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Los políticos a los que la Gata, Enilce López, consintió

Por: Iván Gallo- Editor de Contenidos




Fotos tomadas de: Universal y El Tiempo


 

Campañas de gobernadores, congresistas y presidentes, fueron financiadas por la reina del chance, condenada por sus nexos con paramilitares y el homicidio de un vigilante. En su niñez fue empleada doméstica, leía la suerte y, a punta de triquiñuelas, logró amasar una fortuna. Murió el pasado 13 de enero en una clínica en Barranquilla.


 


Sobre las 11 de la noche del sábado 13 de enero Enilce López murió en la clínica de La Costa en Barranquilla. Casi desde el mismo momento de su captura se hizo famosa su foto en una cama de hospital, respirando a través de una mascarilla y con la mirada perdida. Sus enemigos decían que sus supuestas enfermedades eran un pretexto para no ser trasladada a un penal común y pagar su condena en su casa, a donde fue trasladada en varias ocasiones. Pero, después de ser valorada por la Corte Suprema en el año 2013, se determinó que la chancera mayor sufría de desnutrición, un problema que podría ser tratado en la cárcel. Desde que fue capturada en el 2006 estuvo en el Buen Pastor y en la cárcel de Santa Marta. Fueron incontables sus traslados a centros de salud. En donde pasó mayor tiempo recuperándose fue en la ESE, el hospital universitario de Barranquilla.


Su sepelio, el domingo 14 de enero, no dejó indiferente a nadie en la Arenosa. Una multitud la acompañó al parque cementerio Jardines de la eternidad. Incluso se llegó a ver en la despedida a un ídolo del vallenato. Uno de los asistentes al sepelio le dijo al diario El Tiempo “Si lloré a Diomedes Díaz, por qué no a ella, que era la reina del chance”. No importaba nada, ni siquiera que  la empresaria hubiera sido condenada a nueve años por sus nexos con los paramilitares y a 37 años de cárcel por el asesinato del vigilante Amaury Ochoa Torres, ocurrido el 12 de junio del año 2000.


López se valió de varias piruetas jurídicas para encontrarse con la condena suspendida y en libertad en el momento de su muerte. Siempre tuvo la habilidad para sobrellevar lo peor.

 

La Gata hizo lo que pudo para convertirse en una especie de mito y su historia la sabía todo el mundo en lugares como Magangué, a donde llegó a los 10 años de edad, a limpiar inodoros y vender cigarrillos por unidad en el barrio Baracoa. No tuvo fiesta de quinceaños, a esa edad se decidió por ganarse la vida prediciendo el destino de los que quisieran creer. Tuvo un local pequeño frente a un teatro donde sólo pasaban las películas de charros como Vicente Fernández y Pedro Infante. Decían que era muy asertiva. Empezó a correr su fama. Un día entró un policía, se llamaba Hector Julio Pastrana.  Le gustó tanto lo que le dijo que terminó enamorado de ella, dejando un matrimonio de varios años. Saltó al vacío. Pastrana se retiró de la policía, le hace un préstamo al empresario Félix Butrón y según cuenta el periodista Lucio Tórres pusieron un negocio de discos llamado Discolombia y La enramada, una taberna en donde, en vez de salsa, porro y merengue, la música que mandaba los bailes en la década del setenta, ponían baladas románticas. En esa época se dejó correr el rumor que Hector Julio trabajaba para Gonzalo Rodríguez Gacha, el temible socio de Pablo Escobar y uno de los financiadores de las primeras autodefensas del Magdalena Medio. Cuando el miembro del Cartel de Medellín  fue abatido por el ejército en Tolú, en diciembre de 1989, empezó la bonanza económica para el matrimonio Pastrana-López. Cerraron su taberna y decidieron entrar en el negocio del chance. Primero fueron las apuestas el Gato – de donde viene su sobrenombre- y después empezó a extenderse, con la voracidad de una mancha, además de Bolívar, en los departamentos de Sucre, donde creó Aposucre y en Magdalena Aposmar.


