Lo que pierde el Clan del Golfo con la muerte de alias “Terror”
- Redacción Pares
- 3 mar
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Actualizado: 4 abr
Por: Redacción Pares

La noticia fue minimizada en los grandes medios. De Oliverio Isaza Gómez, mejor conocido como “Terror”, se sabía más de su papá que de él mismo. Ramón Isaza, quien fuera aplaudido en el Congreso de la República en julio del 2004, junto a Salvatore Mancuso, y Ernesto Baéz, durante la primera presidencia de Uribe Vélez, fue el creador en 1978 de los “Escopeteros” el primer grupo paramilitar y antisubversivo del Magdalena Medio. Isaza compartía territorio con otro delincuente, acaso más sanguinario que él: Pablo Escobar Gaviria. A diferencia de otros grupos paramilitares el que lideraba Isaza no se doblegó ante el capo de la mafia. Al contrario, le declaró la guerra y se la terminaría ganando en el Magdalena Medio. Ramón Isaza logró lo que pocos guerreros consiguen: llegar a viejos. Hoy padece de Alzheimer pero su rastro en la guerra es comparado con su némesis en las FARC, Manuel Marulanda Vélez. Su hijo, Oliverio Isaza, quien no se desmovilizó de las AUC en el 2006, negándose a aceptar entrar en Justicia y Paz, fue detenido en el 2014. Allí fue entrevistado por varios medios y contó lo duro que había sido para él ser hijo del hombre que ayudó a cimentar el paramilitarismo en Colombia. Ingresó a la guerra a los 14 años, una edad en la que es imposible tener la suficiente consciencia como para empuñar un arma y desde entonces estuvo en la vorágine del conflicto.
El caso es que el 22 de febrero se reportó la muerte de alias “Terror”. La inteligencia del ejército reportó que se movilizaba hacia San Luis Antioquia. Llegarle era difícil. Isaza no sólo contaba con un círculo de 300 hombres armados que lo protegían sino que había sabido ganarse a la población. Se vendía como una especie de Robin Hood. Durante la pandemia robó varias tractomulas repletas de provisiones para distribuirselas entre la población de zonas de Antioquia como Las Mercedes, Puerto Nare y Puerto Triunfo, era el amo y señor. En los últimos días se hacía identificar con el alias de “Comandante David” vestía camuflado y empezaba a padecer del síndrome de invencibilidad que suele hacer bajar la guardia a los hombre que están en la guerra. Le gustaba la fiesta, se descuidó y el ejército obtuvo la información necesaria como para interceptar la camioneta donde iba y balearlo.
Con Isaza el Clan del Golfo pierde la capacidad de expandirse. Era considerado el cuarto de la organización detrás de Jobanis Avila, alias “Chiquito malo” y Elkin Casarrubia, alias “El Cura”. Tenía un alto poder militar dentro de la estructura además de su amplia experiencia en el narcotráfico. Era el dueño de varias rutas que llegaban hasta el Pacífico. Además era uno de los responsables de cubrir al grupo con el barniz de la política: fue uno de los gestores de que el Clan del Golfo cambiara de nombre y se hiciera llamar “Ejército Gaitanista de Colombia” para desesperación de los herederos del líder liberal asesinado el 9 de abril de 1948.
En Puerto Triunfo, donde mandaba, su entierro fue ruidoso. El Clan del Golfo ordenó incluso cerrar los negocios mientras se llevaba a cabo la ceremonia. Se ordenó un luto forzoso. La noticia llegó incluso hasta el esquivo gobierno de Donald Trump quien mostró su aprobación por la operación que terminó con la muerte de “Terror”. Este es un golpe duro para esta estructura criminal aunque basta con ver la dinámica histórica de los grupos armados en el país para ver que apenas se corta una cabeza otra sale casi que de manera espontánea.
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