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Parapolítica: ¿Por qué Álvaro Uribe no vio al elefante sentado en la sala?

Por: Iván Gallo


Fotos tomadas de: Centro democratico y Caracol Radio


Le escuché a León Valencia en la presentación de su último libro decir que el más perjudicado con la parapolítica fue Horacio Serpa. El candidato liberal, en diciembre del 2001, era el favorito para ganar las elecciones presidenciales que se realizarían unos meses después. Se había formado un gran bloque liberal para apoyarlo. Uno de esos políticos que habían decidido respaldar al santandereano era Álvaro Uribe Vélez. Aunque terminó con una significativa imagen positiva su gobernación de Antioquia, Uribe era poco conocido en el país. En el año 2000 estaba en Inglaterra, tomando cursos en la universidad de Oxford, pero decidió regresar para apoyar a Serpa. Pronto cambiaría de planes. Su paso como gobernador no estuvo exento de críticas por decisiones como darle vía libre a las CONVIVIR o no escuchar la súplica que le hizo en su momento el defensor de derechos humanos Jesús María Valle, quien le alertó sobre las masacres del Aro y la Granja que después ocurrirían.


Pocos meses duró Uribe apoyando a Serpa hasta que decidió poner sus tiendas en otra parte y aspirar a la presidencia. Las opciones eran pocas en diciembre del 2001. Apenas marcaba un 1% de favorabilidad. En ese momento se rompía en mil pedazos los diálogos del Caguan, la gente le pedía resultados al entonces presidente Andrés Pastrana pero la zona de despeje sólo sirvió para fortalecer a las FARC. Serpa respaldaba estos diálogos, Uribe no. Y así fue haciendo campaña, prometiendo una confrontación directa con esa guerrilla y devolverle las carreteras a los colombianos. En pocos meses arrasó. Ganó en primera vuelta con un 53.1% de la votación. Era la primera vez que un presidente colombiano ganaba una elección en primera vuelta. A Uribe, en esa carrera presidencial, lo apoyaron partidos que estaban metidos de lleno en la parapolítica. Uribe había tenido amplias votaciones en zonas de influencia paramilitar. Esto le serviría años después a analistas para sacar sus conclusiones.


En la mañana que se está escribiendo este artículo arrancará el juicio a Álvaro Uribe Vélez por manipulación de testigos. Esta historia arrancó diez años atrás. Uribe, adicto al poder, se lanzó al senado y ocupó una curul obteniendo una votación histórica. Encontró en Iván Cepeda un contradictor de peso, como nunca lo había tenido en su carrera política. En un debate en el senado del 2014 Iván Cepeda señaló que Uribe había recibido apoyo de los paramilitares. Dio cinco razones para argumentar su acusación. Presentó documentos que comprobarían que Uribe se había sentado a negociar con los comandantes paramilitares apoyo para esa campaña del 2002, respaldo económico, distribución de volantes coerción a otros candidatos y hasta movilización de votantes.


Mancuso fue uno de los jefes paramilitares que habló con Cepeda. Mancuso afirmó en el 2012, ante jueces de Justicia y Paz, que las AUC simpatizaban “con los planteamientos ideológicos y las políticas de Uribe”. En una entrevista con Caracol Radio dijo, poco después, que los paras financiaron su campaña a la reelección en el 2006. En una diligencia, frente a la Corte Suprema de Justicia confesó, en el año 2010, que los paras también estuvieron ahí en la primera elección, la del 2002: “Nosotros para ese momento, el año 2002 e incluso desde 2001, hicimos una conferencia nacional de autodefensas donde acordamos, dentro de esa reunión de comandantes, cesar acciones con objetivos múltiples porque eso perjudicaba la campaña del presidente Uribe”. Y completaría su afirmación diciendo “Recibí directamente órdenes de mis comandantes de apoyar al presidente Uribe, candidato a la Presidencia en ese momento”. El ex mandatario en ese momento desplegó su acostumbrada ira santa, pero estas declaraciones no venían solas, estaban respaldadas por las de Freddy Rendón Herrera, El Alemán.


Sobre el apoyo a Uribe en su primera campaña presidencial dieron declaraciones los siguientes nombres: Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’; Freddy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’; Miguel Ángel Mejía Múnera, alias ‘El Mellizo’; Iván Roberto Duque, alias ‘Ernesto Báez’; Jorge Iván Laverde Zapata, alias ‘El Iguano’ y hasta la recientemente desaparecida empresaria del chance Enilce López.


Cepeda, en ese debate del 2014, cuestionó incluso la reducción de masacres de los paras desde el año 2001 como parte de la estrategia para posicionar a Uribe. Afirmó que, a través de la congresista Eleonora Pineda, caso emblemático de la parapolítica, envió una respuesta positiva de apoyo a Uribe. El senador del Polo Democrático habló del constreñimiento electoral que hicieron los paras en la Costa Caribe y la presión que hicieron para que en las elecciones del 2002 al congreso ganaran los candidatos ungidos por ellos. Esto, que desembocó en el escándalo de la Parapolítica, fue la pita que haló León Valencia y sus investigadores en el año 2004 y que comprobó cómo los paras se tomaron el congreso. Veinte años después esta investigación ha arrojado los siguientes resultados: 187 políticos condenados entre los que se cuentan congresistas, alcaldes y gobernadores.


La mayoría de estos políticos pertenecían a la órbita de Uribe. Incluso su primo, Mario, terminó condenado por esos hechos. León Valencia cuenta al principio de sus memorias, Mis años de guerra, como en un juzgado en Medellín Mario Uribe estuvo a punto de golpearlo. Jamás un presidente de la República estuvo metido en un escándalo de esas proporciones, siendo acusado de haber sido favorecido y tener el apoyo de un grupo armado ilegal. En su afán por defenderse quiso torcer el curso de la justicia, meterse en un lío sobre manipulación de testigos para atacar a Cepeda, y terminar en un juicio que arranca hoy. Al expresidente se le podrían empezar a caer varias máscaras. Una de ellas puede ser la de la parapolítica. ¿Cómo no se dio cuenta que había un elefante morado con pepas y luces de neón sentado en su sala?

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