Su poder empezó a ser tan grande que las FARC se fijaron en ella. En 1995 secuestraron a su papá y a Hector Julio Pastrana. Además mataron a tres de sus hermanos. Según dijo la revista Semana en su momento uno de sus socios, Renato Pardo, acribillado en el año 2007, era el jefe de la banda de narcotraficantes Los Alcatraces. Informes de la DEA del año 2009 la acusan de haberle lavado dinero a Salvatore Mancuso. A cambio los paramilitares la ayudaron, a punta de votos, a cimentar su monopolio del chance.


Según el portal Verdad Abierta el apoyo de los paras fue fundamental para lograr elegir, en el 2003, al gobernador de Bolívar Libardo Simanca Torres, condenado en el 2012 a tres años y siete meses de prisión por la Corte Suprema de Justicia, por haber recibido beneficios políticos y electorales de los paramilitares del Bloque Héroes de los Montes de María. La Silla Vacía afirma: “A cambio del respaldo a Simancas, la chancera exigió que el gobernador le diera la licitación a Unicat, empresa con la cual unificó sus negocios de chance en Bolívar”. El poder era total.


En el año 2005 la Gata estaba en la cúspide. Jorge Luis y Hector Julio -éste último procesado por parapolítica- fueron elegidos, en su orden, alcalde de Magangué y Representante a la Cámara. Enrique Prims, periodista quien en un principio apoyó la candidatura de Jorge Luis Alfonso López a la alcaldía de Magangué, decidió denunciar las irregularidades que veía en la alcaldía del “Gatico”. Antes de que lo asesinaran, el 19 de febrero del año 2005, cerca al Parque de la Energía en Magnagué, a 150 metros de la Estación Central de la Policía, dejó una nota “Tengo miedo de que me maten porque cuando perdí mi trabajo yo hablé por el periódico cosas que no debí haber dicho, tengo miedo porque esa gente es ignorante”.  Jorge Luis fue condenado por éste asesinato.


William Montes, senador en el año 2002 -condenado por parapolítica-  y Nicolás Curi, alcalde de Cartagena en el 2005, a quien la propia Gata le salió a cobrar públicamente la financiación de su campaña. Curi murió en el 2018 a los 83 años. En el 2005 Gustavo Petro, en una encendida ponencia en el Senado, descubrió a todo el país a la “Gata”. El entonces senador demostró que la empresaria del chance le había aportado a la primera campaña presidencial de Álvaro Uribe, en el 2002, 100 millones de pesos. Pocas horas después de la muerte de López, el expresidente publicó en su cuenta de X el siguiente mensaje: “Reconocimos en su momento que Enilse López aportó dinero, a través de una sociedad, a nuestra primera campaña presidencial. Dicho aporte quedó registrado en las cuentas. Allí lo encontraron quienes me denunciaron como el actual Presidente Petro, entonces miembro del Congreso”.


Uribe no sería el único presidente con el que la dura del chance tuvo contacto. El portal Las 2 orillas hizo públicas fotos de Enilce López con Andrés Pastrana, en la campaña presidencial de 1998, en donde le ganaría las elecciones al liberal Horacio Serpa, y con César Gaviria en la campaña de 1990 en donde se impondría a Álvaro Gómez Hurtado. La foto de Gavira fue en Magangué. No existen pruebas de que La Gata hubiera financia a Pastrana o Gaviria.

Intentó salvarse de las acusaciones de haber recibido apoyo de los paras pero en el 2011 fue condenada a nueve años de prisión por ese delito. Después vendría la condena de 37 años por el asesinato, en un peaje del Carmen de Bolívar, de Amaury Ochoa Torres por parte de los paramilitares. Había sido señalado de ser colaborador de las FARC.


 Las dolencias terminaron consumiendo a la empresaria del chance.  Durante todo el año pasado “La Gata” estuvo varias veces en el hospital. En el momento de su muerte tenía 17 enfermedades relacionadas con la presión arterial. Su hijo, Jorge Luis, a quien el IMPEC le dio un permiso de cinco horas, se mostró cabizbajo en el cementerio Jardines de la Eternidad. La muerte de su madre significa el fin de un imperio político en Magangué y en todo Bolívar.

 



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