Por: Sergio Saavedra. Periodista Pares.
“Desde nuestra llegada hemos trabajado para sacar adelante el proyecto de Montaña Mágica que, hoy por hoy, es un hogar cuidado, pero con miras a ser un jardín y un colegio. Esta iniciativa nace como reacción, como llamado, como alerta al abandono del Estado colombiano con los hijos e hijas de la paz. Por eso, hemos decidido crear este espacio de paz y de futuro,” señala la firmante de paz Elizabeth Guzmán.
Justamente, ese abandono del Estado colombiano y del Gobierno Nacional, del que habla Elizabeth, no es un abstracto. De hecho, lleva por rostro la violencia. Por ejemplo, en junio, en sólo seis (6) días fueron asesinados dos hijos de exguerrilleras en Colombia. El más reciente fue el viernes 12 de junio, Bairon Eliécer Gómez Restrepo —hijo de firmante de paz— quien fue asesinado dentro del ETCR Mariana Páez, ubicado en el municipio de Mesetas, Meta. La madre del menor de 20 años, se llama Érika Quiceno Restrepo, exguerrillera y quien hace parte del equipo de búsqueda de personas desaparecidas del componente FARC, para ese ETCR.
Asimismo, el pasado 6 de junio fue asesinado Camilo Sucerquia Durango, hijo de Nifia Sucerquia, firmante de paz. El asesinato del menor de 15 años fue perpetrado en el municipio de Ituango, Antioquia, en cercanías al ETCR de Santa Lucía. Debido a la violencia, la comunidad de este ETCR tuvo que desplazarse forzadamente el pasado 15 de julio y arribaron a el municipio antioqueño de Mutatá.
De acuerdo con cifras de FARC, tras la firma del Acuerdo de Paz, han sido asesinados más de 40 familiares y 232 exguerrilleros que le han apostado durante estos cuatro años a la reincorporación. De esta forma, no se advierten garantías de vida para esta población por parte del Gobierno Nacional. Foto: Sergio Saavedra.
Una iniciativa de mujeres en la ruralidad
Elizabeth o “la mona”, como la conoce su familia fariana —como ella denomina— al interior del ETCR, hace parte de la Asociación de Mujeres Farianas Antonio Nariño (ASOMUFAN). A su vez, es la encargada de género de FARC, tanto del ETCR como del departamento Tolimense. Elizabeth me explica que el proyecto de Montaña Mágica hace parte del Comité de Género y lo están adelantando las mujeres de ASOMUFAN.
Pares habló con Elizabeth sobre este proyecto de cuidado que nació y continúa creciendo en el ETCR Antonio Nariño, ubicado en el corregimiento de la Vereda La Fila, a cuarenta minutos de la cabecera municipal de Icononzo. Este municipio —que es conocido como el Balcón del oriente del Tolima— hace parte de la histórica subregión del Sumapaz.
Pares: ¿Cómo nace la iniciativa Montaña Mágica?
Elizabeth Guzmán (E.G): Nace como una necesidad desde que llegamos a lo que se conocía como Zona Veredal Transitoria de Normalización (ZVTN) Antonio Nariño. Esto porque, fíjese, con este asentamiento se empezó a dar una reunificación familiar. Con ello, empezaron a llegar los nacimientos de los y las hijas de la paz.
Desde nuestra llegada a los ETCR, hombres y mujeres, hemos desempeñado un sinnúmero de tareas, mientras que el tema del cuidado lo empezábamos a ver como una necesidad. Recordará que, para ese momento, estábamos aún viviendo en caletas del estilo que usábamos cuando estábamos en armas. Aún, ese año, no habíamos pasado a las cuatro paredes de super board que tenemos como casa y que convertimos en nuestro hogar.
En este sentido, lo que implica velar por el bienestar de bebés en esas caletas o en este tipo de casas nos fue haciendo pensar y repensar las formas de cuidado. De alguna forma, la iniciativa también nace como respuesta para el cuidado de la niñez.
Pares: ¿Qué busca la iniciativa?
E.G:. La iniciativa no solo busca el cuidado de los niños y niñas desde que tienen unos meses hasta cuando tienen dos o tres años. Nos hemos propuesto pensarnos en futuro, porque es un hecho que nosotros de aquí no nos vamos, continuaremos nuestra apuesta a la paz desde Icononzo como ha venido siendo durante estos años.
Hemos conformado las familias acá en el ETCR, buscaremos entonces condiciones dignas para la niñez. Esto mientras el ETCR se legaliza como centro poblado, como corregimiento y demás. De esta forma, esperamos —y así lo hemos querido desde el principio— es que este proyecto de Montaña Mágica vaya con fines a constituirse y adecuarse, también, como un colegio. Acá son muchos los niños y niñas y, no se olvide, los que están por nacer.
