top of page

Las CITREP en cifras: así le ha ido a las curules de paz en estas dos legislaturas

Por: Oscar A. Chala

investigador de la Línea de Democracia y Gobernabilidad





En este Congreso entraron a operar las curules transitorias territoriales de paz (CITREP), contempladas en el Acuerdo de Paz, cuya finalidad ha sido darle voz a la mayoría de las víctimas del conflicto armado y permitirles participación política en el Congreso. Con la finalidad de que duren este período (2022-2026) y el próximo (2026-2030), están compuestas por 16 curules elegidas entre diferentes organizaciones comunitarias de víctimas, en los territorios priorizados PDET a nivel nacional.


En estos dos períodos legislativos, le pusimos la lupa a la labor de los representantes de estas curules para entender en dónde han concentrado la mayor parte de su trabajo y si su ejercicio legislativo ha sido eficiente en estos dos años, especialmente frente a la posibilidad de que estas curules transitorias amplíen su período o se conviertan en curules permanentes.


El paso legislativo de CITREP en datos


Las curules de paz están compuestas por 16 escaños dentro de la Cámara de Representantes para dos períodos legislativos (2022-2026 y 2026-2030). Todas estas curules son elegidas por asociaciones comunitarias y otras organizaciones de carácter local a nivel territorial. Hasta ahora, ninguno de los congresistas de estas curules se ha retirado o ha sido reemplazado, aunque sí existen diferentes cuestionamientos a varios de ellos por su origen familiar o por la manera como fueron electos candidatos dentro de estos procesos.


Uno de ellos es Jorge Tovar, hijo de Rodrigo Tovar Pupo, alias “Jorge 40”, excomandante del bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), condenado por crímenes de lesa humanidad. Jorge Tovar llegó a ser elegido dentro de la circunscripción especial de Cesar y Magdalena con 17 mil votos, luego de ser cuestionado por ser hijo del excomandante paramilitar y por haber sido coordinador de Víctimas dentro del Ministerio del Interior durante el gobierno Duque.


Así mismo, aparecen nombres como el de John Freddy Núñez, elegido por la circunscripción del Huila y Caquetá, quien es víctima por la muerte de su esposa presuntamente a manos de las FARC en 2007, quien ha ejercido diferentes cargos públicos en el departamento del Caquetá y que se ha quemado en diferentes candidaturas, tanto a la alcaldía de Florencia, como a la Asamblea Departamental de Caquetá y al Senado. Núñez ha sido militante y director del extinto partido Convergencia Ciudadana, luego Opción Ciudadana y Partido de Integración Nacional (PIN).


Núñez ha sido cuestionado también por su cercanía con políticos cercanos a los paramilitares, como Álvaro Pacheco, exgobernador del Caquetá, condenado por su relación con las autodefensas.


En el caso de Karen Manrique, elegida por la circunscripción No. 2 de Arauca, su cuestionamiento se ha dado durante su ejercicio en el cargo, al haber sido salpicada en el caso de corrupción de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (UNGRD), además de haber sido cuestionada en campaña por el presunto apoyo que recibió de la maquinaria del Partido Liberal en Arauca para su elección en 2022.


Tal y como lo reseñamos en este artículo, en promedio los congresistas más activos dentro del parlamento suelen participar entre 67 y 146 autorías de proyectos de ley, y suelen apoyar la convocatoria a entre 48 y 80 debates de control político. Recogiendo los datos de transparencia y rendición de cuenta de los mismos congresistas, consignadas en los perfiles de cada uno de ellos en la página web de la Cámara de Representantes, la labor de las curules de paz a mitad de este ciclo legislativo estaría muy cercano al margen mínimo de ese promedio (34 autorías de proyectos de ley, que si se mantiene esa tendencia podría ser de 68 proyectos de ley en 4 años), lo que implica que su trabajo está por debajo de la media frente a otros partidos y congresistas.

En estos 2 años, los congresistas de las curules de paz han presentado en promedio 34 proyectos de ley, 18 ponencias, 7 debates de control político y 4 audiencias públicas.



Fuente: Elaboración propia con datos de la Cámara de Representantes. 2024.


