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“¿Para qué sirve la reunión de la ONU si nadie es capaz de parar la carnicería de Israel en Oriente?”

Por: Redacción Pares



Foto tomada de: W Radio



Hasta el 15 de agosto del 2024, después de 10 meses de ofensiva de Israel en Gaza, se habían identificado 40.005 palestinos asesinados. Esto es una tragedia en cualquier otro país del mundo pero, en un país con 2.3 millones de habitantes, esto representa el 1.7% de la población. Esto cobra otra dimensión de tragedia, esto es un holocausto, una carnicería. Esto se agrava aún más al saber que la mayoría de los muertos son ancianos y niños. El 60% de los edificios han sido destruidos. La ciudad sureña de Rafah es la que ha sufrido los mayores daños.

 

Por el lado israelita se celebra la muerte. Ellos afirman que gracias a esta ofensiva han caído “15 mil terroristas”. Y creen que los números entregados por Gaza son “datos falsos de una organización terrorista” La prensa, por culpa de Israel, tiene restricciones para entrar a territorio. Pero las cifras pueden ser peor. Se estima que cerca de 10 mil cuerpos aún no han sido identificados porque están enterrados entre los escombros.

 

Y el mundo sólo ve la tragedia por televisión, el drama de los papás mostrando el cuerpo de sus niños despedazados por las bombas. La ONU no puede hacer tampoco mucho. Los desequilibrios estructurales de poder en el sistema de las Naciones Unidas le han impedido detener los crímenes de guerra de Israel. Lo paradójico es que la ONU se creó para evitar que regresara la barbarie que desplegaron los Nazis con sus pueblos ocupados, con minorías etnicas y con los mismos judíos. En la Convención de Ginebra, creada en 1949, se prohíben los asedios punitivos y los castigos colectivos, la toma de rehenes, la tortura, los tratos crueles e inhumanos, los ataques contra civiles y el desplazamiento forzoso de poblaciones civiles, casi todo lo malo que está sucediendo en Gaza. Y sin embargo nadie va a hacer nada. La ONU no tiene el poder de hacerlo y eso es trágico.

 

Este martes 24 de septiembre arrancará en Nueva York la Asamblea General de Naciones Unidas. A esa misma hora cientos de niños palestinos estarán siendo asesinados por tropas israelíes en Gaza. Habrán discursos, como el de Gustavo Petro, en donde remarcarán sobre el genocidio, sobre la necesidad de intervenir, de hacer algo. Sino se hace algo se tendrán las manos manchadas de sangre. Pero, lamentablemente, todo serán palabras en vano. El director de nuestra fundación, León Valencia, quien ha sido un crítico de la reacción violento de Israel contra Palestina, hace una reflexión en su cuenta de X que es premonitoria sobre lo que pasará en Nueva York: nada. El mensaje dice así: “Se reúne la Organización de las Naciones Unidas, ¿Para qué, si nadie es capaz de parar la carnicería de Israel en Oriente?” Contundente, trágico y real. La guerra en Oriente Medio parece no tener fin y lo peor es que a los países más poderosos no les importa.

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