Pares: ¿A cuántos niños y niñas cobija la iniciativa?
E.G: Actualmente, por la modalidad de hogar comunitario que tiene la iniciativa, cobija a diez niños. Estos se encuentran entre los dos (2) y los cinco (5) años. Nuestra modalidad propia, la de Montaña Mágica, cobijaría a toda la primera infancia del ETCR y de la comunidad aledaña. Nuestro modelo pedagógico en Montaña Mágica busca que sea propio, nuestro, intercultural. Es decir, que también permita la no restricción a este bien común.
Pares: ¿Qué papel juega la maternidad en el proceso de reincorporación?
E.G: Durante el conflicto fue muy difícil ejercer la maternidad, estábamos en condiciones de guerra. En ese contexto, debido a la violencia, tener hijos de alguna forma ponía en riesgo nuestra seguridad, la de la criatura, para nuestras familias. Teníamos un adversario que nos buscaba y que nosotros buscábamos.
Mire, yo fuí una de aquellas que pudo tener un hijo en ese contexto y al mes teníamos que entregarlo a nuestras familias porque en medio de una guerra era mucho el riesgo que corría el bebé. Ahora, en el nuevo momento, el de la reincorporación, se da lo que le venía diciendo; la conformación de nuevas familias.
Es la hora en que los hijos e hijas se han convertido en parte fundamental de este proceso de reincorporación. La idea de familia en nuestra reincorporación es de gran importancia. Esto de la maternidad es una experiencia bonita que algunas no pudimos vivir, pero estamos viendo cómo lo viven nuestras compañeras. Sin embargo, aunque sea ya grandecitos, nosotras nos hemos podido reencontrar con nuestros hijos. Acá estamos con ellos haciéndole frente a la paz.
Pares: ¿Cuál es el papel del cuidado y de esta iniciativa en el proceso de reincorporación?
E.G: Debido a la confianza que tenemos dentro de la comunidad fariana, con nuestro sentir solidario, hemos podido mantener como pilar el cuidado y el autocuidado. De alguna forma, esto hace parte de nuestra perspectiva de mujeres en proceso de reincorporación acá en el ETCR.
Elizabeth o “la mona”, como la conoce su familia fariana —como ella denomina— al interior del ETCR, hace parte de la Asociación de Mujeres Farianas Antonio Nariño (ASOMUFAN). A su vez, es la encargada de género de FARC, tanto del ETCR como del departamento Tolimense. Elizabeth me explica que el proyecto de Montaña Mágica hace parte del Comité de Género y lo están adelantando las mujeres de ASOMUFAN. Foto: Sergio Saavedra.
Fíjese, por ejemplo, si una compañera tiene que salir y, por alguna razón, le toca dejar el niño o la niña; lo hacemos entre nosotras. Son redes de cuidado solidario. De hecho, que día hablaba con una compañera que me decía “yo me siento mucho más tranquila de dejarlo con ustedes porque en el ETCR nos sentimos como una familia.”
Ahora, la reincorporación nos ha mostrado que el cuidado es un tema central, porque uno siempre dice que el cuidado va enfocado solamente a la niñez; y no. También nos debemos cuidar entre nosotros y nosotras, por eso prima el autocuidado.
Pares: ¿Qué implica que exista un lugar como Montaña Mágica?
E.G: Es importante dejar claro que esto es una respuesta al abandono del Estado por no tener en cuenta a los hijos e hijas de la paz. También , como no, por esa falta de voluntad política. Fíjese, hace un año se ha ido materializando lo que conocemos como Montaña Mágica, de alguna forma de la mano del ICBF.
Sin embargo, este proyecto se empezó a ver cuando el presidente vino por acá al ETCR Antonio Nariño. En dos días hicieron lo que hemos venimos bregando más de dos años y medio, porque necesitaban mostrar resultados en la visita del presidente. Es decir, no ha nacido de un interés sobre lo que implica la niñez en tiempos de paz.
Sobre Montaña Mágica, como le digo, la idea es que esta no sea una iniciativa pasiva frente a las condiciones de la reincorporación sino que logre articular con los procesos de la comunidad. Buscamos que se abran los espacios de cuidado.
«La presente publicación ha sido elaborada con el apoyo financiero del Fondo Europeo para la Paz. Su contenido es responsabilidad exclusiva del Proyecto Tejidos y no necesariamente refleja los puntos de vista de la Unión Europea»
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