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La razón por la que el ELN no quiere renovar el cese al fuego con el gobierno Petro

Por: Redacción Pares




Desde la campaña presidencial Gustavo Petro se concentró en lograr lo que en un principio el llamó “La Paz Integral”. Iván Cepeda y Francia Márquez ya hablaban desde ese temprano momento en una Paz Total. Petro se sentía incómodo con el término. Lo que se buscó en ese primer intento fue conseguir la Paz con las Autodefensas Gaitanistas, o Clan del Golfo, implementar los acuerdos de paz con las FARC y conseguir la Paz con el ELN. Tres meses después de haberse posesionado, el 7 de agosto del 2022, el Congreso logró aprobar la ley de Paz Total. El presidente quedaba facultado para establecer diálogos con grupos que no tenían estatus político. Así buscó lograr acuerdos con bandas urbanas como La Terraza en el Valle de Aburrá o los Shottas y Espartanos en Buenaventura.


Esa dispersión de la paz empezó a cobrar factura en la mesa de negociación con el ELN. Vera Grave e Iván Cepeda han hecho hasta lo imposible por lograr avances significativos en esos diálogos. Uno de ellos fue lograr firmar el acuerdo de participación política que podría ser el inicio de un proceso de dejación de armas por parte de ese grupo e intentar conseguir el poder por medio de las urnas. Otro de los logros fue el que ocurrió el 5 de julio del 2023 al haberse expedido el decreto 1117 por el que se establecía un cese al fuego entre ambos bandos. Este cese al fuego iría hasta el 3 de agosto del 2024 y se le habría una puerta a la posibilidad de renovarlo.


Pero se han cometido errores que tienen en el limbo esta mesa de negociación. Un paso en falso fue nombrar a un comisionado de paz como Otty Patiño que ya habría tenido distancias irreconciliables con ese grupo armado. Partir la negociación y sentarse a hablar con el Frente Comuneros Sur, de Nariño, sin la autorización del Comando Central del ELN, ha constituido un punto de no retorno para reiniciar conversaciones. Para el ELN los Comuneros Sur son una disidencia y consideran una falta de respeto del gobierno el haber establecido vasos comunicantes al margen de las decisiones del COCE.


Además de todo esto el ELN había puesto como condición ser sacado de la lista de Grupos Armados Organizados, GAOS y les dieran su estatus político para negociar con más holgura. Dentro de la mesa de negociación del gobierno hay integrantes, como José Félix Lafaurie, quien pidió el pasado viernes 2 de agosto audiencia privada con el presidente Petro y le pidió suspender los diálogos con esa guerrilla. El duro de Fedegán se expresó así en su cuenta de X: “Yo soy partidario de hacer un alto en el camino en las negociaciones con el ELN. Es necesario hablar con ellos de manera honesta, muy honesta”.


La tensión en la mesa de negociación con el ELN habría sido determinante para que el presidente se tomara una pausa de más de 72 horas a la hora de reaccionar ante el escándalo que generó en Venezuela las elecciones presidenciales del domingo 27 de julio. La no publicación de las actas ha generado un revuelo internacional. Incluso antiguos aliados de Nicolás Maduro, como Cristina Fernández de Kirchner, le han pedido al presidente venezolano demostrar claridad en su triunfo. Petro ha tomado distancia y ha mesurado sus declaraciones ya que existe un interés de que Venezuela siga siendo garante del proceso de paz. La frontera, además, es demasiado porosa y desde antes del chavismo los elenos han tenido campamentos en tierra venezolana.


La situación está álgida. La Paz Total, una de las banderas del presidente, pende de un hilo. Sin el ELN negociando es difícil que se puedan mantener los diálogos con bandas delincuenciales en ciudades colombianas. La verdad la Paz Urbana este 2024 no ha tenido avances significativos.


Los que más sufren con esta incertidumbre son las regiones en donde se cruza el conflicto.

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