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Los crímenes que no pagó Mancuso en Colombia

Por: Redacción Pares




A veces vale más el perdón que la justicia, sobre todo si este perdón viene acompañado de verdad. En el cementerio de Cúcuta, en marzo de este año, fueron encontrados 3.800 cuerpos que no estaban en ninguna parte. Personas que habían sido dadas por desaparecidas desde hace 20 años. Hay cientos de familias esperando que les den, más que un cajón con restos, la verdad de lo que sucedió con sus seres queridos y ese es el compromiso que ha suscrito Salvatore Mancuso con el país.


La tarde del miércoles 11 de julio fue particularmente movida para Colombia. En la localidad de Timba, Cauca, la caravana de la vicepresidenta Francia Márquez fue impactada por tiros de fusil. Ella, afortunadamente, no iba en ella, había tomado un helicóptero para desplazarse hasta Suárez. La Jaime Martínez estaría detrás de este atentado. Otra parte del país ya se encontraba preparando el partido por semifinales de la Copa América contra Uruguay y la otra fue la determinación de dejar libre a Mancuso.


Perpetrador de masacres tan devastadoras como la que sucedió en el Salado, Montes de María, en febrero del año 2000, Mancuso dejó la cárcel de La Picota, en donde estaba preso desde febrero, fecha en la que llegó desde los Estados Unidos, por orden de una jueza de Justicia y Paz que recogió todas las medidas de aseguramiento impuestas y las sustituyó por medidas no privativas de la libertad. Una vez ocurrido esto, se dio traslado al Instituto Nacional Penitenciario (Inpec) donde fue expedida la boleta de salida.


Por iniciativa del gobierno y en el marco de la Paz Total Mancuso cumplirá un papel fundamental como gestor de paz. En Estados Unidos pagó una condena de 17 años por delitos derivados del narcotráfico. Pero esto no puede hacernos olvidar de los crímenes que cometió en Colombia. El país debe saber qué es lo que se está perdonando. Son más de 24 mil delitos, en el 2014 reconoció ante la Fiscalía 4.093 de ellos. Estos crímenes van desde homicidios, desapariciones y desplazamientos masivos además de despojos de tierra. En la sentencia de Justicia y Paz se encuentran los siguientes delitos cometidos por este jefe paramilitar. homicidio, desplazamiento forzado de población civil, reclutamiento ilícito, desaparición forzada, tortura, secuestro simple, acceso carnal violento en persona protegida, actos de terrorismo, destrucción y apropiación de bienes protegidos, violación de habitación ajena, amenazas, actos sexuales violentos en persona protegida, prostitución forzada y hasta experimentos biológicos en persona protegida, además de secuestro extorsivo, abortos ilegales y apropiación de bienes protegidos.


En febrero del 2000, coordinó junto a otro comandante de las AUC, alias Cadena, la masacre de El Salado. Durante cuatro días, sin que interviniera la Fuerza Pública, mataron a un número de personas que va entre 60 y 100. Los paramilitares usaron piedras, garrotes y machetes. Ahorraron munición. Jugaron con las cabezas de sus víctimas. Todo el pueblo fue obligado a ver las torturas perpetradas en la cancha de microfútbol del lugar. Fue la primera de una serie de masacres que siguieron una ruta desde El Salado, pasando por Ovejas Sucre y deteniéndose en Macayepo, Bolívar.


Otro de los crímenes más atroces de Mancuso fue el respaldo que le dio a Jorge Iván Laverde, conocido como “El Iguano” comandante máximo de las AUC en la frontera con Venezuela, para adecuar en el sector de Juan Frio trapiches convertidos en hornos para convertir en cenizas a personas. Contra Mancuso también figura una acusación de abril de 2023, después de sus declaraciones a la justicia transicional, por la presunta comisión de 4.071 vejámenes contra al menos 6.500 víctimas de varios departamentos del país, incluidos La Guajira, Magdalena y Santander.


Es importante perdonar pero, también, es vital saber el tamaño del perdón. El perdón siempre debe estar acompañado de un ejercicio de memoria.

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