Por: Laura Cano. Periodista Pares.
La protesta social está de nuevo tomando fuerza en Colombia, y con ella también la minga indígena que había sido anunciada hace algunos días luego de que, en un acto reivindicativo, fuera tumbada la estatua de Sebastián de Belalcázar ubicada en El Morro del Tulcán de la ciudad de Popayán.
Hay que iniciar diciendo que la minga es convocada por varios motivos, entre ellos por el incumplimiento a los acuerdos a los que se había llegado en la minga del año 2019, adicional, ante una ola de violencia que se ha ensañado en departamentos como el Cauca, donde se tiene registro que habitan alrededor de 190.069 personas indígenas.
Con esto, autoridades indígenas confirmaron que el próximo 10 de octubre se reactivará en el sector de El Pital, en Caldono, Cauca, la minga indígena del sur occidente, en la que se solicita que el 11 del mismo mes Iván Duque asista y escuche a las comunidades y organizaciones; de no cumplir se ha invitado a que la minga se movilice hacia Cali y Bogotá.
Vale la pena mencionar que se ha informado desde el Consejo Regional Indígena del Cauca – CRIC, que son 127 autoridades las que decidieron continuar con la minga pendiente en el año 2019. Desde la organización se comunicó que: “Esta minga será de carácter político y no reivindicativo, así que la Consejería Mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC, invita a la población nacional y a diferentes organizaciones, a unirnos en una sola voz de unidad por la defensa de la vida, el territorio y la paz”.
La minga como acto en contra de la violencia
El pasado mes de agosto desde la Defensoría de Pueblo se emitió la Alerta Temprana 029-2020, la cual advierte los riesgos inminentes de vulneración de derechos humanos, como: restricciones a la movilidad, reclutamiento forzado y ataques indiscriminados contra la población civil, por la presencia y accionar de grupos armados en Íquira y Páez, Huila.
Se menciona lo anterior puesto que el Consejo Regional Indígena del Huila, CRIHU, es una de las organizaciones que ratificó su participación en la movilización, esto como acto de rechazo a la violencia que se concentra en el departamento, que además hace parte del panorama general que afecta a las comunidades indígenas.
“Esta minga será de carácter político y no reivindicativo, así que la Consejería Mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC, invita a la población nacional y a diferentes organizaciones, a unirnos en una sola voz de unidad por la defensa de la vida, el territorio y la paz”. Foto: Cortesía.
Siguiendo lo anterior hay que mencionar que según datos de Indepaz desde el 2016 y hasta el 8 de junio de 2020, han sido asesinados 269 líderes indígenas, 242 luego de la firma del Acuerdo de Paz y 167 durante la presidencia de Iván Duque, adicionalmente en lo que va del 2020 han sido asesinados 47 líderes indígenas, y 14 de ellos durante el periodo de aislamiento preventivo.
Por su parte desde el CRIHU se informó que se enviara una comisión del Huila hacia el Cauca en donde la minga ha sido convocada, además, ante una situación de seguridad que se ha deteriorado y con esto se ha provocado un desangre en el país a causa de un incremento en el número de masacres, que solo en lo que va del año hay un reporte de 62, adicional de un incesante escenario de asesinatos selectivos contra líderes y lideresas, en el cual los/as indígenas se han convertido en un foco de persecución y hostigamientos.
¿En había quedado la minga?
Tras movilizaciones semejantes realizadas en 2005, 2009 y 2014 en las que fueron incumplidos los acuerdos a los que se habían llegado, desde marzo de 2019 se inició la Minga en la Vía Panamericana, el cual finalizó con una serie de acuerdos, por ejemplo, tras la visita de la entonces ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, se estableció que se realizaría una inversión de $800.000 millones, que, hay que señalar, era mucho menor a lo que se pedía desde los manifestantes, quienes proponían una inversión de $4,6 billones.
Adicionalmente, desde el Gobierno se propuso entregar 1.500 hectáreas para resolver las necesidades de todas las organizaciones que integraban la minga, no obstante, lo que se estaba pidiendo era que fueran dispuestas 40.000 hectáreas, pues como se argumentaba desde el CRIC, apenas el 37 % de las 544.900 hectáreas de territorios de propiedad colectiva son productivas. A esto se suma que transversalmente se solicitaba, como se ha hecho por años, mejores condiciones de salud, vivienda y, en general, condiciones dignas en escenarios de garantías de seguridad y territorios de paz.
Sin embargo, y aunque los acuerdos tenían distancia con lo solicitado, se reclama que estos no han sido cumplidos, además se ha incrementado la violencia dirigida contra las comunidades indígenas, por lo que urge que desde el Gobierno se ponga atención y se actúe, motivo por el que la minga se reactiva como acto de exigencia y rechazo a los incumplientos.
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