Por: Redacción Pares
El sábado al mediodía el país se enteró de las buenas noticias. El país recuperaba un lugar en el que hace medio siglo el que mandan son las FARC. No había Estado. Esa ausencia de instituciones hizo que, después de la firma de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, otros grupos armados, disidencias de ese grupo guerrillero, se asentaran sobre el Cañón del Micay y el Plateado en el Cauca. 1.400 soldajdos entraron en la población de El Plateado, en donde viven cerca de 8.000 personas. El presidente, mostrando su cara más dura e intransigente, le levantó el dedo a Iván Mordisco y sus disidencias: la operación Perseo, nombre con el que bautizó el movimiento militar, incluiría bombardeos contra las disidencias. La población tenía que estar tranquila. Parte del gabinete iría hasta ese lugar del Cauca para reafirmar que el Plateado y el Cañón del Micay eran parte del Estado.
Como resultado de la operación fueron detenidos dos miembros de la estructura criminal de Mordisco y 17 civiles resultaron heridos.
Incluso en un trino el presidente le ordenó a los 8.000 pobladores de El Plateado desobedecer a Mordisco. El trino trajo sus tormentas: “Le solicito a las juntas de acción comunal y a las organizaciones populares del Micay dejar de atender órdenes impuestas del MC. La región debe ser gobernada por la población civil misma y no por quienes traquetean con mafias mexicanas y extranjeras (sic)”.
La Defensora del Pueblo Iris Marin Ortiz no estuvo de acuerdo con este pedido del presidente y reaccionó de la siguiente manera a través de esa misma red social: “Solicito al presidente de la República abstenerse de pedir a la población civil que adopte posición alguna frente a los grupos armados que operan en esa región del departamento, pues puede incrementar el riesgo de dicha población (sic)”.
Iván Velásquez ministro de defensa, aseguró que aunque hace seis años el Estado no hace presencia en este territorio, desde el pasado sábado 12 de octubre se hará presencia permanente en el Plateado. Esta es la historia de un territorio que ha sido territorio de nadie desde hace sesenta años.
En el cañón en donde está ubicado El Plateado, corregimiento de Argelia, se concentra el 75% de los cultivos de coca en el Cauca. Son, según el informe de cultivos ilícitos de la ONU, unas 10 mil hectáreas cultivadas. Pero la gente en terreno sabe que pueden ser 30 mil. Uno de los primeros trinos de Gustavo Petro como presidente fue la promesa de que haría este lugar en el gran laboratorio de sustitución de cultivos.
El Plateado está ubicado en lo que los argelinos llaman “la parte baja”. Está al norte, por donde desciende el río San Juan del Micay que forma un cañón en medio de la cordillera Occidental en su camino al Pacífico. Un cañón que se ha convertido en una de las regiones cocaleras más grandes del país, que concentra el 75 por ciento de los cultivos de coca en el Cauca. Acá quedan por lo menos 15 laboratorios de cocaína. Estratégicamente esta región montañosa es inmejorable: desde este lugar, navegando por los intrincados ríos Micay o Joaquín, se puede llegar directamente al Océano Pacífico y, en lanchas rápidas, dejar en mar abierto la coca que se consume en los Estados Unidos.
El Plateado está ubicado en lo que los argelinos llaman “la parte baja”. Está al norte, por donde desciende el río San Juan del Micay que forma un cañón en medio de la cordillera Occidental en su camino al Pacífico. Un cañón que se ha convertido en una de las regiones cocaleras más grandes del país, que concentra el 75 por ciento de los cultivos de coca en el Cauca. Acá quedan por lo menos 15 laboratorios de cocaína. Estratégicamente esta región montañosa es inmejorable: desde este lugar, navegando por los intrincados ríos Micay o Joaquín, se puede llegar directamente al Océano Pacífico y, en lanchas rápidas, dejar en mar abierto la coca que se consume en los Estados Unidos.
Las Farc llegó acá en 1982. Pero la historia del Plateado arrancó en los años cincuenta. Su poblamiento se lo deben a un señor afro y evangélico llamado Miguel Zapata. Su posición geográfica, que lo convertía en un enclave, era una especie de cruce de caminos de mula en pleno corazón del Cañón del Micay. Hasta los años 70 era un pueblo común y corriente dedicado a los cultivos de arroz de secano, cacao y caña, pero empezaron a llegar los blancos de departamentos que lo colindaban como Nariño, Cauca, Valle y el Eje Cafetero. Poco a poco la población empezó a crecer hasta tener cerca de 12 mil habitantes. Según el investigador de la Fundación Paz y Reconciliación, Juan Manuel Torres, en los años ochenta El Plateado era un caserío de unas 100 casas, hoy en día tiene 2.000. Buena parte de su infraestructura, que contiene una escuela para 1.200 estudiantes, se hizo al margen del Estado, por iniciativa de la misma comunidad. Hay un dato relevante, según el sociólogo José María Rojas, su planificación urbana, de calles anchas, parece hecha por los rusos.
Con la llegada de los blancos aparecieron las primeras plantas de coca. Desde entonces diversas especies de la planta se han dado en este lugar. La riqueza de su tierra ha sido su maldición, como en tantas otras partes de nuestra geografía. En 1982 aparecen las FARC. Se da, según Juan Manuel Torres, después de la Octava Conferencia de esta guerrilla. Su poder creció todavía más a mediados de la década del noventa, cuando se conformó el frente 60. Hasta el 2007, con la ofensiva desplegada por la Seguridad Democrática de Álvaro Uribe, se vino a instalar un primer puesto de policía. Sin embargo la policía estuvo hasta el año 2015. La llegada de la policía al Plateado vino de la mano con el arribo de grupos armados como Los Rastrojos, que entraron en el municipio de Argelia y se apoderaron de la parte alta, después de una fuerte confrontación con el 60 Frente de las FARC-EP. Salieron derrotados y murieron cientos de paramilitares. Otro grupo armado, el ELN, empezaría a tener influencia en la zona desde el 2011, a través del frente José María Becerra. Los sucesivos ataques de la guerrilla terminaron sacándola, acaso para siempre. El exitoso proceso de paz entre las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos hizo que en este corregimiento se vivieran unos meses tranquilas entre el año 2016 y 2017. Sería una calma chicha.
A pesar de que se ha desplegado la Operación Trueno de las Fuerzas Armadas para diezmar su influencia, ahora el que manda es el frente Carlos Patiño de las EMC. El 1 de noviembre del 2023 se conoció que el cabecilla de este frente, Oscar Eduardo Sandoval, alias “El Mocho”, dio la orden a la comunidad de escupirle a los uniformados que vieran. Los acercamientos del gobierno de Gustavo Petro, en el contexto de los diálogos de paz, permitió que hubiera algo de presencia estatal a raíz de las elecciones de octubre del 2023. Periodistas de medios como La Silla Vacía o El Espectador constataron que en esta parte del país mandan las disidencias. Es común ver afiches en la calle de Manuel Marulanda Vélez, el mítico comandante de las FARC.
Pero esta operación, la de Perseo, parece será el golpe definitivo a cualquier rastro de las FARC en la zona. La respuesta de Iván Mordisco no deja de ser inquietante, a pesar de haber dicho que no se metería con la COP 16 amenazó con las redes sociales que irá contra la cumbre y aconsejará “No ir a la cumbre en Cali”.
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