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Nuevos gobiernos, ¿nueva agenda?: Petro en su visita a EE.UU.

Por: Igor Parma, Internacionalista


“Dejamos claro que los Estados Unidos tiene un compromiso resuelto con nuestra asociación con Colombia”, fueron las palabras del secretario de Estado estadounidense Antony J. Blinken, en la conferencia de prensa después de encuentro con el presidente Gustavo Petro en la casa Nariño el 03 de octubre del año pasado. En esa ocasión, una delegación de Estados Unidos, encabezada por Blinken, se reunió con Petro y algunos ministros de Colombia.


En sus discursos a la prensa, los dos presidentes repasaron la agenda de ese día. Petro empezó señalando el tema que es, quizás, el más frecuente históricamente en la Agenda Colombia-EEUU: el narcotráfico. Sin embargo, su discurso resaltó también un cambio significativo, pues lo discutieron “esta vez, desde otra óptica. Una óptica que yo llamaría más flexible, que tiene que ver con una visión más integral del problema del consumo y la producción de drogas en este continente y articulado a un esfuerzo ahora que tuvo su colaboración también con el gobierno de los Estados Unidos en la época de Obama, que es el proceso de paz”.


Este nuevo enfoque a un problema antiguo no es algo muy sorprendente en la óptica de Petro, que es un defensor de una perspectiva sobre un nuevo enfoque al problema del narcotráfico y a las políticas antidrogas. Un mes después del encuentro con Blinken, por ejemplo, el presidente de Colombia mencionó este problema otra vez en el Foro de París sobre la Paz. Petro en esa ocasión dijo: “cambien la política antidrogas y asuman, con valentía, la conducción de la sociedad hacia la economía descarbonizada, cambiando el poder; si no lo hacemos nosotros, lo hará la humanidad sin nosotros”.


Ahora Petro encuentra en Biden un aliado a este nuevo enfoque al problema del narcotráfico. El 21 de Abril de 2022, el presidente estadounidense envió al congreso su Estrategia Nacional de Control de Drogas. Según su nota de prensa, la estrategia tiene dos ejes principales “la adicción no tratada y el tráfico de drogas”. Sin embargo, mirando el documento oficial, su estrategia se centró en siete prioridades. De esas, seis tienen que ver con tratamiento de la adicción y solo una con “reducir la oferta de substancias ilícitas” —que ocupa el quinto lugar en la lista de siete prioridades—. La estrategia declara que “salvar vidas es nuestra estrella del norte”.


No solo en la cuestión del narcotráfico convergen las administraciones Biden y Petro. El cambio climático también es una preocupación de ambos gobiernos. La presidencia de los EE.UU., el 27 de Enero de 2021, publicó su “Orden Ejecutiva para Hacer Frente a la Crisis Climática Dentro y Fuera de Nuestras Fronteras”. En esta orden, Biden declara que la crisis climática debe estar al frente de la política externa y seguridad nacional de los Estados Unidos. Según el presidente estadounidense “los Estados Unidos trabajarán con otros países y pares, tanto bilateral como multilateralmente, para poner el mundo en un camino climático sostenible.”


Además de los temas de narcotráfico y cambio climático, el tópico de la Paz Total también genera expectativas en este encuentro entre los dos líderes. Quizás la apuesta más audaz del gobierno Petro, la Paz total busca una solución definitiva del conflicto armado en Colombia. Por más que establezca mesas de negociación con varios grupos armados y su implementación haya mejorado tasas de seguridad en varios departamentos y ciudades, la formulación e implementación de acuerdos será algo complejo y costoso. Después de frustraciones en su propuesta de reforma política y un acalorado debate sobre la reforma de la salud, la Paz total se establece como el buque insignia del gobierno Petro. Frecuentemente comparado con el Acuerdo de Habana, el proyecto de la Paz total busca evitar los errores cometidos en el acuerdo con las FARC, como por ejemplo la imposibilidad de financiar la reparación a las víctimas, anunciada por Petro el 11 de abril de este año.


En efecto, los tópicos que se discutieron durante la visita de Petro a los EE.UU. fueron anunciados por la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, como “cooperaciones económicas y de seguridad, esfuerzos para combatir el cambio climático, el narcotráfico, abordar el reto regional de migración y promover valores democráticos y derechos humanos y laborales en la región y el mundo.” Con eso se entiende que uno de los temas también abordados en los encuentros entre los dos presidentes fueron la situación venezolana, sea con respecto a la situación entre el gobierno y oposición, o sobre la crisis de migración regional.


Un liderazgo regional en el diálogo sobre Venezuela es algo que Petro ya había señalado y en lo que fue aprobando políticas que hollaron este camino como cuando estableció a Venezuela como país garante de las negociaciones con ELN, cuando abrió la frontera con Venezuela tras un cierre de siete años o cuando pidió a los países de la comunidad andina reintegrar a Venezuela en el bloque. Resolver la situación venezolana en su reintegración a la sociedad internacional —la cual sufrió duros golpes en los últimos seis años desde los esfuerzos contrarios ilustrados por la creación del grupo de Lima— sería una victoria geopolítica para Petro, proyectando a Colombia como potencia regional y potencialmente aliviaría la crisis humanitaria de los refugiados venezolanos. Además, sería una victoria también para Biden, que sufre grandes críticas en su política externa desde el desastre de la evacuación de Afganistán, en un mundo en donde la influencia china y rusa crecen, y la estadounidense, disminuye.


La coyuntura parece favorecer una nueva configuración de una antigua alianza entre Colombia y Estados Unidos. Aliados no tan probables en la gestión Petro —por sus discursos y por hacer parte de la llamada izquierda moderna—, sin embargo el presidente colombiano sigue intentando equilibrar su discurso con las oportunidades que un acercamiento a los EE.UU. de la gestión Biden puede traer a su propio gobierno. Esa nueva antigua alianza se dejará sentir en esos días de la visita oficial de Petro a los Estados Unidos.

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