Frente a la autoría o coautoría de proyectos de ley, el representante John Jairo González, de la circunscripción No. 3 del Bajo Cauca ha sido quien ha tenido más movimiento legislativo, con 64 proyectos de ley firmados, de los cuales 15 han sido de autoría propia en este último período legislativo (2023-2024), mientras que John Freddy Núñez ha sido autor o coautor de solamente 2 proyectos en 2 años. La mayoría de los representantes de curules de paz han participado en más de 30 proyectos de ley.



Fuente: Elaboración propia con datos de la Cámara de Representantes. 2024.


Con respecto a las ponencias de proyectos de ley, 5 representantes han participado en más de 30 de estos proyectos, siendo Diógenes Quintero, de la circunscripción No. 4 de Norte de Santander, el que más ha sido ponente (40 veces), seguido de Juan Carlos Vargas, de la circunscripción No. 13 de Bolívar-Antioquia (38 veces), Orlando Castillo, de la circunscripción No. 9 de Cauca y Valle (34 veces), Karen Manrique, de la circunscripción No. 2 de Arauca (33 veces), y James Mosquera, de la circunscripción No. 6 del Chocó y Antioquia (30 veces). En este caso, 4 representantes de víctimas han tenido una labor por debajo de 10 ponencias en sus 2 años de trabajo legislativo.



Fuente: Elaboración propia con datos de la Cámara de Representantes. 2024.


En relación con la convocatoria y participación en debates de control político, solo dos representantes de estas curules han tenido movimiento. Por un lado, Luis Ramiro Ricardo, de la circunscripción No. 8 de Bolívar y Sucre ha estado en 30 debates de control político, así como Juan Carlos Vargas, que ha tenido participación en 23 debates. El resto de los congresistas han tenido participación en menos de 10 debates en los últimos dos años. Esto puede explicarse porque un gran bloque de los CITREP hace parte de la bancada de gobierno, acompañan los proyectos de ley del presidente Petro y votan afirmativo a sus iniciativas y reformas.



Fuente: Elaboración propia con datos de la Cámara de Representantes. 2024.


Ante la convocatoria de audiencias públicas desde el Congreso, han sido Juan Pablo Salazar, de la circunscripción No. 1 de Nariño-Cauca quien ha hecho más convocatorias (18 en 2 años), mientras que William Aljure, del movimiento “Reconciliémonos” y elegido por la circunscripción No. 7 Meta-Guaviare, igual que Orlando Castillo, de la circunscripción No. 9 del Cauca y Valle, no han realizado convocatorias hasta el momento.


No obstante, esta cifra hay que tomarla con pinzas, en tanto muchos de los representantes tienen trabajo con sus comunidades en sus territorios, que además reportan dentro de sus rendiciones de cuentas, por lo que su trabajo de incidencia en territorio es mucho mayor que el que pueden reportar las audiencias públicas.




La reflexión que dejan estos datos es si la apertura de las curules de paz ha garantizado realmente plena participación a la mayoría de las víctimas del conflicto armado en muchos de los territorios marginalizados del país. Aunque la mayoría han cumplido con una labor bastante modesta frente a las agendas de construcción de paz y de la implementación del proceso de paz desde el congreso, está el caso de John Freddy Núñez, quien en solamente dos años ha presentado 2 proyectos de ley (de los cuales ambos fueron archivados por trámite), y fue ponente de 10 proyectos. 


Según su última rendición de cuentas en el Congreso, recibió 30 derechos de petición por su labor, que terminó redireccionando o enviando a traslado por competencia, así como ha tenido una incidencia legislativa muy pobre tanto no aparece en su rendición de cuentas la labor ejercida en las comisiones que participa.


Lo que sí es posible afirmar es que la labor de las curules de paz a nivel territorial es muchísimo más importante que su labor legislativa, lo que implica que llegar a estos cargos de representación ha servido más para generar liderazgos regionales capaces de condensar las reivindicaciones de sus comunidades y llevarlos al congreso, aunque no sea en forma de proyectos de ley. Sin embargo, también es cierto que debe existir mayor vigilancia sobre la labor de varios de los congresistas cuya labor legislativa es pobre.

bottom of page