Por: Miguel Ángel Rubio
Coordinador
Escuelas de Liderazgo Juvenil
Línea Jóvenes en Riesgo y Participación Juvenil
Para Lucas Villa, Héctor Fabio Morales, Brian Rojas, Dylan Cruz y Allison
Que dieron su vida por esta causa
La premisa fundamental que he venido defendiendo desde el año pasado y he dejado esbozada en otros análisis, ha sido esta: el estallido social de 2021 puso la agenda política para el país en 2022, el candidato que recogiera esas banderas sería presidente de la Republica.
El único candidato que en campaña habló del estallido social, lo defendió, se reunió con sectores del paro, desestigmatizó en los debates la protesta y se atrevió a proponer salidas a esta crisis social, de manera que incluso algunas de sus propuestas parecen irrealizables, fue Gustavo Petro.
Gesta electoral de un poco más de 11 millones de votos, la votación más alta que haya sacado un líder de izquierda y que le dio la presidencia de la República el pasado domingo 19 de junio, se le debe en gran parte a la lucha de los jóvenes en el paro del año pasado.
Y el resultado fue el anhelado, ganó Gustavo Petro, primer presidente de izquierda que logra materializar los ideales del antiguo M19 de implementar en Colombia una socialdemocracia; reivindicando magnicidios como los de Carlos Pizarro, Bernardo Jaramillo, Jaime Pardo, el genocidio de la UP, entre otros; apuntando a una paz cierta y reconciliadora (ya el ELN manifiesta su intención de dialogar con el nuevo gobierno); pero, sobre todo, parece que en su arranque consolida el anhelo de unir al país, la convocatoria al gran Acuerdo Nacional con todos los sectores políticos y sociales de Colombia muestran un norte cierto en esa dirección.
Y bien, ¿los jóvenes? Pues cumplieron la tarea, salieron a votar en las dos vueltas, incluso el registrador Vega en Caracol Radio reconoció la alta afluencia de primivotantes. Los jóvenes no sólo cumplieron con el deber democrático de ir a las urnas, soy testigo de cómo en Pereira y Risaralda hicieron su propia publicidad, sostuvieron sin recursos sus sedes, convocaron a pintatones, volantearon, dieron discusiones serias, conformaron comités directivos y decisorios, jugaron de locales haciendo goles. A ellos todo el reconocimiento producto del sufrimiento en el paro y la resiliencia mostrada en política. Ya lo dijo Sidssy Uribe, hermana de Lucas, “Los jóvenes en cuatro meses de marchas y paros, nos han enseñado más de política que todas las clases de historia”. Gracias.
Gustavo Petro se comprometió con este sector a elevar la cobertura de la educación superior pública, de manera gratuita y universal, primer reclamo y más sentido de los muchachos, esto acompañado de planes de financiación para investigación, condiciones necesarias para darle forma a lo que el presidente electo ha llamado una sociedad del conocimiento.
“Crearemos un sistema nacional de educación superior a través del cual se fortalecerá la red de universidades públicas, el SENA y los colegios de educación media —ampliando cobertura, acceso, permanencia, calidad y pertinencia— la investigación y la extensión social articulados entre sí y con el sistema de Ciencia y Tecnología (Programa de Gobierno Gustavo Petro, página 29).
Componente central para combatir la desocupación en la juventud, desocupación que no solo se orienta al desempleo, sino a la posibilidad real de acceder democráticamente al conocimiento, a poner a andar ese engranaje epistémico de nuestra sociedad, a incorporar visiones de país con fuerza académica, científica y humanista.
Para lograr este propósito el nuevo gobierno se compromete a elevar el gasto en educación en todos los niveles, en ampliar la conectividad de internet en el país, en fortalecer las condiciones laborales de los docentes, así como incrementar las posibilidades de formar cada vez con más alto nivel a los docentes del país. También habla de matrícula gratuita, planes de cuidado y protección a la familia, núcleo fundamental de supervivencia de los jóvenes. En última instancia toca también el tema de la construcción de nuevas universidades públicas en el territorio y en ese sentido un trino en su Twitter oficial deja ver esa intención.
