Por: Redacción Pares
Hace cuatro años Donald Trump se fue de la Casa Blanca con la hiel en la boca. Ninguna de sus propuestas -la mayoría referidas al odio- habían cuajado. En el 2016 había ganando las elecciones a Hillary Clinton sin la mayoría del voto popular e incluso no era respaldado al 100% por su propio partido. Tenía el Congreso dividido y claramente lo frenaron. Habían adultos responsables e impidieron que toda su megalomanía saliera a flote.
Cuando se posesiones este lunes 20 de enero todo será distinto. Tendrá el viento a su favor. Steve Bannon, rey de las Fake News y quien desde su podcast War Room, uno de los más escuchados de los Estados Unidos, despliega su veneno habitual contra homosexuales, afroamericanos, indígenas y todo lo que ellos llaman agenda Woke, sentenció lo siguiente “La gente me pregunta qué podemos esperar a partir de este lunes. Yo lo único que les digo es: prepárense, que viene algo intenso”.
Las elecciones del pasado noviembre fueron desastrosas para los demócratas. Confiados en que podría prevalecer la razón, que sería imposible que la gente votara por un hombre encontrado culpable por más de treinta cargos, creían que podrían darle pelea a Trump. Pero nada de esto pasó. Además de ganar los estados claves el magnate también se quedó con el voto popular. En este momento cuenta con mayorías en el congreso y hasta tiene el 55% de aceptación según últimas encuestas.
Como en el circo romano los trompistas más radicales piden el pedazo de la torta más grande para ellos. Que esa frase que reza desde el 2016 “América será grande otra vez” se haga realidad. Con viento en la camiseta el nuevo presidente querrá apoderarse del Canal de Panamá, comprarle a los daneses a Groenlandia -lo que traería efectos devastadores para el medio ambiente- quedarse con Canadá y expulsar a todos los ilegales que estén en Estados Unidos. Lo triste es que muchas de las personas que votaron por Trump tienen ascendencia latina.
La agenda se parece mucho a la que tenía Hitler para Alemania en 1933. Hablar de anexar territorios parecía algo completamente anacrónico. El Tercer Reich exigió los sudetes a los chechos y Danzig a Polonia y terminó desatando la más devastadora de las guerras. Sus políticas sobre inmigrantes y todo aquel que no fuera ario desencandenó el Holocausto. Es lógico que el mundo civilizado esté preocupado.
El Tiempo en su edición dominical reveló que en las primeras horas que esté Trump en su cargo lanzará 100 ordenes para cumplirse de manera inmediata. El primer punto que atacará será la inmigración ilegal.Se congelarán los trámites de refugio y se planea acabar con el derecho de ciudadanía por nacimiento. Países como Colombia esperan una gran deportación masiva de migrantes. Se espera que desde este mismo lunes empiece una gran redada por todo el país cazando inmigrantes.
Pero no sólo latinoamerica podría estar afectada por esta decisión sino que todo el mundo vivirá los rigores de que Estados Unidos se salga del Acuerdo Climático de París. Vendrán además impuestos a las exportaciones de otros países. En el caso de Canadá y México este impuesto será del 25%.
La última esperanza serán las cortes norteamericanas quien deberán atender cientos de miles de demandas de los que estarán en contra de estas medidas radicales que entran directamente al terreno del racismo y la xenofobia. Su política exterior tendrá un primer reto, el conflicto de Ucrania y Rusia en donde le pedirá al presidente Zelensky que ceda un pedazo de su territorio a Putin, esto generará una cascada de efectos que podrían desestabilizar aún más a Europa.
Esta versión de Trump, con plenos poderes, podría hacer realidad las decenas de libros de ciencia ficción que anunciaban el advenimiento de un megalómano asumiendo el cargo con más poder en el mundo. La distopia poco a poco se hace realidad.
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