La tragedia que rodeó al padre de la Inteligencia Artificial
- Redacción Pares
- 22 feb
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Actualizado: 25 feb
Por: Redacción Pares

La IA tiene muchos padres. Elon Musk, con el ego que lo define, no demorará en atribuirselo por su desarrollo. Lo cierto es que desde finales de los sesenta existen programas en el que los humanos pueden establecer conversación con las máquinas. El primero de ellos fue ELIZA quien se convirtió en todo un suceso. Con códigos precarios y una tecnología que apenas empezaba, ELIZA podría generar algún tipo de empatía con la persona con la que intercambiaba mensajes. La operación era simple: a una pregunta de ¿Cómo estás? La máquina contrapreguntaba ¿Cómo estás tu? Esto fue un éxito no sólo por la revolución tecnológica que significaba que las computadoras intercambiaran mensajes con los humanos, algo que sólo podría verse en películas de ciencia ficción como 2001 odisea del espacio de Kubrick, sino que también revelaba la pobreza de las interacciones entre las personas.
En los años noventa el enfrentamiento entre Gasparov, el mejor ajedrecista de todos los tiempos y una máquina de IBM volvió a poner sobre la palestra lo que sólo se planteaba desde la ciencia ficción. Gasparov derrotó una vez a la máquina pero la IA se fue prefeccionando hasta que pudo derrotar sin problemas al mejor ajedrecista de todos los tiempos.
Sin embargo la verdadera revolución se dio en el 2014 cuando el mejor jugador de Go, un intrincado juego chino que tiene más de cuatro mil años de antiguedad, se enfrentó a un programa llamado AlphaGo. Haciendo unas jugadas completamente revolucionarias -en el sentido de que jamás en la historia de este juego se habían hecho- pudo derrotar al humano. La partida fue transmitida por streaming a millones de personas. En estos momentos, febrero del 2025, el gobierno de Donald Trump ha anunciado la inversión de 500 mil millones de dólares para desarrollar una ultra moderna IA que, en manos de quienes está, podría convertirse en una amenaza para la humanidad.
Todos estos pasos no fueron más que lo que siguió después de que Alan Turing creara el ordenador para derrotar a los nazis. Así es, en las manos de este matemático, lógico, informante teórico, criptógrafo, filósofo y biólogo teórico, estuvo la derrota de Hitler en Europa. Es que él era el encargado de descifrar los códigos que enviaban los nazis encriptados, en donde informaban sobre sus ataques, son zonas débiles. Con esa información los aliados, encabezados por Inglaterra, pudieron acabar con el Tercer Reich. Para eso creó una máquina llamada Enigma que resultó siendo el primer computador. En 1950 creó el primer predecesor de la inteligencia artificial, lo que se conoce como La prueba de Turing, un criterio según el cual puede juzgarse la inteligencia de una máquina si sus respuestas en la prueba son inestinguibles en un ser humano.
A pesar de todos sus logros en la Inglaterra de 1950 aún podía considerarse un delito ser homosexual. Fue torturado sicológicamente y condenado a castración química por lo que se consideraba una perversión. En 1952, con el alma destruída, le inyectó cianuro a una manzana y se la comió. Lo encontraron tendido en el suelo, con la manzana con un solo mordisco. Unas décadas después otro visionario, Steve Jobs, le haría un homenaje con el nombre y el logo de su compañía: Apple.
El legado del padre de la inteligencia artificial es fascinante, pero también está marcado por la tragedia. Su impacto en la tecnología sigue influyendo en muchos ámbitos, desde la informática hasta los juegos de azar. Un ejemplo es el RNG (Random Number Generator), una tecnología clave que garantiza la aleatoriedad en los juegos de casino. Para quienes quieran entender mejor cómo funciona el RNG en los juegos de azar, es un concepto esencial en la industria del entretenimiento digital.