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Los Rastrojos Costeños, la pesadilla de los comerciantes en el Atlántico

Por: Redacción Pares




La Fundación Paz y Reconciliación a través de la línea de Convivencia y Seguridad Ciudadana acaba de presenta un balance de la seguridad en Colombia durante el año 2023. El delito que más ha crecido es la extorsión. Los patios de las cárceles se han convertido en los lugares donde se desarrolla este delito. El asesinato del director de La Modelo, a cargo probablemente de grupos que se dedican a la extorsión, plasma una situación que se vuelve cada vez más crítica.


Entre el 2019 y el 2023 este delito aumentó en Colombia un 33.5%. Las razones que da el Balance de Seguridad presentado por pares, de la disparada de la extorsión son las siguientes:


  1. Los grupos delincuenciales han transitado hacia la captación de las rentas ilegales de la extorsión como una forma de diversificación de sus economías ilícitas, principalmente a partir del bajo flujo generado por la actividad de la pasta base de cocaína en los últimos años.

  2. La extorsión es un delito sumamente rentable para organizaciones delincuenciales de diferentes niveles. Es un delito que implica bajos costos de operación, bajos riesgos de judicialización y altas ganancias económicas (Agencia IPC, 2017).


Atlántico es el departamento que más sufre este aumento. Hay una banda que es la que lidera la extorsión en Barranquilla y Soledad. Estos son los Rastrojos Costeños.


En marzo del 2023 el país supo del Negro Ober. Horas después de que en un operativo de la policía fuera detenida su esposa, el temible cabecilla de la banda delincuencial Los Rastrojos Costeños, viralizó un video que grabó desde su celda en la cárcel de Girón, a donde estaba desde su captura en octubre del 2021. Era la principal pesadilla de los dueños y conductores de buses urbanos en Barranquilla, a quien extorsionaba, al igual que a empleados de negocios como Uniapuestas ubicados en la Arenosa, Sincelejo y Cartagena. La recompensa que ofrecían por su captura era de 100 millones de pesos.


Pero ni estando detrás de una reja dejó de amedrentar a sus víctimas. En el video anteriormente mencionado Ober, visiblemente ofuscado por la detención de su esposa, lanzó grabes amenazas a comerciantes de la Costa Atlántica mientras se fumaba lo que parecía un cigarrillo de marihuana: “Lo que está quieto se deja quieto, si ustedes se meten con gente inocente, yo también me meto con la gente inocente y van a ser los comerciantes, los comerciantes me la van a pagar todito, se mueren, se mueren, ahí es donde van a llorar ustedes". Ante el escándalo el Inpec procedió a hacer un allanamiento en su celda en donde encontró celulares y algunos accesorios que están prohibidos en las cárceles.


Su nombre completo es Ober Ricardo Martínez Gutiérrez y desde el 2010, luego de que asesinaran, en un operativo de la policía, a Víctor Carlos Pérez de Alba, mejor conocido como La Máquina del mal. Él, junto a Ober y otro criminal conocido como el alias de Chapú, no sólo se enfrentaron a la Fuerza Pública sino que lograron desplazar al Clan del Golfo de algunas zonas de la Costa. En videos que datan del 2013 se muestran desafiantes diciéndoles al peligroso cartel dirigido en ese entonces por Otoniel  "aquí lo que manda es la gente de los Costeños, el Over y El Chapú sepan que aquí lo que manda es la gente de la costa, aquí no copiamos del Clan del Golfo ni una mon$%"

 

Los Rastrojos Costeños es una división de los Rastrojos Vallunos, creados en el 2002 por Wilber Varela, alias Jabón, uno de los líderes del cartel del Norte del Valle. Él le dio la responsabilidad de armar y formar a esos hombres a Diego Pérez Henao, alias Diego Rastrojo. Tenía como fin cuidar las rutas y los laboratorios de coca del capo. Intentaron desmovilizarse como Autodefensa pero el gobierno Uribe en el 2006 los bajó de ese bus. “Jabón” poco a poco fue perdiendo poder en este grupo. Terminaría asesinado por dos de sus hombres, Javier Antonio Calle Serna alias “Comba” y el propio Diego Rastrojo. Se fueron expandiendo hasta la frontera con Venezuela, Nariño y La Guajira. Bastaron unos años para que ellos, según Insight Crime, operaran en un tercio de los 32 departamentos de Colombia y contaran con 1.500 hombres.


“El grupo colapsó en 2012 con la caída de tres de sus principales líderes. Javier Calle Serna, alias “Comba”, se entregó a Estados Unidos en mayo de 2012, y Diego Pérez Henao, alias “Diego Rastrojo”, fue capturado el mes siguiente. En septiembre de ese mismo año, el Loco Barrera fue capturado en Venezuela y en octubre de 2012, el hermano de Comba, Luis Enrique, también se entregó a las autoridades de Estados Unidos, dejando al grupo sin un liderazgo claro.”


Se estableció una guerra entre la fracción de los rastrojos costeños y los vallunos. Los primeros ganaron. Después de la muerte de La máquina del Mal, Ober quedó campeando. Delinquió durante once años hasta que fue detenido. Desde allí habría seguido delinquiendo a pesar de pagar una condena cercana a los 50 años de cárcel por los delitos de extorsión y homicidios. Según el coordinador del área de Seguridad y Convivencia Ciudadana de la Fundación Paz y Reconciliación, Isaac Morales, la decisión del INPEC de trasladarlo a la cárcel de la Dorada en Caldas, no logró frenar los privilegios que hacía gala en su celda en Girón Santander en donde “empezó a hacer exigencias para tener las comodidades que precisamente tenía y que deja en claro el nivel de corrupción que impera en el INPEC y alcance criminal que puedan llegar a tener personajes como este”.


En febrero los Rastrojos estuvieron en la palestra pública por supuestos apoyos al actual presidente del Senado Iván Name.


Para tener una completa visión de lo que sucede con la extorsión y el panorama del delito en Colombia recomendamos ver el balance de seguridad recientemente presentado por la fundación Pares y su línea de Convivencia y Seguridad Ciudadana.




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