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Las maromas que ha hecho Luis Carlos Restrepo, el consentido de Uribe, para no ir a la cárcel

Por: Redacción Pares


Fotos tomadas de: El Colombiano y El País


Entre los titulares que dejaron la entrevista de Daniel Coronell con Salvatore Mancuso quedó una que sigue retumbando veinticuatro horas después de haberlo pronunciado: “Luis Carlos Restrepo ordenó asesinar a Vicente Castaño”. Mancuso ha responsabilizado varias veces al ex comisionado de paz de Uribe de haber traicionado a la cúpula del paramilitarismo al haberles ofrecido prebendas para dejar las armas que al final se cayeron. Pero nunca había lanzado una afirmación más dura contra él. Desde su cuenta de X el ex presidente Uribe ha descalificado las afirmaciones de Mancuso y al propio entrevistador, Daniel Coronell. A Uribe también le salpicaron algunas de sus declaraciones, sobre todo las que se refiere a la participación del helicóptero de la gobernación de Antioquia sobrevolando la zona del Aro mientras se realizaba una masacre. El ex jefe paramilitar se refirió también al apoyo que tuvieron de Pedro Juan Moreno, mano derecha de Uribe en la gobernación de Antioquia.

Sobre Luis Carlos Restrepo en meses pasados habíamos escrito desde la página de la Fundación Paz y Reconciliación. Acá revivimos un perfil sobre cómo ha logrado evadir, el reconocido doctor Ternura, sus líos con la justicia colombiana:


El pasado 19 de marzo fue un día agitado para Salvatore Mancuso. El anuncio del presidente Petro de que estaría dispuesto a recibirlo en Palacio para tener una audiencia privada sacudió el avispero. Además, la entrevista con Hollman Morris para RTVC causó impacto sobre el final del día. Las respuestas a las preguntas de Morris daban para grandes titulares. Afirmó, entre otras cosas, que si bien el ideólogo de ultra derecha José Miguel Narváez fue el que azuzó para que Carlos Castaño tomara la determinación de asesinar a Jaime Garzón, habría nombres de más peso, de poder, detrás. Se trataría de un crimen de Estado. Se despachó largo contra el expresidente Uribe a quien llamó “perpetuador del conflicto”, criticó los falsos positivos durante su gobierno  y afirmó que el Clan del Golfo “es un hijo ilegítimo” de los incumplimientos del gobierno Uribe con los comandantes paramilitares.


Pero la almendra salió cuando se refirió al ex comisionado de paz Luis Carlos Restrepo a quien señaló de ser uno de los instigadores del asesinato del comandante de las AUC Vicente Castaño cuando éste empezó a ser un estorbo para los acuerdos de paz con Uribe. “Hay personas que son instigadoras de crímenes. Cuando Vicente Castaño le solicitó al comisionado Luis Carlos Restrepo y al presidente Uribe, y así se lo hizo saber a través de Sabas Pretelt, que él se entregaba si se firmaban los acuerdos a los que habíamos llegado las Autodefensas, lo que sucedió fue que asesinaron a Vicente Castaño y quien estuvo detrás de esa muerte como instigador fue Luis Carlos Restrepo como representante del gobierno”.


Cuando Álvaro Uribe nombró al doctor Luis Carlos Restrepo como el comisionado de paz que lideraría la desmovilización de las huestes paramilitares, pocos en Colombia pusieron algún reparo. Siquiatra de la Universidad Nacional, defensor de la nueva Constitución, autor del libro El derecho a la ternura, que fue uno de los libros más vendidos en 1994, su nombramiento en un cargo tan importante en el conservador gobierno de Uribe era una bocanada de aire fresco. Restrepo era conocido por su posición de apertura a repensar la guerra contra las drogas y durante toda su carrera dio visos de ser un defensor a ultranza de las libertades personales. Llegó al gobierno Uribe por su cercanía con Francisco Santos, entonces vicepresidente.


