Por: Redacción Pares
El Dios de la historia está al final de una mesa, despedazando personajes. Ni siquiera Fidel Castro, quien alguna vez afirmó en uno de sus discursos “Sólo la historia me absolverá”, está a salvo. Más que el líder cubano Gamal Abdel Nasser, quien cuando murió en 1970 sólo tenía cincuenta dólares en su caja de seguridad, a pesar de haber manejado tesoros inimaginables cuando construyó para su país, Egipto, la presa de Asuán y nacionalizó el canal de Suéz, podría ser un ejemplo de presidente realmente limpio, íntegro. El y el gran José Mujica que se nos va irremediablemente.
El pasado 9 de enero del 2025 el líder uruguayo publicó un escueto comunicado en donde afirmó que ha perdido definitivamente la batalla contra el cáncer de esófago, este ha hecho metástasis y ha minado su cuerpo. Por eso afirmó lo siguiente: “Ya terminó mi ciclo, sinceramente me estoy muriendo, y el guerrero tiene derecho a su descanso”. El legado de Mujica es el de no haberse dejado tentar por los cantos de sirena que acompañan el ejercicio del poder. Nunca dejó de vivir en una chacra sencilla en las afueras de Montevideo. Cuando le han dicho que ha sido un presidente pobre él contesta de la siguiente manera: “Yo no soy un presidente pobre. Pobres no son los que tienen poco, sino los que quieren mucho. Yo no vivo con pobreza, vivo con austeridad, con renunciamiento. Preciso poco para vivir bien”.
Sus enemigos, que son pocos y se encuentran dentro de la extrema derecha, le sacan en cara su lucha guerrillera. Incluso estuvo preso por el delito de rebelión mientras Uruguay soportaba una terrible dictadura. Abandonó la lucha armada y abrazó la democracia. Una vez ganó la presidencia decidió donar el 90% de su salario - unos 8.700 euros mensuales- para la construcción de viviendas para los más necesitados. No abandonó el carro que tiene desde hace cuarenta años, un Volkswagen escarabajo. Aunque es claramente un hombre de izquierda que es consecuente como un monje medieval en el tema económico jamás se ha radicalizado ni ha pretendido pasar a la historia como el hombre que combatió el capitalismo. Su prasmatismo le ayudó a entender ese sistema y no ha entrar en conflicto con los grandes banqueros internacionales.
Por eso logró hazañas como reducir el desempleo del 22%, digitos que manejaba el Uruguay en el año 2005, cuando tomó la presidencia, al 5% en unos cuantos años. Durante su mandato la desigualdad, uno de los males de América Latina, se redujo en su país. Una de las claves fue el aumento en el salario de los trabajadores uruguayos que fue del 12% en los años en los que fue presidente. Además les dio dignidad a los trabajadores del campo quienes antes de Mujica no conocían derechos como el trabajo con jornadas de ocho horas y seguridad social. El Producto Interno Bruto, además, llegó a crecer hasta el 9%.
Sin necesidad de cárceles como las que siembra el ampuloso Bukele en El Salvador, Mujica convirtió al Uruguay en el país más pacífico de América y tuvo tiempo además para cumplir con sus grandes reformar sociales. Despenalizó el aborto y convirtió a su país en el segundo en el continente en el de permitir que parejas del mismo sexo se casaran. Antes de que el fuera presidente se invertían en su país 13 mil millones de dólares en educación. Después el montó creció hasta los 55 mil millones.
Sus detractores podrán decir que si, que aunque rechazó el bienestar económico personal se dejó tentar por la fama que lo convirtió en casi una figura pop. A su chacra lo han visitado desde cineastas de culto como el serbio Emir Kusturica, hasta raperos que llenan estadios en todo el continente como Residente. Pero ¿Qué quieren? Estamos hablando de políticos y no de santos. Seguro, cuando al fin para a otras dimensiones, cuando Pepe Mujica se convierta en otra cosa, revisarán sus cuentas en los bancos y encontrarán una cifra tan magra como la que tenía Nasser cuando murió. A los grandes hombres el dinero es sólo papel que se comen las polillas.
Es impresionante cómo figuras como Pepe Mujica siguen siendo un referente en la política mundial por su integridad y humildad. Su legado es un recordatorio de que el poder no siempre está vinculado a la acumulación de riquezas, sino a la verdadera conexión con el pueblo. Hablando de tomar decisiones sabias y fundamentadas, si buscas una plataforma sólida para tus inversiones, te sugiero visitar Exness a través de este enlace: exness broker. Esta plataforma te brinda herramientas avanzadas para gestionar tus inversiones de manera eficiente y segura, lo que puede ser clave para tomar decisiones financieras bien informadas.