Por: Redacción Pares

En una de sus últimas columnas en cambio el analista León Valencia hablaba del triste ocaso de un ex presidente como Uribe, quien llegó a disfrutar de más de un 70% de popularidad durante su primer mandato pero que, en vez de poder sumergirse en las mieles de una vejez tranquila -algo que un microscópico porcentaje de la población colombiana puede hacer- debe salir a gastar energía defendiéndose del apremio judicial. En este momento cursa un juicio por supuesta manipulación y testigos y soborno. El pasado 27 de marzo no fue un día muy bueno para él. El juzgado 55 desestimó la tutela impuesta contra la jueza Sandra Heredia y determinó que ella debe seguir llevando su caso. Las maniobras dilatorias por parte de su defensa, liderada por Jaime Granados, apuntaban a la preclusión. Se espera que esta no se de por el bien de la justicia. Uribe tiene el derecho de demostrar su inocencia sin estar pendiente de plazos de tiempo que le permitan salvarse.
Sumado a esto en la semana que termina la Corte Suprema de Justicia le abrió una nueva investigación a Uribe esta vez por la utilización de un vuelo durante su campaña al congreso cuyo costo es de 20 millones de pesos. Sobre el expresidente sus enemigos se han cansado de usar adjetivos y de señalarlo de decenas de crímenes. Lo único cierto es que, en concreto, de facto, estas son las investigaciones que enredan al expresidente además del juicio y la del vuelo durante su campaña al congreso.
La muerte del líder Jesús María Valle y las masacres del Aro y la Granja. Este caso lo tiene abierto la Corte Suprema de Justicia. El abogado del expresidente, Jaime Granados, ha intentado cerrarlos pero Uribe ha querido enfrentarlos. Estos hechos ocurrieron mientras él era gobernador de Antioquia. El acusioso abogado Jesús María Valle le insistía al entonces gobernador que él tenía información de que ocurriría una masacre en las poblaciones del Aro y la Granja por parte de los paramilitares. Lejos de tomar medidas y ordenar investigación para corroborar el tema, Uribe señaló a Valle públicamente. Las masacres del Aro y la Granja ocurrieron entre 1995 y 1997 y existe material probatorio que indicaría que desde la gobernación de Antioquia se habría destinado apoyo logístico a los paras en estas masacres. A Valle lo asesinaron en 1998. Estos crímenes han sido declarados de lesa humanidad por lo tanto no tienen el beneficio de la prescripción. Sobre esta investigación Uribe ha dicho que aunque tienen “miles de folios en mi contra, no hay nada creíble”.
En el 2017 Daniel Samper Ospina, quien ahora está enfocado en hacerle la vida a cuadros a Petro a partir de sus columnas periodísticas, tenía entre sus objetivos a Alvaro Uribe Vélez. Este respondió de manera desproporcionada llamándolo en un trino “violador de niños”. Lejos de disculparse unos días después grabó un video y ahondó aún más el problema. Hace 15 años Samper Ospina era director de la revista Soho en donde sus portadas eran provocadoras ya que casi siempre invitaban a un personaje de la vida nacional para que posara desnudo. Por eso Uribe lo acusó de hacer “publicaciones pornográficas con menores”. Después del rifi-rafe, ya que Samper Ospina reaccionó, el expresidente estuvo obligado a retractarse, pero eso no bastó. El periodista lo demandó por injuria y calumnia. Jaime Granados volvió a remangarse la camisa y contraatacó y lejos de retractarse el abogado emitió un comunicado donde decía lo siguiente: “La violación a derechos del menor, en que ha incurrido el periodista, por la naturaleza del maltrato, es violación al menor, lo cual se desprende de la ley, lo entendemos como un tema ético por su relación con la familia y la sociedad, además de connotaciones morales de acuerdo con los valores de muchas personas”.
El otro gran escándalo que ha marcado la vida del expresidente fueron las Chuzadas que se hicieron desde el DAS a los opositores de su mandato. Por estas chuzadas cayeron los directores de la institución, Jorge Noguera, quien era uno de sus protegidos y María del Pilar Hurtado, quien ha hablado públicamente contra el expresidente. Esto acabaría con esta institución. Algunos investigadores como el periodista Julián Martínez han demostrado hasta la saciedad que estos hechos ocurrieron durante el segundo mandato de Uribe y que es imposible que el expresidente no supiera lo que estaba ocurriendo. Hasta el momento y a través de su red social Twitter, el expresidente ha afirmado que todo eso ocurrió a sus espaldas.
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