Un tema que tiene total relación con el acceso a la educación pública en Colombia es el tema del Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior Mariano Ospina Pérez (ICETEX). En este tema espinoso y que ha levantado ampollas en ocasiones anteriores, Petro propone una transformación direccione a la institución a dar créditos sociales para estudios superiores y de posgrado en el exterior, además de un plan de salvamento para las deudas de los actuales usuarios. Ítem difícil pero no imposible.
La propuesta de empleabilidad para jóvenes sigue la línea del llamado primer empleo, pero con el componente adicional de fortalecer procesos de vinculación laboral a través de pasantías empresariales, voluntariados, empleabilidad direccionada al cuidado de los recursos naturales y una propuesta de acceso a créditos blandos para startups, en sectores como el digital, el cultural e innovación, una propuesta muy amplia y poco específica. Cito textualmente:
Los jóvenes en la economía productiva: garantizaremos el primer empleo incluyendo las pasantías y el servicio social voluntario en todas las áreas del saber, el cuidado y la protección de la naturaleza como experiencia profesional y ruta de acceso al trabajo. Dentro de la democratización del crédito, los hombres y mujeres jóvenes accederán a crédito público barato para promover la construcción de empresa digital y disruptiva, cultural, intensiva, en conocimiento en el campo y la ciudad. (Programa de Gobierno Gustavo Petro, página 31).
La propuesta termina tocando dos temas adicionales, los jóvenes líderes sociales y líderes de sus territorios, habla de la necesidad de fortalecer liderazgos con pertinencia cultural, étnica, territorial, entre otros. En este tema, la oportunidad del gobierno entrante de capacitar a los consejeros municipales de juventud recién elegidos es grandísima, es necesario irrigar recursos para que organizaciones como la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), que tienen propuestas pedagógicas con valor agregado en formación juvenil, apoyen estos procesos de fortalecimiento de competencias desde escuelas de liderazgo juvenil y otros procesos relacionados. Hay que darles herramientas precisas a los jóvenes del país para que los Consejos Municipales de Juventud (CMJ) sean, no sólo entes representativos, sino ejercicios de participación política que permitan a las nuevas generaciones madurar en democracia.
Eliminación del servicio militar obligatorio y garantía a la objeción de conciencia es una batalla dura para un presidente que ha tenido confrontaciones con el ejército y la fuerza pública. Hay que analizar si el país está preparado para dar este paso.
Y la última línea de la propuesta para jóvenes de Gustavo Petro en el cuatrienio que comienza habla de los jóvenes en situación de calle y con alto nivel de exclusión. Acá Petro se va por la fácil, replicar en todo el país la experiencia de Colombia Humana llamada Jóvenes en Paz, que no es más que vincular por Orden de Prestación de Servicios a jóvenes para hacer servicios comunitarios, bonificaciones para estudiar, capacitación y políticas de prevención y atención en salud preventiva y sustancias psicoactivas. Esta propuesta se contradice con su intención de acabar con los contratos por prestación de servicios que tanto ha criticado en otros espacios.
La propuesta de eliminación del Esmad es otro reclamo que Gustavo Petro ha defendido y que contempla su programa dentro de su intención de transformar las fuerzas armadas.
¿Qué le falta?
La propuesta para jóvenes de Gustavo Petro debe profundizar en temas de formación política y fortalecimiento de capacidades para la incidencia y la participación de los jóvenes en política, no solo en los CMJ, sino en concejos municipales, asambleas, alcaldías y demás entes de elección por voto popular. Es necesario llegar a este segmento con lenguajes políticos frescos, nuevos canales de formación que incluyan las TICS, y democratizar con garantías la participación de los jóvenes de todas las orillas políticas.
En educación debe convocar a un gran pacto nacional por la juventud, donde se discutan la ley 30 de educación superior, la ley 115 de 1994, el estatuto de ciudadanía juvenil, se aplique el documento CONPES 4006, y se pase de una alta consejería de juventudes a un ministerio de juventudes con presupuesto y poder de decisión sobre el presupuesto nacional.
Implementar planes de acceso y atención en salud mental, pues la juventud después de la Pandemia del COVID-19 no ha sido atendida en este ítem de manera adecuada.
Presidente Petro, por primera vez en muchos años los jóvenes le dieron con su voto a la presidencia, no es momento de darles la espalda.
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