Por: Redacción Pares
A mediados de octubre había circulado en las cárceles un panfleto. Este decía lo siguiente: “Saludos cordiales de parte de la organización Los Satanás. Este es un llamado para el Inpec. Le hacemos la exigencia de mover al patrón y al hermano del patio 10 a un lugar donde tengan todos los beneficios. Si no cumplen con nuestra exigencia en un plazo de 24 horas, se dará inicio a un plan pistola contra el Inpec hasta que muevan al patrón a un patio con todos los beneficios… ATT: Los Satanás”. En el Inpec se toman muy en serio los panfletos amenazantes. Hay que recordar que semanas antes de que asesinaran al director de La Modelo de Bogotá, el coronel en retiro Elmer Fernández, se había dejado ver en varios patios un panfleto en donde se amenazaba directamente al directivo. Después de este papel vinieron disparos a la infraestructura del penal y luego el asesinato de Fernández el pasado 16 de mayo.
Desde entonces se vivió una calma chicha hasta que a comienzos de octubre fue interceptado un camión del INPEC en donde trasladaban a reclusos de alta peligrosidad en Cauca y allí fueron asesinados dos guardias. Ayer lunes festivo cuatro de noviembre los peores miedos volvieron a hacerse realidad cuando fue herido, mientras se iba a desayunar en Colsubsidio, localidad de Teusaquillo en Bogotá, el dragoneante Kevin Ramírez López quien recibió varios disparos por la espalda. Fue trasladado de urgencia a la clinica Mederic en donde médicos luchan por su vida.
El puente volvió a ser agitado para el INPEC. El sábado dos de noviembre en la cárcel de Jamundí se reportó un ataque armado en donde quedaron varias personas heridas. La manera con la que perpetraron el ataque fue por medio de la activación de un artefacto explosivo. Los Satanás funcionan desde La Modelo y La Picota y en localidades como Bosa. Se han capturado a varios de sus integrantes, la mayoría de ellos de nacionalidad extranjera.
Los miembros del INPEC llevan meses pidiéndole a este gobierno que se extremen las medidas de protección porque sienten cada vez más la pisada de sus enemigos. En Colombia, como lo ha demostrado la Fundación Paz y Reconciliación en sus informes, el delito que más ha crecido es el de la extorsión y la mayoría de este mal se da en las cárceles del país. El INPEC ha intentado combatir este flagelo trasladando presos pero las bandas delincuenciales han respondido con la más extrema violencia. Por eso están en sus miras.
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