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Minambiente da razón a comunidades de Serranía del Zuque: ordenan suspender obras de endurecimiento

Por: Yesica Cortés

Docente universitaria, filósofa y activista feminista



El 16 de septiembre de 2023 la comunidad del suroriente de Bogotá, la Juntaza Zuque-Fucha, entre otras organizaciones sociales, ambientales y culturales hicieron como acto simbólico el sellamiento de las obras de endurecimiento en la Serranía del Zuque llevadas a cabo por la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA). Esta acción se realiza en el marco de la decisión del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de “suspender las actividades de construcción y/o cualquiera que cambie de uso de la Reserva Forestal Protectora Nacional Bosque Oriental de Bogotá, ley 1333 de 2009, artículos 32 y 36”. Las razones que llevaron a tomar esta decisión se establecen por el incumplimiento, en primer lugar, del Plan de Manejo Ambiental (PMA) y el Plan de Uso Público (PUP) de la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá; en segundo lugar, de la orden de la Corporación Autónoma Regional (CAR); y, en tercer lugar, de la vulneración al derecho de participación efectiva de las comunidades de la Serranía El Zuque.


Foto: JuntanzaZuke-Fucha


Esta decisión por parte de la entidad nacional es una victoria para la ciudad y las comunidades de la Serranía del Zuque que, en el proceso organizativo, de movilización, cuidado y preservación del Bosque Oriental de Bogotá, han logrado que los medios masivos de comunicación, el Gobierno y la ciudadanía vuelvan la mirada sobre los cerros y sobre las instituciones como la SDA y la Alcaldía de Bogotá que, de manera consciente, están provocando un daño irreparable en la Reserva Forestal Protectora Nacional.


Ahora, la disputa por la protección de la Serranía se instaura en el campo de lo mediático, puesto que la directora de la SDA, Carolina Urrutia, está buscando que su discurso sea legitimado a través de la prensa institucional y medios incapaces de hacer un trabajo riguroso de investigación como City TV y Alerta Bogotá, entre otros. Aquí no solo se encuentra una versión limitada de los hechos, sino un desconocimiento de las agencias, discursos y prácticas comunitarias de las organizaciones ambientales y sociales que, de manera autónoma y autogestionada, han hecho un proceso de seguimiento y veeduría para parar las obras de endurecimiento en el Zuque.


No es una sorpresa que los medios masivos de comunicación estén del lado de los intereses hegemónicos y privados, y es que, según un artículo del 12 de septiembre del 2023 del periódico El Espectador, la cuestionada Carolina Urrutia es accionista de dos firmas constructoras: Argos y Conconcreto. ¿Tiene esto relación con su obstinada y violenta necesidad de meter cemento a los cerros? ¿qué se puede esperar en materia ambiental de una funcionaria pública que tiene acciones en dos de las grandes cementeras de Colombia? La problemática intervención de la SDA en la Serranía del Zuque podría ser la respuesta a estas preguntas. Otro detalle que debe estar presente en la lectura de esta situación es la necesidad coyuntural del Distrito de ejecutar proyectos y contratos para dar “buen” término a los compromisos del Plan de Desarrollo Distrital (PDD) del gobierno de Claudia López.

Por lo pronto será necesario develar y aclarar los pronunciamientos de la SDA frente a la decisión del Ministerio de Ambiente de frenar las obras en la Serranía. En primer lugar, Carolina Urrutia expone que:


Recibimos con sorpresa la visita y la imposición de medidas preventivas a la obra que realizamos en la serranía El Zuque por parte del Ministerio de Ambiente. Esta acción se suma a un esfuerzo sistemático del Gobierno Nacional que socava el principio constitucional de la autonomía municipal y cuestiona las decisiones que en materia ambiental toma el Distrito Capital.


Además de ser un discurso en el que se recurre a la vieja artimaña de culpar al gobierno Petro de los males del mundo, es una expresión mentirosa y que desconoce de nuevo la ardua labor de la Juntanza Zuque-Fucha y de las comunidades de la Serranía que llevan meses movilizándose y buscando respaldo jurídico y social para establecer medidas que frenen las obras. Dichas acciones de agencia popular no han sido ajenas al conocimiento de la directora de la SDA quien, de diversas formas, ha minimizado e invisibilizado no solo las demandas y reclamos de las comunidades del suroriente de Bogotá, sino también los saberes, formas de habitar y de preservar los cerros. En un segundo apartado del artículo en cuestión se lee la siguiente cita de la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia:


Hay varios motivos por los cuales las medidas impuestas son absolutamente improcedentes: el primero, la infraestructura para la educación y la recreación pasiva no constituye de ninguna manera el cambio en el uso de suelo ni requiere de una sustracción, como lo argumentaron quienes impusieron las medidas; segundo, la obra tiene permisos vigentes que fueron otorgados por la autoridad competente (CAR Cundinamarca); tercero, hasta el 2006 la serranía fue una explotación minera, las intervenciones que hacemos buscan mitigar el riesgo y ofrecer una alternativa de recreación pasiva y educación ambiental.


De nuevo, la cuestionada directora de la SDA le miente a la ciudadanía y además de esto se atreve a colocar como heroína de los procesos de educación, cuidado y preservación ambiental que por décadas vienen adelantando las comunidades de la Serranía del Zuque. Ahora, tanto desde el Ministerio de Ambiente como de las organizaciones ambientales que conocen el territorio, se argumenta que evidentemente sí hay un cambio en el uso del suelo de la reserva forestal, además establecen que la recreación pasiva no incluye de ninguna manera la construcción de estructuras duras. De igual forma, la CAR estableció que previo al desarrollo de cualquier infraestructura se deben realizar obras de estabilización geotécnica de la cantera. Frente a estas negligencias, la SDA ha puesto en riesgo la montaña y los barrios aledaños a la Serranía, puesto que se ha aumentado la probabilidad de una remoción en masa en esta zona.


Este tipo de pronunciamientos hostiles solo evidencian la guerra que tiene decantada la directora de la SDA con las comunidades del Zuque, provocando más rupturas y desconfianzas de las organizaciones sociales a las instituciones distritales. Finalmente, las comunidades de la Serranía requieren que se consensue con ellas los materiales que se usarán para intervenir la reserva. Y, hechos los daños físicos y simbólicos en el territorio, se debe reparar tanto a las comunidades como al ecosistema afectado. Por último, se debe también implementar las obras de mitigación de riesgo para el tránsito y la habitabilidad segura de las comunidades de este territorio. Es importante que la señora Urrutia pida disculpas públicas como parte de la reparación a las comunidades, puesto que su displicencia y malversación de los hechos ha vulnerado y subestimado a lxs habitantes del Zuque.


Sin las comunidades nada, el territorio es de y para quien lo habita, lo cuida y lo trabaja.


*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.

 

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