Por: Daniela Quintero. Redacción Pares
La Organización de Naciones Unidas (ONU) eligió este jueves a Venezuela como miembro del Consejo de Derechos Humanos en representación de América Latina. Sin embargo, fue una elección polémica debido a la crisis que vive ese país en medio de acciones que van en contra de los estipulado por el organismo internacional: la protección de los derechos humanos. El director de la Fundación Paz & Reconciliación-Pares, León Valencia, habló sobre la decisión de la ONU, y expresó que esto es un bofetón para la política colombiana porque la pretensión de Colombia era aislar a Venezuela, pero esto es una muestra de que el mundo no está sintonizado con la política y la idea colombiana.
En la Asamblea General, Venezuela recibió 105 votos a favor y Brasil obtuvo 153 para representar al continente latinoamericano, en un grupo de 14 países que van a hacer parte del Consejo a nivel global. Para la región sur había dos puestos, de los cuales Costa Rica intentó hacerle el quite a Venezuela, pero quedó fuera por 12 votos.
Ahora ambos países sustituirán a los miembros salientes a partir del 1 de enero del 2020 por un periodo de tres (3) años, si es que la presión de otros países -que quedaron en desacuerdo con esta decisión- no logra tumbar a Venezuela de este asiento.
Por ejemplo, Estados Unidos fue el primero en saltar ante la sorprendente votación. En cabeza del secretario de Estado, Mike Pompeo, este país se pronunció y dijo que China y Rusia votaron para poner a Nicolás Maduro en el Consejo: “Farsa. Es por eso que necesitamos la comisión de derechos inalienables del departamento de Estado. Maduro está destruyendo intencionalmente los derechos humanos de todos los venezolanos”, agregó Pompeo.
Asimismo, el ex presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y Representante Permanente de Venezuela Diego Arria, parte de la oposición a Maduro, inició una campaña global para expulsar a Nicolás Maduro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
acuerdo con Arria, el compromiso de la Resolución 60/251 de la Asamblea está enmarcado en la elección al Consejo de países que respetan y aplican normas estrictas en la promoción y protección de los derechos humanos, caso contrario de lo que sucede en Venezuela.
El régimen de Maduro que tiene hundido a su país en una crisis económica, política y social, ha cometido una serie de violaciones contra los derechos de los ciudadanos y ciudadanas, líderes políticos de oposición y en general personas que no militen a favor de sus propuestas.
De acuerdo con el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV) el año pasado fueron asesinados alrededor de 7.523 venezolanos y venezolanas que se resistieron a los organismos policiales y militares en medio de las protestas en rechazo al gobierno de Maduro.
Cabe destacar que dicha resolución del 2006, en su artículo 8, promueve que la Asamblea General debe suspender a un miembro del Consejo que cometa violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Por eso, Arria creó una página de peticiones, para recoger firmas y pedirle a la ONU que suspenda a Venezuela.
“Un bofetón a Colombia”
“Puede ser muy criticable y de hecho me parece que es criticable que una sociedad donde hay una violación tan alta de derechos humanos, la vinculen a un consejo que es para proteger los derechos humanos. Pero el mismo caso se podría decir de Colombia, ¿Cuál es la autoridad moral de nosotros?”, dijo León Valencia.
Con más de 200 líderes y lideresas sociales asesinadas, una violencia electoral y política tan grande, fenómenos complicadísimos de derechos humanos, tampoco dejan bien parado a Colombia. De hecho, el actual gobierno tampoco podría si quiera considerar que es un ejemplo a seguir en la protección de los derechos humanos.
Según el director de Pares, hay que recordar que la elección del Consejo es un derecho para todos los miembros o países que integran la Asamblea General, y en ese sentido, esas decisiones se toman de forma rutinaria.
Claro está que hay países que tienen más experiencia en ciertos temas, y por otro lado, en ese proceso de rotación de las responsabilidades de las Naciones Unidas muchas veces recae en países que no tienen la autoridad moral en determinados temas. Este es el caso de Venezuela, pero Colombia tampoco la tiene.
Pese a los dilemas morales, jurídicos y políticos en esta polémica decisión, lo que sí muestra de manera clara es la equivocación Colombia en las hipótesis con las que trabaja en sus políticas a nivel internacional. “Por ejemplo, eso de que van a aislar al gobierno de Maduro, y lo van a tumbar desde afuera y que las presiones económicas y políticas van a tumbar a Maduro, son hipótesis que no están dándose”, agregó.
En definitiva, las hipótesis sobre Venezuela son erradas: no ha funcionado el cerco diplomático, el trabajo conjunto con el Grupo de Lima, el apretón económico de Estados Unidos y en general no ha funcionado nada. Todos los días los hechos muestran que el camino escogido por Colombia en relación con Venezuela es muy errado.
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