La traición, otra adicción de Benedetti
- Iván Gallo - Editor de Contenidos
- 1 dic 2024
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Actualizado: 5 abr
Por: Iván Gallo - Editor de Contenido

Armando Benedetti buscó precisamente a Yezid Lancheros, nuevo director de Semana, para contarle sus planes de regreso a Colombia y su firme determinación para dejar atrás al alcohol y las drogas y someterse a un tratamiento de desintoxicación. Sin embargo estas frases fueron borradas por un hecho mas determinante: a pesar de sus escándalos Armando Benedetti dejaba la FAO en Roma para instalarse de nuevo en Palacio esta vez como Alto Consejero presidencial. Analistas como León Valencia, intentando descifrar una jugada en la que todos coinciden en calificarla como un error, creen que lo que hizo Petro fue usar una de las máximas de Vito Corleone, personaje central de El Padrino, “ten cerca a tus amigos pero aún más cerca a tus enemigos”. Porque este podría ser el campanazo de que Armando Benedetti, quien ha demostrado su cercanía con Vicky Dávila, podría pasarse a esas toldas, algo que sería fatal para el petrismo de cara al 2026.
No sería la primera vez que Armando Benedetti cambie de piel.Hijo de Armando Benedetti Jimeno, ministro de comunicaciones de Samper, arrancó como periodista en el recordado noticiero QAP, estuvo en el sector privado y de ahí se lanzó de una a la política de la mano de Germán Vargas Lleras. En el 2001 fue Representante a la Cámara sacando más de 31 mil votos. Arrancó su legislatura siendo acérrimo opositor de Alvaro Uribe pero de la noche a la mañana se cambió de piel y se convirtió en el uribista más fervoroso. En alguno de sus albumes deben estar fotos con Uribe, compartiendo momentos en paseos, cenas, espacios más allá de la política.
Dejó a los liberales y se pasó a la U y como recuerda La Silla Vacía su slogan para llegar al senado fue simple y claro “100% con Uribe”. Fue tan fervorosa su entrega al autodenominado presiente eterno que llegó a empujar la poibilidad de una segunda reelección. Los que creen que Roy Barreras es el Fouché de la política colombiana no conocen la trayectoria de Benedetti, quien para el 2010 decidió pasarse a la orilla de Juan Manuel Santos, considerado por el uribismo puro y duro como el traidor mayor. El 20 de julio del 2010, cuando Uribe ya rumiaba el sabor de la traición de Santos por su evidente acercamiento a Chávez y a buscarle una salida negociada a las FARC, fue elegido presidente del Senado. Cuatro años después lo encontramos buscando la reelección de Santos y transformado en enemigo declarado de Uribe.
En el 2018 coqueteó de nuevo con su primer mentos, Germán Vargas Lleras, quedó en la estacada, desobedecieron -junto con Roy Barreras- los mandatos del partido de la U que buscaban respaldar al entonces presidente Iván Duque y deciden irse al Pacto Histórico. Petro necesitaba, después de lo que le había pasado en las elecciones presidenciales del 2018, romper el cerco de los 8 millones de votos y ampliarlos. Convencer a otros sectores lejanos de la izquierda. Tenía dos operadores de lujo, Roy y Armando. Pero el segundo se salió de control. El premio por su abnegada tarea en campaña fue ser embajador en Venezuela. La segunda embajada en importancia después de Estados Unidos. En Caracas, era el chacho. Recibía a los empresarios que tenían esperanza en la reactivación económica. Pero sus fiestas se convirtieron en un problema de seguridad nacional, según se lo expresó el gobierno de Maduro al Canciller Leyva quien salió a voz en grito a recordar las aficiones de Benedetti. Luego se filtrarían los audios con Laura Sarabia, se armaría el zafarrancho y saldría de la embajada de Venezuela, duró un tiempo en el ostracismo y rápidamente el presidente lo colocó en la FAO a pesar de que un sector grande del petrismo ve en Benedetti al mismísimo ángel del infierno.
Su regreso a Palacio después de su estadía en Roma -en donde también fue protagonista de escándalos- provocó una mini rebelión de ministros a Petro. Ahora, como asesor presidencial, también será, seguramente, lo que siempre ha sido: un eficiente operador político. Benedetti es una molestia para el gobierno, sin duda, pero podría hacer más daño lejos de él. Se sabe con qué facilidad cambia de piel. En manos de Vicky podría ser mortífero para Petro.
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