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Los retos y cuellos de botella de la Paz Total

Por: Redacción Pares




Todos los gobiernos le apuntan a un legado. Conscientes del papel que les dará la historia, los presidentes saben que no pueden conformarse con que su paso por el Palacio de Nariño se limite a un retrato colgado en uno de sus salones. Desde su paso por el M-19 y por el senado Petro siempre fue un impulsor de las salidas negociadas a los conflictos.  Su promesa de campaña principal fue la de buscar sentarse a dialogar con la totalidad de grupos armados del país, un esfuerzo ambicioso que desató varios escándalos y que levantó críticas dentro de la oposición. La visita de Juan Fernando Petro, su hermano, y de Danilo Rueda, quien sería su primer comisionado de paz, a la Picota, a hablar con parapolíticos condenados, levantó suspicacia en un sector de la prensa que aún tilda estos encuentros como “El Pacto de la Picota”.


La Ley 2272, o Ley de Paz Total se empezó a tramitar después del 7 de agosto del 2022, cuando Petro, por sus coaliciones, tenía la mayoría en el Congreso, por eso pudo tramitarse con celeridad. En noviembre del 2022 ya estaba lista. Sin embargo, en el informe que se lanzará este 16 de julio titulado ¿Plomo es lo que viene? Dos años de balance y retos de la Paz Total, “no se conoce otro documento que le dé forma. No hay una hoja de ruta y, en definitiva, no es fácil percibir un plan claro”.


La paz ha tenido ya dos comisionados, primero Danilo Rueda y desde noviembre del 2023 Otty Patiño. Se han efectuado cuatro ceses al fuego de los que sólo sobreviven dos y se ha dialogado con siete grupos armados. Uno de los cuellos de botella que ha traído la instalación de mesas, pactar ceses al fuego, llegar a acuerdo es lo organizativo. Donde el avance ha sido más lento es en la provisión de agenda, capacidad, apoyo y recurso humano a los diálogos socio-jurídicos que es el nombre con el cual se conoce a los esfuerzos de diálogo para el sometimiento de grupos delincuenciales o estructuras del crimen organizado de alto impacto (ECOAI). Hoy en día se encuentran activos, pero en cuidados intensivos los diálogos entre Shottas y Espartanos en el puerto de Buenaventura (Valle del Cauca), en Quibdó (Chocó) y en Medellín y el Valle de Aburrá (Antioquia). Por otra parte, los acercamientos con el EGC (Ejército Gaitanista de Colombia) y grupos como las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra han utilizado varias formas de presión, incluyendo presión violenta a comunidades para ser incluidas en el proceso de Paz Total. Hasta el momento no se han presentado avances.

Pero este informe en concreto identifica cuatro grandes retos de la Paz Total.


1.     Primer reto: el “politicómetro” y los incentivos no buscados de la ley de Paz Total para los grupos armados. Que tiene que ver con los cambios que se produce en el tipo de violencia organizada


2.     Segundo reto: información insuficiente sobre las estructuras criminales de alto impacto (EACAI), especialmente sobre el Clan del Golfo/EGC.


3.     Tercer reto: Negociar en un momento de expansión y crecimiento de grupos armados.

Desde la sociedad civil informes como el que presentará la fundación Paz y Reconciliación el próximo martes 16 de agosto sirven para ir mandándole mensajes al gobierno del camino a seguir en la intrincada negociación.


4. Cuarto reto: La comunicación alrededor de los avances de la Paz Total.

Desde el principio, la Paz Total ha sido percibida en la opinión pública como un objetivo inconmensurable o ambicioso en su consecución. Los avances en las negociaciones con los grupos que tienen mesas activas y la disminución de los indicadores de violencia, que forman parte de esta apuesta gubernamental, no han sido visibilizados de manera clara o suficiente por las diversas vocerías que la abanderan. A esto se suma la evidente escalada de violencia liderada por grupos como el EMC y el EGC, que opacan cualquier tipo de avances obtenidos por el gobierno en términos de resultados operacionales o acuerdos en las diferentes mesas de negociación. Ante esta situación, se hace necesaria una estrategia de comunicación más asertiva, enfocada en la pedagogización de la política de Paz Total, especialmente para su ejercicio de territorialización. Es fundamental que se proporcionen claridades sobre su ruta de implementación y los logros alcanzados hasta el momento.


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