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La mujer que sostiene a Nicolás Maduro y a su esposa Cilia Flórez

Por: Redacción Pares


Foto tomada de: ABC y Semana


Cuando Vanity Fair quiso escribir un perfil sobre Delcy Rodríguez en el 2017 se encontró en un aprieto: nadie quería hablar sobre ella. Se escapaban de sus interlocutores, acaso, un adjetivo. En lo que sí coincidían todos, los que la querían, los que la odiaban, es que su carrera política se la debe a su padre. Chávez admiraba a muchos venezolanos, a Miranda, a Bolívar, a Alí Primera y a Jorge Antonio Rodríguez, uno de los ídolos de la izquierda en Venezuela.


Arrancó en la política a finales de los años sesenta haciendo un paso breve por Acción Democrática, uno de los partidos tradicionales de ese país antes de que apareciera el chavismo. Pero Rodríguez quería cambios en una ciudad tan desigual como era Venezuela, viviendo un boom petrolero que generó el derroche y la corrupción como sucedió en el primero gobierno de Carlos Andrés Pérez. Por eso se convirtió en un destacado líder estudiantil. Su influencia, su poder de mando, lo pusieron en la mira del SIFA, Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas. Lo acosan, lo siguen, lo capturan.


La primera vez que lo metieron preso fue en 1973 acusado de rebelión. Esa primera vez salió por su propia cuenta. Tres años después no sería así. Los cargos por los que lo detuvieron en 1976 eran muy duros, más graves. Lo acusaron de estar detrás del secuestro de la empresa productora de vidrios Owen Illinois, William Niehous. El secuestro, hecho por parte de la guerrilla, duró más de tres años. A Niehous los insurgentes lo señalaban de ser un agente de la CIA. La policía de Carlos Andrés Pérez empezó su cacería. Rodríguez fue arrestado por agentes de la DISIP en la avenida Sucre, frente al liceo Miguel Antonio Caro en un día de sol en Caracas. Fue torturado hasta su muerte el 25 de julio de 1976. Tenía 34 años y dos hijos, Jorge, que tenía en ese momento 10 años y Delcy Eloína, que tenía siete.


Entre la izquierda Delcy se convirtió en un referente. En los años ochenta asumió una posición en contra de uno de los orgullos venezolanos: sus reinas de belleza. Detestaba esos concursos y los consideraba una degradación. Sus ídolos eran Castro y el Che. Pero fue Chávez quien impulsó su carrera. La nombró, una vez ganó las elecciones de 1999, Coordinadora General de la Vicepresidencia de la República Bolivariana de Venezuela y luego directora de Asuntos Internacionales del Ministerio de Energía y Minas. Era una abogada treintañera que ya empezaba a amasar poder. Su fuerte, sin embargo, eran las relaciones internacionales.

Las críticas que despertaba el evidente autoritarismo que ya mostraba en ese momento Hugo Chávez, tenían que ser repelidas con una labor diplomática seria. Por eso fue nombrada la segunda en la cancillería venezolana detrás de Alí Rodríguez. Luego se acercó aún más a Chávez siendo nombrada ministra del despacho de la Presidencia. Pero una pelea con el líder de la revolución bolivariana la llevaría al ostracismo durante unos años.


En marzo del 2013 se hace oficial la muerte de Hugo Chávez. Maduro es el elegido.


Inmediatamente piensa en Delcy Rodríguez para ser ministra de comunicaciones. Con ella llegarían los años más duros para los medios venezolanos. El cierre de RCTV en el 2007 fue la prueba de que no se respetaba la libertad de prensa en Venezuela. Rodríguez lo ratificaría.

Según el informe de la línea de Democracia que saldrá este viernes 5 de abril, Clanes políticos en Venezuela, el grupo político de Diosdado Cabello y de los hermanos Rodríguez “para enero de 2014, 21 medios de comunicación no tenían forma de imprimir sus periódicos debido a una profunda crisis que hubo en la adquisición de divisas para importar insumos y papel periódico y publicar tiradas diarias. También fue en su ministerio que se ordenó apagar la señal del canal colombiano NTN24 durante las protestas de 2014, siendo este uno de los primeros actos de intervención en la prensa internacional por parte del gobierno de Nicolás Maduro. Tras ser removida como ministra, Rodríguez se postuló como candidata a magistrada del Tribunal Supremo de Justicia”.


Ahí no pararía su ascenso. En el 2014 Maduro la nombró Canciller. En ese momento 18 países de la OEA se quejaron ante la evidente erosión de la democracia en Venezuela. Su defensa a lo que ellos llaman “La Revolución bolivariana” le valió ser condecorada por Maduro y ser, a su vez, condenada internacionalmente. La Unión Europea, por ejemplo, le prohibió pisar su suelo.


Después de que salió de la cancillería el presidente venezolano, que siempre ha desconfiado de Diosdado Cabello, le dio plena confianza y decidió que sería el contrapeso para equilibrar la balanza ante aquel militar todopoderoso. Fue elegida presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente y se convirtió entonces en una de las mujeres más poderosas de Venezuela. Así llegó a ser vicepresidenta.


En el informe de PARES anteriormente mencionado, se mostrará como Rodríguez maneja los hilos del poder junto a su hermano Jorge y su pareja, el empresario Yussef Abou Nassif Smaili. En uno de los apartes del informe se lee lo siguiente sobre el poder de lo que ya se llama el Clan Rodríguez: “El papel de Delcy y Jorge Rodríguez en el gobierno oficialista es claramente abrir de todas las formas posibles los canales de negociación con el mundo exterior para suavizar el peso de las sanciones que, en parte, han impedido cualquier intento de recuperación de la economía venezolana. Tras un volantazo en el que el gobierno de Nicolás Maduro decidió volver hacia un modelo de mercado, luego del experimento fracasado de planificación durante el ministerio de Ricardo Menéndez a inicios de su gobierno, en 2014, Delcy ha intentado acercarse de nuevo hacia el sector privado y ha impulsado la emergencia de nuevos empresarios, mientras que Jorge, en su doble papel de presidente del parlamento y negociador con la oposición, busca acuerdos para relajar las medidas y permitir que el flujo comercial permita la recuperación económica. Para ello, Delcy y Jorge tienen control sobre cargos clave para recibir fondos, distribuirlos y ampliar márgenes de negociación hacia el exterior”.


Espere este viernes leer el informe completo en ésta, la página del portal Paz y Reconciliación.




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