Todo parecía ir viento en popa. En julio del 2003 se firma el Pacto de Ralito y empiezan las desmovilizaciones de los bloques más importantes. Según la Agencia Colombia de Reintegración, 30 mil paramilitares habían dejado las armas para el año 2006. Pero las críticas de los contradictores de Uribe arreciaban. Se quejaban de lo laxas que eran las penas concedidas a los comandantes de las AUC. No había ninguna posibilidad de que los paras contaran la verdad y lo más grave es que se estaban colando narcos en esas listas para poder conseguir la impunidad. Por esos años también se desmovilizó un presunto bloque de las FARC llamado Cacique La Gaitana. Su desmovilización fue televisada en cadena nacional y tratada por los medios adeptos al entonces presidente Uribe como si fuera un suceso histórico.

En el 2009 Restrepo renunció a cargo. Se creía victorioso. El camino de la política parecía allanado. En su paso fugaz como presidente del Partido de la U defendió a brazo partido la reelección de Uribe, renunció para presentarse al senado en donde sus aspiraciones naufragaron. Pronto vendría la tormenta que lo borraría del mapa político.


El 25 de febrero del 2011 La Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía ordenó la investigación a Restrepo por la falsa desmovilización del frente de las FARC Cacique la Gaitana. Se basaron en el testimonio de tres desmovilizados que sostuvieron que todo se trató de un montaje orquestado por el Ejército y Restrepo. Un año después la Fiscalía de Viviane Morales emitía la orden de captura contra Restrepo. Era acusado de los siguientes delitos: delitos de peculado por apropiación, fraude procesal, concierto para delinquir y fabricación, tráfico y porte de armas de uso privativo de las Fuerzas Militares.


Unos días antes de que se ordenara su captura Restrepo huyó del país hacia los Estados Unidos. Además de la desmovilización de los 62 falsos guerrilleros que constituyeron el Bloque Cacique La Gaitana, Restrepo tenía otro lío: haber dado instrucciones al comandante del Bloque Catatumbo de las AUC de no entregar al ICBF a los menores de edad que hacían parte de dicho grupo armado, al momento de la desmovilización que se realizó de diciembre de 2004 en la vereda Campo Dos en Tibú (Norte de Santander), sino que, por el contrario, fueron entregados directamente a las familias. El otro proceso que se le sigue es por la desmovilización del bloque Elmer Cárdenas.


Entre los años 2012 y 2014 Restrepo estuvo en las siguientes ciudades de Estados Unidos intentando estar lo más lejos posible de la justicia colombiana: Washington, Texas, Nueva York, esperando a que Canadá le diera un asilo político que se lo otorgó en el 2015. En el 2022 la Fiscalía de Francisco Barbosa logró que el “Doctor Ternura” como fue conocido por su libro, tuviera circular roja de Interpol. Lo buscaban en 168 países. Escurridizo, ha sabido mantenerse en la clandestinidad, aunque se afirma que su lugar de residencia en este momento es Panamá.

Junto a otros seis implicados en la falsa movilización, en donde se incluye a los oficiales del Ejército el coronel Jaime Joaquín Ariza, Restrepo presentó una tutela a la Corte Suprema de Justicia en donde ante los fracasos en los estrados, aducen que les están vulnerando derechos fundamentales y que –luego de 10 años de litigio– se debe dar por terminado el proceso.

 

Porque entre los ires y venires de una justicia ineficiente, se cumplieron en el 2022 diez años de haber sido abierto ese caso y los sindicados no pasaron de la imputación. Por lo que pidieron la preclusión del caso. Las hábiles defensas de Restrepo y los oficiales del ejército lo que hicieron fue dilatar lo que más pudieron la imputación. La táctica que ya se hace común entre los hábiles abogados colombianos.


A algunos de los sindicados esta pataleta les sirvió, pero a Restrepo no. Un juez de Bogotá determinó que por haber sido servidor público a Restrepo le quedaba vivo el delito de peculado por apropiación, un yugo que le caía también a otros dos oficiales. Restrepo tenía que seguir huyendo de la justicia, lejos de Colombia.


La denuncia de Mancuso en la entrevista a Hollman Morris deja en claro la necesidad de que se juzgue como se debe al ex comisionado de paz de Uribe. La gran pregunta que nos hacemos es ¿Dónde está?

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