Por: Luis Eduardo Celis
La política de Paz Total tiene como propósito la superación de todas las violencias organizadas, mediante diálogos, negociaciones y acogimientos. Hay un tratamiento diferenciado a los actores. Con el ELN y disidencias de las Farc hay diálogos y negociaciones. Con las mafias y herederos del paramilitarismo habrá acogimientos. Estos últimos van a contar con una ley, que está en trámite, la cual será referente central para un proceso en el que habrá, por supuesto, estímulos en penas y capitales, y garantías para la vida de los que se acogen y sus familias.
Está política está en curso y se van a lograr establecer esos procesos de diálogos, negociaciones y acogimientos. Sus perspectivas de éxito pueden concretarse en este gobierno. Hay una política en desarrollo y no se puede hablar de ningún fracaso. Hay disminución de los hechos de violencia (eso dice el informe de la JEP presentado esta semana). Igualmente, las estadísticas sobre homicidios muestran un descenso si se comparan los primeros cuatro meses del 2022 con los del 2023.
Vamos a ver los desarrollos de estos procesos con los ajustes que se requieran. Hay que avanzar en la política de Paz Total, en toda su complejidad: proteger los derechos de las comunidades, tramitar los conflictos territoriales, formular planes territoriales para la construcción de estado de derecho en los territorios críticos y redoblar la acción para implementar el Acuerdo de Paz con las FARC de 2016.
El tercer ciclo de negociaciones con el ELN traerá importantes logros en los temas que se trabajan: participación de la sociedad, cese bilateral y dinámicas humanitarias. En las próximas semanas vamos a ver otras mesas instaladas, con los respectivos equipos de gobierno responsables de llevarlas adelante.
La política de Paz Total no está en crisis, mil dificultades sí, nada es fácil en la gestión de estas largas violencias. Las comunidades afros, indígenas y campesinas, que por décadas han sufrido las violencias, incluidas las del Estado, saben que hay un gobierno, con el apersonamiento del Alto Comisionado de Paz, Danilo Rueda y su equipo, tejiendo con este mundo social, esta política qué traerá mejores días, para estos territorios donde la vida debe florecer.
*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.
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