Por: Isabela Puyana

Laura Peña Peláez es una mujer que desde la firma del acuerdo de paz con las FARC apostó por transformar un territorio como Puerto Asís en el Putumayo.
Según un informe de la FIP sobre Territorio, seguridad y violencias basadas en género en Puerto Asís en el 2029, Puerto Asís es un municipio emblemático a nivel nacional por el desarrollo del conflicto armado en la región del Bajo Putumayo, el arraigo de la economía cocalera y la presencia de diversos grupos armados que han generado fuertes impactos humanitarios.
Con el inicio y desarrollo de los diálogos de paz en La Habana, se dio un desescalamiento de las acciones armadas entre 2015 y 2016. Diferentes dinámicas de violencia en la región se transformaron con la firma y el inicio de la implementación del Acuerdo de Paz con las FARC. Aunque la desmovilización de las FARC ha sido positiva en términos de desescalamiento del conflicto, se ha generado un clima de incertidumbre entre las comunidades por cuenta de la profundización de algunas violencias, especialmente amenazas y regulaciones sobre la movilidad en zonas rurales.
Es justo en ese contexto que Laura, una mujer de Armenia, Quindío llegó hace 12 años motivada por la posibilidad de generar cambios a través del trabajo comunitario y el cuidado de la naturaleza.
“Desde que llegué a Puerto Asís me he dedicado a emprender en el tema turístico, sobre todo adelantando proyectos comunitarios, construyendo un tejido social, todo esto en la Vereda Playa Rica. Cuando llegué a esta vereda me abrumó el tamaño, el color y la riqueza de los ríos, sabía que el cuidado de las personas también depende del cuidado de esas corrientes”.
Laura ha trabajado desde la Vereda Playa Rica, ubicada a 20 minutos de Puerto Asís en el Putumayo, donde vive una comunidad de pescadores que se ha comprometido durante años con el cuidado del medio ambiente: “Se dedican a pescar, sembrar árboles, proteger las semillas que alimentan a los peces y cuidar las especies”, dice Helena Toro, lideresa y representante de la comunidad.

También hace parte de la Asociación ASOOPAP, esta es una Asociación de pescadores artesanales y productores agropecuarios en la que han trazado gracias al trabajo y guía de Laura cuatro líneas de acción: La pesca artesanal, la agricultura y el cultivo tradicional, la conservación del medio ambiente, los recursos naturales y el turismo de naturaleza comunitario.
Según Laura, es a partir de estas líneas que es posible establecer reglas claras sobre cómo se desempeña cada trabajo para no generar impactos irreversibles a las especies y a las aguas.
En el departamento del Putumayo y en especial en Puerto Asís, Laura se ha dedicado a ser guía profesional de turismo. Es la fundadora de la Agencia de Viajes y Operador Turístico Putumayo Tours que trabaja de manera comunitaria con habitantes de la zona para aprender sobre sus costumbres y para enseñar a los turistas a cuidar del ecosistema.
“Nosotros vivimos en una comunidad en Playa Rica ribereña. Vivimos a orillas del río Putumayo. El río Putumayo es nuestra columna vertebral desde la comunidad, pues se convierte en nuestro medio de vida desde la pesca, el recurso del agua del medio ambiente y también la carretera y el local de acceso para llegar a cualquier lugar: para ir al pueblo, para tener todos los servicios que necesitamos, como la salud, las compras y la educación”.

Hoy Laura y la comunidad de Playa Rica son beneficiarios de del programa “Descarbonización del Amazonas” impulsado por Pares, la Fundación TEJ, el Centro de pensamiento de Transición Energética y Open Society, por el que recibirán una lancha con la cual se pueda hacer la sustitución de combustibles fósiles por electricidad con navegación fluvial incorporando paneles solares. Gracias a este proyecto, se busca disminuir la contaminación del agua, por la sustitución del combustible Diesel.
También hacen parte de las escuelas TRANSFORMATEJ en las que se lleva conocimiento sobre bases conceptuales de la transición energética a las poblaciones.
Laura asegura que las Escuelas pueden ayudar a inspirar nuevas alternativas de vida para generaciones futuras y que han alentado a la comunidad: “Nosotros en Playa Rica tenemos acceso limitado a la energía eléctrica, ya que sólo se vive con algunos paneles solares y empezar a tener estos espacios de la escuela de Transición Energética Justa tiene unos efectos muy importantes en la comunidad. Sin energías renovables en un futuro, no habrá turismo. Primero es poder capacitar, informar y dialogar sobre estos nuevos procesos. Ese es un punto muy ganador de estas escuelas y la transmisión de este conocimiento”.
Laura Peña, quien viene trabajando como líder y fomenta el fortalecimiento de los lazos comunitarios afirma que estas iniciativas, que además se construyen con personas del territorio, ya que las clases las dictan profesores de la zona, son esenciales para fortalecer procesos comunitarios.

“A nosotros la TRANSFORMATEJ nos está enseñando esas nuevas formas de la energía, de acceder al recurso, pero que, en este proceso de querer y necesitar la energía eléctrica, podemos tomar mejores decisiones a través de una transición, que sea más amigable más amistosa con nuestra naturaleza, nuestra casa, nuestro hogar, que es precisamente la selva y este paisaje amazónico”.
Laura le apostó a vivir a Puerto Asís, no sólo porque cree en la paz, sino también por el amor a la vida y el cuidado de la biodiversidad coincide que la transición energética justa debe llegar a todos lados.
“Creo que todas las áreas rurales de nuestra región necesitan saber y conocer estas alternativas de adaptación. Llegar a la selva, al territorio, a la llanura amazónica que es donde nosotros estamos. Las energías limpias renovables de una transición más amigable y que tenga un efecto más duradero deberían ser una opción para todos y sobre todo para la calidad de vida de las comunidades”.