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Las consecuencias que traerían una respuesta violenta de Israel al ataque de Irán

Por: Redacción Pares


Foto tomada de: BBC


Una de las pocas líneas que respetaba Israel era no atacar consulados o embajadas. El pasado 1 de abril decidió cruzar la línea. El pasado primero de abril el gobierno de Netanyahu lanzó un ataque en el distrito de Mezzeh, en Damasco contra el edificio del consulado de Irán. Fueron siete los muertos. Entre ellos estaba el general de brigada Mohamed Reza Zahedi. El ataque destruyó el edificio de ocho plantas. Zahedi, de 63 años, era un alto comandante de la Fuerza Quds, brazo de operaciones de la guardia revolucionaria en el extranjero. Tenía un papel importante en el conflicto entre Israel y Hezbolah, era el interlocutor y puente entre las dos partes. El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, calificó el ataque como “una violación de todas las obligaciones y convenios internacionales”. No era la primera vez este año que Israel bombardeaba a Siria. A mediados de marzo ataques a Alepo dejaron 53 personas muertas. El argumento de Netanyahu y su gobierno es el de que en Siria se respalda a los grupos que ellos llaman “terroristas” a los que combaten. Irán, que desconoce a Israel como país, ha sido acusado también desde Tel Aviv de apoya financiera y militarme a sus enemigos como son Hamás y Hezbolah en el Líbano, o los hutíes en Yemen.


La reacción en Teherán no se hizo esperar. La gente salió a la calle con banderas de Estados Unidos en llamas. Las reacciones en contra del ataque israelita al consulado Irán en Siria no se limitaron a los enemigos habituales de este país. Algunos aliados importantes, como el gobierno Biden, advirtieron que habían sido informados del ataque “minutos antes” de que se concretara y que jamás dieron su aprobación. Sobre el mediodía del domingo 14 de abril el presidente norteamericano le avisó a Netanyahu que no participaran en ningún contraataque a Irán. En una entrevista telefónica Biden intentó convencerlo de que disfrutara “la victoria” al haber repelido los misiles lanzados desde Irán contra Israel. Pero en ese país quieren una respuesta y de manera determinante y dura.


En la noche del sábado 13 de abril se vieron fuegos sobre el gran templo de Jerusalem. Era la primera vez en la historia que desde Irán se decidía atacar a su más enconado enemigo. Desde que se presentó el ataque al consulado iraní en Damasco desde Teherán se había jurado venganza. Sin embargo no se conocen víctimas fatales de esta incursión hecha con drones y, al parecer, sólo se trató de una operación para desgastar “El escudo de hierro” que es como se conoce el sistema de misiles con el que Israel protege su espacio aéreo.


A pesar de que son cada vez más las manifestaciones en contra de la guerra de cientos de miles de israelitas, Netanyahu sólo quiere guerra. El 7 de octubre del 2023, 1.200 hombres armados que pertenecían a Hamas irrumpieron en un festival de música electrónica que se realizaba en suelo judío. El saldo dejó a más de 1000 muertos pertenecientes al estado judío y se llevaron 200 rehenes. La respuesta de Israel ha sido considerada como desproporcionada. Netayanhu prometió acabar con Hamás y dejó sobre la mesa la posibilidad de que también tendría que hacerlo con el pueblo palestino que apoya a esta organización. Desde entonces las imágenes de niños muertos en Gaza, después de los bombardeos indiscriminados en donde se han contado ataques a centros de salud, hospitales y hasta misiones humanitarias, le han dado la vuelta al mundo y han producido rechazo incluso dentro de Israel.


En sólo dos semanas de ataques Israel produjo 5791 asesinatos en Gaza. Aunque se está haciendo todo lo posible para que el conflicto no escale, se prevé que la respuesta de Netanyahu sea devastadora, algo que no se lo aconsejan sus aliados inmediatos. La OTAN, aunque condenó el hecho, pidió moderación en la respuesta. Pero, por la respuesta del ministro de guerra israelita, Benny Gantz, quien afirmó que Israel, “hará que Irán pague”. Irán anunció que con las acciones del sábado terminarán sus operaciones en Israel pero, advirtió, que si desde este país existe un contrataque, tendrán que asumir las consecuencias de la escalada de la guerra.


 Las próximas horas serán vitales para la estabilidad de la región y también del mundo. Entre las voces más alarmistas se escuchó la del presidente Gustavo Petro quien anunció un probable inicio, con estos hechos, de una “III Guerra Mundial”. La información en la que se basó el presidente, como después se descubrió, surgió de una cuenta falsa. La tónica de las grandes potencias es aconsejar a Israel de moderar su respuesta.

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