Farc no hicieran uso de las armas. Así, las labores de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en la construcción de paz en las regiones también se facilitó y se dio un respiro para pensar en que un país distinto es posible.
Al día de hoy, todo eso está en riesgo. Cuando en diciembre las Farc decretaron el cese de hostilidades y luego lo extendieron por tiempo indefinido muy pocos sectores de la opinión pública incluido el Gobierno valoraron este gesto.
También varios medios tradicionales enfocaron sus informaciones en dar cuenta de las violaciones de la tregua –que la Fundación Paz y Reconciliación cuenta en 12- para recalcar en estas y evaluar las verdaderas intenciones de la guerrilla. Así mismo, sectores políticos del país decidieron hacer sus propias mediciones para exhibirlas a la opinión pública y mostrar que la tregua no había tenido ningún efecto.
La situación actual pone en peligro los avances concretos de la negociación en La Habana y pueden mantener al país en el ostracismo en el que se ha detenido los últimos 60 años. Por eso es importante el anuncio realizado hoy por las Farc en el sentido de que retomarán el cese del fuego unilateral el próximo 20 de julio. Ojalá como sociedad aprendamos a valorar los momentos de silencio de los fusiles para que esto que aún es un sueño, pueda ser en un futuro cercano una realidad.
Columna de opinión publicada en Revista Reconciliación Colombia
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