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No hay plan para atentar contra el gobernador de Antioquia: así lo afirma el Frente 18 de las disidencias de las FARC

Actualizado: 4 abr

 Por: Redacción Pares




Una de los dirigentes con mayor popularidad en las regiones es el gobernador de Antioquia. Andrés Julián Rendón ha sabido canalizar el antipetrismo en una región con una fuerte tradición uribista. Sus intentos de separarse del gobierno nacional han ocupado titulares en todos los medios nacionales. Recuerden que el año pasado intentó hacer una vaca para que Antioquia tenga independencia presupuestal para poder concretar sus proyectos de infraestructura.

 

Inteligencia militar prendió las alarmas al afirmar que existía un plan para asesinarlo. Los señalados de estar detrás del atentado sería el bloque Magdalena Medio que no es otro más que el frente 18 de las disidencias FARC, con suficientes contactos en Medellín como para desarrollar un plan coordinado desde la capital de Antioquia. Sin embargo el propio líder de este frente 18, bautizado Ramón Ruiz fueron tajantes: “Negamos a cabalidad la falsa propaganda que se ha venido divulgando en cuanto al deseo y supuesto plan para asesinar al gobernador de Antioquia Andrés Julián Rendón” y reafirmaron su deseo de continuar en la senda de la paz total.

 

El Bloque del Magdalena Medio forma parte del EMC y tiene presencia en lugares claves del país como el Catatumbo y también en Antioquia, en donde se mueven los frentes 4,18 y 36. Miembros de estas agrupaciones que siguen sentados en la mesa de negociación fueron enfáticos en reafirmar que no existe tal plan.

 

En julio de 1989, tal vez el peor año en la historia de Colombia, fue asesinado, esta vez por error, el gobernador Antonio Roldán Betancur. Su nombre no aparecía en la libreta de Pablo Escobar donde guardaba celosamente los nombres de sus enemigos. Pero le había soltado la muerte al director de la policía de Antioquia, Valdemar Franklin Quintero, un hombre que a diferencia de otros oficiales de la institución jamás se vendió ante los constantes llamados de los hombres del Cartel de Medellín para corromperlo. Desde que Escobar le declaró la guerra al Estado, luego de que en 1984 asesinara al ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla, uno de los éxitos de los delincuentes fue la capacidad que tenía para infiltrar a la inteligencia militar a punta de plata y plomo. A Quintero le había jurado matarlo. En ese afán los sicarios de Escobar designados para la misión, entre los que se contaba a John Jairo Velásquez Vásquez, mejor conocido como Popeye, confundió la caravana de Quintero con la del gobernador y activaron 100 kilos de dinamita. El gobernador murió al instante.

 

Trece años después ocurriría otra tragedia. El 21 de abril del 2002 el país -cuando no- se encontraba en una crisis profunda después de que naufragara de manera rotunda el proceso de paz del gobierno de Andrés Pastrana con las guerrillas de las FARC. Así que el entonces gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria Correa encabezó una marcha hasta el municipio de Correa que tenía como objetivo revivir los diálogos de paz. Lo cierto es que las FARC no respetaron nada, los secuestraron -el gobernador iba con su asesor de paz, Gilberto Echeverri Mejía- y ocho militares, los tuvieron en cautiverio durante un año hasta que el 5 de mayo de 2003, tras un fallido intento de rescate por parte del ejército nacional, Gaviria, Echeverri y los ocho militares, fueron ejecutados a punta de ráfagas de fusil por hombres de las FARC.

 

El país no quiere repetir un hecho parecido. Por eso, el comunicado del frente 18 de las disidencias FARC, desmintiendo un atentado no sólo le da alivio a la gente que rodea al gobernador Rendón sino a todo el país. Nadie quiere recordar las épocas más nefastas.

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