Por: Redacción Pares

Los jubilados salen a marchar todos los miércoles en Argentina desde que Javier Milei es presidente de ese país. El lugar donde se apostan es frente al capitolio, al final de la avenida de mayo. Son insistentes, es difícil convencerlos de que se vayan a casa. Quieren respuestas. En Argentina hay un presidente que llegó al poder con un objetivo, bajar la inflación galopante que dejaron los años de los Kirchner. No importa mucho el método, no importa si para hacerlo deban hacer más honda la brecha entre ricos y pobres. Lo que importan son los resultados, no la gente. Pero la gente importa y eso se vio el pasado 12 de marzo en Buenos Aires.
Cada vez es más la inconformidad que sacude a Argentina. Con Milei casi todos los días ocurre un escándalo. Hace tres semana fue la criptomoneda llama Libra, promocionada desde sus redes sociales y que terminó estafando a 44 mil argentinos. Unos cuantos se quedaron con 87 millones de dólares. Ahora fue la represión que se vivió el 12 de marzo, tan violenta como la que ejercieron los militares o un ejemplo más cercano, Iván Duque durante el estallido social. A los jubilados se les unieron miembros de las barras de equipos como River, Boca, Independiente. Es extraño ver protestar por una misma causa a miembros de barras que parecen tienen diferencias irreconciliables dentro de las tribunas.
Ustedes saben que Milei tiene como uno de los símbolos de gobierno la motosierra. Incluso viajó a los Estados Unidos y le entregó una a Elon Musk, su ídolo, a quien admira hasta el patetismo. Esta motosierra, que en Colombia tiene significados y asociaciones tan demoniacas como la que significó la expansión del paramilitarismo, en Argentina es el símbolo de los recortes del gasto público con los que Milei pretende aliviar la economía de ese país. Para él es más práctico botar a miles de personas a la calle con tal de que un número mejore. A los jubilados no sólo les recortaron sus sueldos sino que también se han visto afectados en la entrega de sus medicamentos.
Por eso, desde mediados del año pasado, los jubilados, disciplinados como las madres de la Plaza de Mayo, que movieron las montañas con tal de ver aparecer a sus hijos, se asientan frente al capitolio buscando respuestas. No las han obtenido por parte de un gobierno terco, pero si han conseguido diversos apoyos. Uno de ellos es el de la gente entre las que se incluye las barras del fútbol. Cientos de miles de personas se aglutinaron en la Avenida de Mayo este miércoles y le exigieron a los gritos respuestas a Milei quien sacó la fuerza pública a la calle. El resultado ha sido el de 124 personas detenidas -la gran mayoría adultos mayores- y 46 personas heridas. Las imágenes de los policías reaccionando a los bastonasos de las abuelas le han dado la vuelta al mundo, así como un anciano que es arrastrado por la fuerza pública. Otra de las imágenes que se ha vuelto icónica es la del fotógrafo Pablo Grillo, a quien los policías le abrieron de un bastonazo la cabeza.
La represión, que no ha llegado a ser tan brutal, si hace recordar la que protagonizó el gobierno de Iván Duque en mayo del 2021, cuando la gente salió a las calles a protestar por una reforma fiscal que era un claro cachetazo a las clases menos favorecidas. En cinco días de protestas en la calle quedaron tendidos 19 personas que se manifestaban y más de 800 heridos según datos de la Defensoría. Durante todo el estallido social más de 100 jóvenes perdieron un ojo por culpa de las balas que disparaba el ESMAD. El gobierno de Milei aún no ha llegado a tal brutalidad pero está camino a hacerlo. En Argentina las protestas contra el gobierno de Milei apenas están empezando.