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Las mieles a las que renunció Gustavo Bolívar por amor a Petro

Foto del escritor: Redacción Pares Redacción Pares

Por: Redacción Pares




El pasado lunes 10 de febrero Gustavo Bolívar le presentó su carta de renuncia al Departamento Administrativo para la Prosperidad Social al presidente. Esto lo hizo unos días después del polémico Consejo de Ministros que se televisó a todo el país. En él, Bolívar le hizo al presidente una extraña confesión de amor pero le dejó en firme su inconformidad por traer al gabinete a un personaje tan controvertido como Armando Benedetti, acusado de maltrato a las mujeres y de algunos escándalos que tendrían que ver con corrupción.

 

Los medios especularon y afirmaron que esta decisión de Bolívar surgió por su indignación generada por el aterrizaje de Benedetti. Pero esto no sería así. Habría otra intención. La de ser presidente. Bolívar sería el ungido por Petro para continuar, desde el 2026, su proyecto político. A través de un video el ex senador afirmó lo siguiente: “La probabilidad es alta, le soy sincero, especialmente por los resultados de las encuestas que vienen creciendo desde el mes de octubre. En las encuestas internas me ponen a mí como la persona con mayor probabilidad de ganar la consulta frente a compañeros del Pacto Histórico”.

 

Lo único cierto es que a Bolívar le iba mejor, al menos económicamente, con la televisión que con la política. Bolívar, quien se inició en las campañas de la mano del ex ministro de justicia Enrique Parejo y de Luis Carlos Galán, convirtió la escritura de novelas y libretos en una verdadera mina de oro. Arrancó su carrera en la televisión con la serie Pandillas guerra y paz que se convirtió inmediatamente en un exitazo.

 

Y así hizo cientos de libretos para televisión aunque nada se puede comparar con Sin tetas no hay paraíso que ha vendido hasta el momento 20 millones de copias. Por derechos de autor Bolívar ha hecho una verdadera fortuna. Antes de ingresar a la política, nada más en el año 2018, los ingresos brutos de Bolívar fueron de más de 5000 millones de pesos. Y ahí seguiría, haciendo telenovelas para RCN o Caracol -había sonado en el 2023 la posibilidad de que se retirara de la política para escribir una telenovela sobre una historia de amor en tiempos del estallido social- pero le pudo más su convicción política.

 

Hijo del farmaceuta Jorge Isaac Bolívar, quien tenía gran afición por el trago hasta el punto de que una cirrosis lo mató -esa es una de las causas por las que Bolívar no toca el licor- y de su madre, la enfermera Ernestina Moreno, Gustavo es un hombre agradecido, en reiteradas entrevistas le ha agradecido a su profesora de español, Lucía Murcia, su pasión por la literatura.

 

El éxito ha hecho que otros escritores lo miren por encima del hombro. Uno de ellos es Héctor Abad Faciolince quien tildó lo que escribía como “la sicaresca paisa”. Bolívar, quien tantas afugias económicas pasó de niño, se limpiaba las lágrimas de las críticas de los supuestos gurús literarios con fajos de dólares.

 

Sobre las críticas que han recibido, incluso por parte del presidente Petro, sus telenovelas, cargadas de “valores negativos” y que presuntamente influencian a los jóvenes a cometer delitos, ha dado muchas explicaciones pero la mejor sea esta, la que dio en el año 2012 al periódico El Tiempo: “Los  miembros de los carteles de Medellín, Cali y el norte del Valle no vieron televisión violenta durante su niñez, que es cuando según los psicólogos, se fija el comportamiento en las personas. En la época en la que ellos crecieron la televisión era inofensiva. Se pasaban novelas como Pinina, Topacio, Esmeralda, La María, etc. Otra: en México, uno de los países más violentos de la tierra, hoy, los canales de televisión abierta jamás han pasado novelas de narcotráfico. Nunca, y esto lo pueden corroborar con Tv Azteca y Televisa los canales más importantes de ese país. Y otra más: Entre 1.948 y 1.954 hubo más de 100 mil asesinatos violentos en Colombia, incluso los liberales y conservadores se sacaban la lengua por la garganta y para entonces, la televisión no había llegado a Colombia. Y si nos remitimos a las épocas actuales, las que deberían estar influenciadas por la televisión violenta de los últimos años, debemos acudir a las estadísticas de Medicina Legal para descubrir que las muertes violentas en Colombia vienen sufriendo un descenso vertiginoso desde 2005. De 30.000 muertes violentas de ese año hemos rebajado las cifras a 16.000”.

 

A Bolívar no sólo lo odian los críticos de televisión sino también todos los que no quieren a Petro. De él podrán decir lo que quieran pero lo que sí es seguro es que es de las pocas personas que se metió a la política sin tener la ambición de volverse millonario. Cuando llegó al congreso decidió no cobrar su sueldo y eso a pesar de que, en la pandemia, su proyecto soñado, un hotel sobre cine en Girardot, fracasó estruendosamente. Ahora deberá cranearse su proyecto más difícil, el de crear una narrativa que le permita ser presidente de la república en el 2026. Algo que, según las encuestas, es completamente inviable.

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