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Nunca había sido tan útil wasapear

Por: León Valencia, director – Pares


Había suspendido esta columna por unas semanas para dedicar más tiempo a escribir ‘El Regreso del Uribismo’, un libro sobre la actualidad política del país. Al volver a escribir me encuentro con la popularidad que está tomando el grupo Defendamos la Paz que utiliza la aplicación WhatsApp para comunicarse, intercambiar opiniones y tomar decisiones políticas claves sobre los temas de paz que agitan la vida colombiana.


Fui de los primeros invitados a participar en el chat y debo confesar que acepté con algún escepticismo, pero no podía negarme al llamado de Iván Cepeda y Juan Fernando Cristo, personas a las que aprecio, admiro y respeto por su compromiso con la paz y con el cambio del país. En todo caso, vi que su interés no era conformar un grupo de sólo políticos o de personas con afinidades ideológicas precisas. Desde el principio se la jugaron por un grupo diverso en sus actividades y plural en su afiliación política con el propósito fundamental de cerrar filas en favor de los acuerdos de paz.


Al grupo se han sumado líderes políticos de todos los partidos que están en la independencia y en la oposición, pero además dirigentes como Roy Barreras y Armando Benedetti pertenecientes al Partido de la U, que por mayoría estrecha en su bancada decidió acompañar al gobierno de Duque. Se han vinculado también obispos, sacerdotes, intelectuales, líderes sociales, exmilitares; no solo de Bogotá, sino de diferentes regiones del país.


Patricia Lara dice que es una auténtica coalición entre la izquierda y el centro político para sacar adelante la paz y hacerle frente al retroceso que quiere imponer el uribismo. Quizás tenga razón. La paz negociada, la paz que surge de los acuerdos, la paz que se fundamenta en el reconocimiento del conflicto y en la aceptación de que no hubo vencedores ni vencidos, ha sido el factor de división de las élites y de la política colombiana.


La polarización de que se habla en estos tiempos se ha cuajado alrededor de la salida política negociada a la confrontación armada que ha vivido el país en los últimos 50 años. Fue la ofensiva del uribismo contra los acuerdos de la Habana lo que desató el acercamiento entre actores políticos que acompañaron opciones distintas en la pasada campaña electoral. Lo que no pudo agruparse en la disputa presidencial, se unió para defender la paz.


Esta es una novedad. Pero la mayor novedad es la manera como se tramitan los acuerdos. Esto sí que es especial. El chat, una palabra de origen inglés que su mejor traducción al español es charla, sirve de aglutinante. Hasta ahora más de doscientas personas hacen propuestas, discuten y toman decisiones rápidas que luego se convierten en pronunciamientos públicos o en acuerdos de bancadas para llevar al Congreso o en convocatorias a movilizaciones. Las discusiones son tranquilas, respetuosas, suaves como guantes de seda.


No se había visto esto. Los acuerdos políticos en Colombia estaban precedidos de arduas y largas discusiones. Lo viví en la izquierda en los tiempos en que militaba, pero siempre supe de las vicisitudes

de los pactos en los partidos tradicionales. Cada colombiano es un país y un país enemigo, decía Bolívar para señalar un rasgo nacional: el individualismo y el poderoso afán de tener una opinión propia invulnerable. Sorprende la facilidad con que este grupo está llegando a opiniones comunes.

No es nuevo el WhatsApp, ya cumple diez años. Descubrir que sirve para hacer impactantes coaliciones políticas y sociales es una gran alegría. Una novedad de estas produce alegres ilusiones. Quizás se está generando acá una coalición política, académica, religiosa y social que hará realidad una paz estable y duradera mediante una cadena de triunfos en todos los ámbitos de la vida colombiana, incluidas las elecciones regionales de este año y las nacionales del 2022.


Son sueños de un optimista inveterado que no quiere envejecer en un país anclado en las violencias y en los odios del siglo pasado.

1 Comment


mariakenneth147
May 28

¡Artículo muy interesante! Me alegra mucho ver que personas apasionadas por la paz han encontrado la manera de conectarse y unirse en plataformas tecnológicas como “wasapear”. Esto me recuerda a los canales de chat anónimos como omegle, donde extraños pueden intercambiar y encontrar puntos en común. Esperemos que el grupo Defendamos la Paz continúe creciendo y logre más éxito en la promoción de una paz sostenible para Colombia.

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