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La razón por la que se celebra el día internacional de la mujer

Por: Redacción Pares



Foto tomada de: History Latinoamérica


Este ocho de marzo cientos de miles de mujeres en Colombia saldrán a las calles a gritar por sus derechos. La llegada de un gobierno progresista, que puso en primera línea de su Plan de Desarrollo a la mujer alienta la esperanza. Sin embargo los cambios son lentos. Aunque el tema de los derechos de las mujeres ha cobrado la fuerza que siempre se ha merecido en los últimos años, aún hoy en día son pocos los colombianos que saben la razón por la que se celebra este 8 de marzo el día internacional de la mujer.


La fábrica Triangle Shirtwaist se caracterizó por contratar mano de obra barata entre los inmigrantes que llegaban a Nueva York buscando el sueño americano. El sindicato, en 1911, era dominado por las mujeres que confeccionaban con sus manos ensangrentadas blusas y camisas. Eran salarios de hambre, sin derechos de primas, vacaciones. Eran esclavos. Y las mujeres dijeron no más. Y no aguantaron más.


La huelga duró meses. Ellas se mantenían firmes. Los dueños de la fábrica que amasaron una fortuna con la misera ajena eran los comerciantes judíos Max Blanck e Isaac Harris, tenían 500 mujeres que trabajaban de manera ininterrumpidamente durante nueve horas al día, de lunes a viernes y el sábado lo hacían siete horas, bajo salarios minúsculos y sin ningún tipo de seguridad. Según Infobae por esas cincuenta y dos horas de trabajo semanales le pagaban entre siete y nueve dólares que al cambio de hoy serían apenas 30 dólares, unos 120 mil pesos.

Las mujeres montaron su huelga y exigieron menos horas laborales y algo que siguen peleando las mujeres en las fábricas, oficinas, universidades y demás estamentos laborales: una igualdad de salario con respecto a los hombres.



Ellas decidieron no salir a la calle sino hacer la huelga en sus puestos de trabajo. Los dueños de la fábrica decidieron cerrar las puertas para que no entraran delegados del sindicato. Sobre el origen del incendio hay muchas teorías. Algunos dicen que las costureras trabajaban con materiales inflamables y alguna fumadora debió haber dejado un cigarrillo mal apagado, otros, como el New York Times, le echaron la culpa a un desperfecto en una máquina de coser que, al funcionar, echaba chispas. Incluso una revista que desapareció con el tiempo hizo una investigación sobre los misteriosos incendios que acompañaban a ciertas fábricas cuando más le convenía a los dueños.


El punto es que las puertas nunca debieron haber sido cerradas, que los reclamos tuvieron que ser escuchados y así se hubieran ahorrado un saldo trágico: 123 trabajadoras quedaron atrapadas y murieron en el incendio. Más de un siglo después la lucha continúa. Este gobierno nombró en su Plan Nacional de Desarrollo como “sostenedoras del mundo” e ideó una estrategia para su empoderamiento. Sin embargo aún falta concretar en hechos las palabras. Que este ocho de marzo sirva para recordarle a Petro, y a todos los mandatarios del mundo, que se necesitan acciones inmediatas y que los cambios se hacen con hechos.  

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