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Para la Juventud, un gobierno...¿popular?

Por: Colectivo Juventud Transformadora - Pereira, Risaralda

Annie Sofia Castaño - Consejera de Juventudes

Juan Camilo Vélez

Kevin Esteban Santana


Desde la Línea de Jóvenes en Riesgo y Participación Juvenil de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), consideramos que este texto realizado por Juventud Transformadora, colectivo juvenil de Pereira, con representante en el Concejo de Juventudes de la ciudad, merece ser difundido y leído por la opinión pública. Esta tribuna siempre estará a la orden para que sean los jóvenes y sus propuestas, ideas y sentires los que se expresen y se manifiesten. En tal caso, no vamos a editorializar ni analizar lo aquí dicho, simplemente presentamos una crítica que el colectivo hace al Encuentro Nacional de Juventudes realizado en Medellín el pasado mes de diciembre.

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Con una votación inflada por las juventudes, llegó el gobierno Petro con un convencimiento aún más inflado de que el aval que se vio por parte de la población juvenil a la campaña del Pacto Histórico sería la actitud común de los jóvenes frente a las decisiones y ejecuciones del Gobierno Nacional. Pero la realidad fue distinta. Se encontró con una masa heterogénea y crítica que observaría sus decisiones y nombramientos con distancia y pinzas. Pero así, convencidos que son, se les ocurrió que un congreso para los “jóvenes petristas” sería popular, pero ni petristas las juventudes, ni popular les salió el evento.

Desde los momentos previos, en la organización del evento, había ya un sentimiento de intranquilidad e insatisfacción, pues se sabía que una parte de las delegaciones regionales no podría hacer presencia y que muchos de los que irían con la intención de participar en la Asamblea Nacional de Juventudes no tendrían donde quedarse en la noche del sábado. Sin embargo, contra viento y marea, desde la mayoría de departamentos se gestionaron recursos, algunos públicos y muchos de los mismos muchachos, para poder llegar a Medellín y dejar la primera huella de cambio juvenil.

Llegado el día jueves 15 de diciembre comenzó a rodar en las redes una denuncia frente al mal estado de los almuerzos entregados y, posteriormente, los medios de comunicación le dieron formalidad. Una noticia imposible de evadir, otro tropiezo para el gobierno del cambio, por fortuna no estaba la ministra de Minas para ese día, o se lo achacan para hacerle otro intento de moción.

Esta noticia sirvió para exacerbar los ánimos entre los representantes Nacionales de Juventud y la dirección de Colombia Joven, inconformidad que tocó su pico cuando el día sábado 17, la Consejería Presidencial para las Juventudes sacó un comunicado excusando el malestar generado en la salud de los jóvenes y refiere que la Secretaría de Salud de Medellín evidenció, mediante un comunicado, que la población juvenil consumió bebidas alcohólicas. Responsabilidad de parte y parte, hamburguesas en mal estado y consejeros nacionales enguayabados, mala combinación.

Eso, sumado a la llegada de las delegaciones desde sus regiones para encontrarse con un evento más pretencioso que organizado, sin comida asegurada ni cama confirmada, cada departamento iba sin saber qué le deparaba. Las primeras horas que se desarrollaron entre diatribas contra la consejera presidencial, Gabriela Posso, los intentos del Gobierno por presentar a los honorables miembros de su cuadrilla y la metodología planteada para el espacio, que básicamente no había. ¡No saben las horas que nos costó!

Durante el día sábado, pasadas las dos de la tarde, comenzaron las mesas de participación que por estar llenas de líderes no permitió que hubiera personas que supieran seguir instrucciones y, al todos querer liderar la dinámica, hubo más discursos que ideas. Así, lo que debió concluir con propuestas serias que encarnaran soluciones para las juventudes, terminó siendo un insostenible evento de ocurrencias sueltas y uno que otro esfuerzo real de encausar el malestar en soluciones prácticas, posibles y políticamente viables, es decir, un fracaso total.

De hecho, se podría decir que la comisión más efectiva, en últimas, terminó siendo la de Garantías, encargada de “desembarrar” las deficiencias del evento. A pesar del mal resultado del sábado y de la incertidumbre frente a la realización de la Gran Asamblea Nacional de Juventud del día domingo, considerable cantidad de jóvenes seguían con la esperanza de construir un buen trabajo para elevar al Gobierno Nacional y demostrar que los jóvenes queremos y tenemos con qué trabajar.


Amanecimos con buen clima en Medallo, suficiente para asegurar una participación masiva y activa en el evento de ese día, sin embargo, gran cantidad de los asistentes del sábado, el día domingo no se hicieron presentes y otra gran cantidad se fueron del espacio a recorrer las comunas y los alumbrados, porque qué desperdicio quedarse todo un domingo encerrado camellando, ¿no?

Eso sí, hasta que llegaran Edson Velandia o el Doctor Krápula, porque si vamos a cambiar el país y que sea “para todos todo”, ¿para qué trabajar en documentos si con zapatear y maldecir a “su madre patria” basta? Al fin de cuentas, somos revolucionarios de canciones, pero sin acciones no se hacen revoluciones y a veces se nos olvida. El día concluyó con una que otra delegación departamental tratando de sacar adelante los proyectos que traían para su región, dentro de esas la nuestra, la risaraldense, o bueno, una fracción, que buscó concertar a todas las regiones en torno a las siguientes peticiones:


  1. Un proyecto de reforma a la Ley de Ciudadanía Juvenil, que sea el resultado de un proceso de consenso nacional y que nazca de las juventudes.

  2. La realización de una verdadera Asamblea Nacional, la cual garantice la presencia de delegaciones de todas las regiones y las garantías mínimas pactadas en la comisión del día sábado 18 de diciembre.

Este documento logró reunir firmas de más de 200 personas representantes de 23 departamentos los cuales, al igual que los risaraldenses, o bueno, una fracción, consideramos que la mala gestión realizada, la falta de parámetros técnicos, la carencia de personal logístico y relator en cada mesa y los ánimos desencantados de los participantes con la Consejería Presidencial de la Juventud, conllevaron a la realización de un espacio lamentable que no puede servir como insumo en la reconstrucción de una Colombia para la Juventud. Y a pesar de que el evento tocó fondo varias veces, siempre se pudo caer más bajo, culminando con el lamentable discurso de Gabriela Posso, que entre mañosa y ladina aprovechó el toque de Dr. Krapula para arengar al “gobierno popular de los jóvenes” que ella dizque representa, y aunque ese fue el video que con astuta edición subieron a las páginas oficiales, ni siquiera el mejor productor podría eliminar los silencios incómodos de la muchedumbre juvenil que, desencantada por tal bajeza, paró su baile antisistema para una vez más mirar con asco al sistema que les estaba pagando el concierto.

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