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Lo que no le perdonó Leyva a Gustavo Petro

Por: Redacción Pares




Nunca antes un ex ministro había sacado tal arsenal de improperios contra un presidente en ejercicio como lo hizo Alvaro Leyva en la carta que hizo pública la semana pasada. En ella señalaba que el presidente estaba secuestrado por tres de sus funcionarios, su canciller Laura Sarabia, su ministro del interior Armando Benedetti y Ricardo Roa. Además directamente acusó al presidente de ser un drogadicto. Una escena que protagonizaría durante su visita a París habría sido el detonante que le mostró al ex canciller el supuesto problema de drogadicción que tiene Gustavo Petro.

 

El primer gran nombramiento que hizo Petro una vez fue elegido presidente fue el de poner a Leyva como canciller. Su apoyo durante la segunda vuelta presidencial fue fundamental para atraer votos que no necesariamente saldrían de la entraña progresista. Incluso un mensaje que dejó Leyva en esa campaña contra Rodolfo Hernández tuvo alto impacto. Ya siendo canciller en ejercicio Leyva tuvo un problema con la licitación de los pasaportes que incluso afectó al entorno familiar. Hasta donde pudo, Petro lo apoyó de manera incondicional. A pesar de esto Leyva terminó con esa pelea perdida después de que se tomara la decisión de inhabilitarlo por 10 años. Esta sería la razón de su salida de la cancillería. Lo que le molestó a Leyva es que ni siquiera esta decisión es oficial o está en firme. Petro debió haberle dado, según el entorno de Leyva, un compás de espera más amplio.

 

Pero hubo dos hechos que provocaron la ira santa del experimentado político de raíces conservadoras. Una de ellas fue la designación como canciller de Luis Gilberto Murillo, una decisión con la que Leyva no estuvo de acuerdo ya que quería mantenerse en plena actividad diplomática. Leyva es un ejemplo de constancia y vigor, a sus 82 años, por ejemplo, intentó mediar por su propia cuenta en el problema Palestino-israelí viajando él mismo a Gaza y Libano en noviembre del 2024.

 

Leyva esperaba ser nombrado Alto Comisionado de Paz. Las charreteras las tenía. Leyva se ha jugado buena parte de su vida política intentando ser un puente entre el establecimiento y las guerrillas, una posición que ha asumido desde que el gobierno de Belisario Betancur quiso sentarse a negociar con las FARC. Después de la salida de Danilo Rueda del gobierno Leyva esperaba ser comisionado de paz. Según lo indicó El Tiempo este 27 de abril, el ex canciller ya se había acercado con ex paramilitares como alias Macaco y había demostrado que tenía la vitalidad y lucidez para lograr el cargo.

 

Otra decisión que habría molestado al canciller fue la decisión de no comprar aviones Rafale CF3 y decantarse por los aviones suecos que al final el gobierno compró.

 

No debió ser fácil aceptar que uno de sus aliados más firmes, con quien mejor se llevaba y que incluso llegó a hacerlo pensar en la reelección como fue Leyva, ya no está con él. Igual, así los medios tradicionales digan lo contrario, la carta viola los más elementales códigos que debe haber entre funcionarios a la hora de develar la vida privada de un superior.

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